Este proyecto ha conllevado mucho esfuerzo y dedicación, ya que al principio tuvimos un montón de dificultades. En nuestro primer mes, no teníamos ni idea de emprendimiento social, y nuestro equipo lo conformábamos tres personas. Pasaron las semanas y poco a poco fuimos aprendiendo y desarrollando diversas habilidades empresariales, aunque aún no teníamos ninguna problemática. A mediados de octubre nos surgió algo inesperado, un miembro de nuestro equipo se cansó del proyecto y abandonó; nos quedamos solo dos miembros. Pero gracias a la búsqueda incesante de nuevos integrantes, convencimos a un compañero para que se uniera a nuestro equipo. Parecía que la suerte nos sonreía, pero seguíamos sin encontrar ninguna problemática. Pasamos desde un proyecto sobre cómo regular tu consumo de tabaco hasta otro de ver el nivel de ejercicio que necesitas para estar saludable; pero nada nos parecía lo suficientemente bueno, así que seguimos pensando.   

       Un día, al nuevo integrante del grupo se le ocurrió una idea, una red social para personas con capacidades especiales, en la que podían publicar vídeos y subir podcast, pero no nos convencía del todo y la dejamos de lado. Aunque, más tarde, la tomamos como modelo para nuestro proyecto definitivo. A todo esto, un nuevo integrante se nos unió al equipo, lo que nos llevó al siguiente nivel. Formábamos un equipo espectacular, muy unido e implicado. Pese a esto, seguíamos sin una problemática definida, y comenzaba a hacerse tarde. Hasta que un día, pasadas unas semanas, se nos ocurrió una idea increíble. Tomamos como referencia la red social para personas con discapacidades y creamos HANDICAPP, una revolución social en la que personas con distintas capacidades pueden quedar para hacer planes de todo tipo: desde actividades deportivas hasta clubes de lectura, incluyendo equipos deportivos, clases de cocina y muchas otras actividades.

       Una vez definida la problemática y encontrada la solución, nos quedaba todo el papeleo. Así que nos pusimos manos a la obra. Empezamos con la ficha NABCH, la cual nos costó bastante terminar, ya que una vez acabada, nos dimos cuenta de que tenían que haber 1000 caracteres por cada apartado, y tuvimos que modificarla, varias veces. Como aprendizaje sacamos que es muy importante informarse bien antes de empezar cualquier cosa. Continuamos con el logo, que fue variando en cuanto se nos ocurría una nueva idea, y gracias a la habilidad de uno de nuestros integrantes, logramos que quedase muy bien. Ya solo nos quedaba el vídeo y la página web. Esta última no nos costó tanto, ya que a uno de nuestros compañeros, se le da muy bien todo ese tema, y lo hizo relativamente rápido. Aunque al final retocamos algunas cosas para que quedase perfecta. Y por último, el vídeo. La idea del vídeo se nos ocurrió pensando en cómo surgió nuestro proyecto, es decir, un compañero tenía un familiar con capacidades especiales y, pensando en él y en su dificultad para quedar con gente y encontrar un trabajo que pudiese hacer, surgió el vídeo. Invertimos mucho tiempo en editarlo, a base de prueba y error, pero al final nos quedó muy bien estructurado.

       Gracias al trabajo que hemos realizado en estos meses, no solo hemos mejorado como equipo, sino que también hemos aprendido a ser más responsables, ya que conformamos un equipo y todos tenemos que colaborar de la forma más eficiente posible, aprendiendo así que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos si todos trabajamos y nos implicamos. Que la opinión de todos cuenta y que a partir de cualquier idea, por ridícula que sea, se puede sacar algo bueno. Hemos aprendido a buscar información de todo tipo, a crear una empresa y a ayudar a las demás de forma inteligente, pero lo más importante ha sido el valor del trabajo duro, sobre todo cuando quieres conseguir algo.