Sería redundante ahondar en el desafío nos toca navegar hoy. Como individuos, como empresas y como sociedad. Es una situación global, simultánea y sin dudas, histórica. Donde se pueden ver distintas respuestas o reacciones frente a una misma realidad.
Nuestra calidad de vida es directamente proporcional al significado le damos a las cosas y a las decisiones que tomamos al respecto. Por ejemplo, si enfrentamos alguna situación de adversidad, podemos definirla como que no tiene solución y por ende tomar la decisión de no hacer nada. Ó, en cambio, resignificar el problema de modo de tener distintas alternativas y decidir tomar algún tipo de acción al respecto. La clave es cómo definimos o significamos las cosas o eventos. De ahí viene el desenlace de nuestras acciones a través de distintos comportamientos.
Decidir es tomar control. Pero control de que? De nuestro entorno, de lo que ocurre, de lo que nos ocurre? La respuesta es no. Poco y nada podemos hacer. El control externo no es más que una peligrosa y adictiva ilusión. Lo que sí podemos controlar es nuestro interior, a nosotros mismos. Podemos controlar cómo gestionamos aquello que sentimos, como lo re-definimos y como accionamos.
El reinventarse tiene que ver con estas dos cosas, tomar control de nosotros mismos y tomar una decisión al respecto. Si bien es algo que se elige, el momento histórico estamos viviendo nos “invita” (para no decir empuja) a tener más ganas o necesidad de reinventarnos. Que básicamente consiste en adaptar nuestras vidas y trabajos. Estos últimos, pareciera van por canales separados pero son caras de una misma moneda. Nuestras actividades o negocios no son más que una extensión de nuestra identidad personal. Si cambiamos nosotros, cambiamos nuestros negocios y viceversa.
Reinventarse en los negocios tiene que ver con adaptarse a las condiciones actuales y con el objetivo de mejorar, dar un salto con respecto al estado actual. Y no únicamente como hacer para “sobrevivir”, pasar la crisis. Si tenemos en cuenta que 1 de cada 10 negocios (incluyendo profesionales que proveen servicios) no supera los 10 años, el sobrevivir no es una tarea menor. Y si a esto le sumamos la necesidad de crecer (reinventarse) en medio de una pandemia, se vuelve mas interesante aun.
Para hacer crecer las empresas, el 99% aplica lo que conocemos como “mejora continua”. Estas empresas se enfocan en mejorar continuamente su producto o servicio y van monitoreando constantemente el mercado en el que están inmersos. Con la determinación de dominarlo o al menos ir mejorando su posición (que rara vez lo logran). Básicamente, estas empresas compiten entre ellas, pasando por alto lo más importante, el cliente.
Pero qué hace el otro 1% de las empresas? Cuales son esas empresas? El pequeño porcentaje restante son aquellas compañías que se destacan, se separan del resto de una manera notable. Algo común y erróneo es atribuirles su éxito a la suerte o las condiciones les tocaron. Por el contrario, están aplicando una estrategia que tiene que ver con la “Innovación Estratégica”. La Innovación Estratégica, en contraposición a la Mejora Continua está enfocada en las necesidades de sus clientes. Más que enfocada, obsesionada. No compite contra su mercado, sino que cambia las reglas del mercado haciendo algo único, extraordinario. Tienen una fuerte identidad de la cual uno quiere ser parte, se comunican generando experiencias más que publicidades y tienen una comunidad fiel muy marcada. Hay dos grandes formas de Innovar Estrategicamente; cambiando las reglas del mercado o ser el primero en crear una categoría. Harvard, por más que haya cientos de universidades del mismo nivel o incluso mejor, es probable que siga siendo recordada como referente de excelencia universitaria por muchos años más. Fue la primera, creó un estándar, una categoría. Lo mismo para coca cola. No importa cuanto venda ni se posicione Pepsi. Hasta el día de hoy seguimos pidiendo: “Me das una coca..?”.
Ahora bien, ser primero no es suficiente. Sino miremos el caso de Yahoo que fue reemplazado por Google, o MySpace (de Microsoft) que estuvo antes que Facebook o Vimeo que también fue anterior a Youtube.
Para el caso de cambiar las reglas podemos mencionar a las famosas motos Harley Davidson que cuando empezaron aparecer las motos japonesas (mas rapidas y economicas) se vio forzado casi a cerrar sus puertas. En vez de eso eligió reinventarse, se preguntó realmente en qué negocio estaban ellos, y no era únicamente en el de las motos. Sino que eran parte de una fiel y leal comunidad con una fuerte identidad de la cual todos estaban orgullosos de formar parte. La empresa se enfocó aún más en sus clientes y no solo sobrevivió sino que su crecimiento se disparó. Otros caso es Sony, que en la década de los 80’ cuando todos sus competidores estaban haciendo altavoces cada vez más grandes (para lograr más volumen), ellos detectaron que sus clientes querían “transportar la música” y surgió el famoso walkman. Starbucks, sera que esta en el negocio de venta de café? O más bien genera una comunidad e identidad a través de una experiencia..? Apple, Netflix, Google son más ejemplos de lo mismo.
El éxito deja huellas, tiene su “fórmula” o características que si las aplicamos pueden mejorar notablemente nuestra capacidad de crecer haciendo lo que nos gusta. No dejemos pasar esta “oportunidad” se nos presenta hoy para reinventarnos.