Ajedrez

Los niños y los beneficios de aprender ajedrez

El ajedrez es un juego de estrategia que trae beneficios a personas de todas las edades, particularmente en el caso de los niños, les ayuda de una forma especial a desarrollar sus capacidades intelectuales y su pensamiento lógico de manera más temprana.

Memoria

El juego del ajedrez los habitúa a recordar las reglas y las jugadas que van realizando. Aprender ajedrez influye positivamente en el desempeño de los niños en otras actividades y desde luego en su aprendizaje escolar.

Concentración

El ajedrez exige tanta concentración, que es común encontrar a sus jugadores completamente aislados del ruido en tanto están enfrascados en una partida.

Socialización

Para participar en el ajedrez los temas de raza, nacionalidad, idioma o edad no representan obstáculo alguno. En este sentido, el ajedrez es integrador y enseña a los niños la no discriminación. El lenguaje del ajedrez es un lenguaje universal.

Empatía

Durante el juego, el niño se pondrá en “los zapatos” del otro jugador, ya que se anticipará y se cuestionará “¿y ahora qué movimiento hará?”.

Respeto y asimilación de reglas

Como en cualquier otro juego, el ajedrez cuenta con sus propias reglas cuyo incumplimiento no es aceptable en ningún caso.

Capacidad de frustración

Perder es parte del juego así como lo es ganar, así que los niños aprenden a superar la frustración desde la perspectiva del juego y el respeto a los rivales.

Análisis y síntesis

En una partida de ajedrez, el jugador se encuentra ante una encrucijada, debe analizar las múltiples posibilidades, sintetizarlas para elegir una y plantear un contraataque a su adversario, desarrollando así su pensamiento crítico.

Organización y planificación

Como todo juego de estrategia, el ajedrez se revela como forma extraordinaria de desarrollar la parte del cerebro dedicada a la planificación, la gestión del tiempo y la organización.

Resolución de problemas y toma de decisiones

El ajedrez obliga a sus participantes a tomar decisiones con responsabilidad. Durante la partida, el niño se enfrenta a diferentes problemas y debe aplicar una estrategia a la vez que tiene en cuenta la del contrario. El tiempo es un factor importante en la partida, por lo que, además, el niño aprende a tomar decisiones bajo presión.

Creatividad e imaginación

En este juego no solo es necesario estudiar jugadas y seguir un patrón de movimientos determinado, sino que en ocasiones es interesante desarrollar la imaginación y prever diferentes posibilidades de lo que puede ocurrir durante la partida. Asimismo, es necesario crear jugadas sorprendentes e inesperadas.

Inteligencia emocional

Favorece el equilibrio entre lo racional y lo emocional, haciendo que los pequeños acepten y aprendan a encajar tanto los triunfos como los fracasos.