El cambio de siglo ha traído un cambio de concepción en los modelos de gestión de residuos urbanos que se ha ido materializando paulatinamente en los últimos años hacia la introducción de la economía circular en el ciclo productivo de nuestra sociedad y donde los residuos, que antes eran considerados directamente como desperdicios, ahora empiezan a ser contemplados como recursos.
La Unión Europea ha marcado claramente los pasos que deben dar todos sus miembros para avanzar hacia una mejora integral de la gestión de los residuos urbanos, donde realmente se respete su jerarquía de gestión, empezando por la prevención, seguida por unos objetivos de reciclaje elevados, y dejando como última opción, la valorización no material de los residuos y el vertido.
Uno de los ejes fundamentales sobre los que se desarrolla esta estrategia, es establecer una gestión diferenciada y optimizada de los residuos biorresiduos.