CASTILLO de GIGONZA

Lo que hoy conocemos como Castillo de Gigonza está situado en una zona ideal para cualquier tipo de asentamiento humano pues en sus proximidades se encuentra un manantial de aguas sulfuroácidas frías, ideales para curar o amortiguar los males del cuerpo. Así, cuando los seres humanos tornaron su modo de vida nómada por una más sedentaria, no tardó mucho en florecer una ciudad turdetana junto a los citados baños denominada Saguntia, que significa “fuerte”. Durante la expansión romana, y según cuenta el historiador Tito Livio, Roma envía al Valle del Guadalquivir al cónsul Catón en ayuda del pretor Publio Manlio para reducir a las tribus turdetanas y celtíberas. Y fue en Saguntia donde se entabló la ofensiva final que pacificó la zona. Más adelante, Saguntia es uno de los enclaves que apoya a Viriato por lo que, como castigo, Saguntia se convertirá en una ciudad estipendaria. Más tarde, con la llegada de los hermanos Balbo a Gades (Cádiz), los habitantes de Saguntia participan en la construcción del acueducto que partía del Tempul hasta Gades.

Durante la dominación visigoda, Saguntia pasa a formar parte del Obispado Asidonense pero en el año 555 pasa a ser dominio bizantino, que terminará en el 609 cuando el rey visigodo Suintila los expulsa definitivamente de la península. Es entonces cuando Saguntia adquiere gran importancia pues siguió acuñando monedas y obtuvo el honor de tener representante episcopal en el Tercer Concilio de Toledo.

Durante la dominación musulmana, Saguntia cambia su nombre por el de Xisgonza. Desde 1248 hasta 1492, Xisgonza se encuentra en zona fronteriza con el reino de Granada y servirá de refugio obligado para las incursiones de uno y otro bando pues la ciudad desaparece como tal y sólo se mantiene en pie el castillo. Una de estas incursiones, ocurrida en el año 1371, está descrita en los documentos históricos como la denominada Batalla de Gigonza y en la cual se cuenta cómo los caballeros de Xees (Jerez) logran salir victoriosos sobre los moros granadinos y africanos en un enfrentamiento ocurrido en las inmediaciones del castillo.

En el año 1312, el castillo perteneció a Don Alonso de Guzmán, sucesor del célebre Guzmán el Bueno hasta que muere en 1351 y pasa a pertenecer al Concejo de Jerez. En 1477 perteneció al Almirante de Castilla, don Alonso Enríquez y, en 1492, forma parte del patrimonio de Don Rodrigo Ponce de León, duque de Arcos. A finales del siglo XIX, Gigonza aparece como un prestigioso balneario fundado por don Francisco Ponce de León, Marqués del Valle de Sidueña (Medina Sidonia). Cuando fallece, el castillo y los Baños pasan a su hijo don Diego Ponce de León Carrizosa que muere en la guerra civil y el balneario deja de funcionar como tal.

En 1945, la marquesa lo vende a don Salvador Pineda Lobato “el Rondino” siendo sus herederos los actuales propietarios.

(Fuente: Wikipedia)

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