Estadísticas del Instituto Nacional de Investigación demuestran que más de dos millones de personas de la tercera edad carecen en la actualidad de compañía domiciliaria y 6 de cada 10 personas que superan los 65 años y viven solas querrían estar acompañadas porque se encuentran desatendidas. Además, el 68,4% de mayores de 85 años permanecen aislados y solos, una situación agravada por los cuidados que requieren debido a su avanzada edad.
De acuerdo a la información recogida de numerosos organismos de investigación, la soledad en mayores tiene un impacto negativo tanto fisiológica como psicológicamente: aumenta el riesgo de depresión y ansiedad, provoca enfermedades cardiovasculares y agrava enfermedades de tipo óseo, entre otros. En efecto, la soledad y el aislamiento social están asociados a un mayor riesgo de mortalidad.
El principal objetivo de nuestro proyecto es promover un envejecimiento saludable tanto fisiológico como psicosocial a través de la protección y comunicación a distancia, pues nos encontramos ante una sociedad que se ha olvidado de sus mayores.