Todo comenzó con unas florecitas… por supuesto a crochet; ya que nuestra madre siempre tejió a ganchillo: tapetes, manteles, caminos de mesa, sueters, medias, entre otros para uso personal.

Somos 3 hermanas provenientes de una pequeña y modesta familia, establecida durante nuestra crianza en la Isla de Coche; nuestro padre, un carpintero y ebanista muy creativo y de espíritu emprendedor de nacimiento, nuestra madre, enfermera auxiliar y quién nos enseñó desde muy pequeñas el arte de tejer tanto a ganchillo como en dos agujas..

ALBA (la mayor de las tres)

“Aunque nuestra madre siempre tuvo la intensión de enseñarnos a tejer, me incliné mas hacia la costura y el bordado”.

ISMARIS

“Me inicié con la técnica ganchillo e hice variedad de crop top, top, blusas (también conocidos en otros países como musculosas, remeras, corpiños) entre otros para mi uso, pero me destaqué más en el tejido a dos agujas; llegando a comercializar sueters que estaban muy de moda en su momento, entre amigos y familiares”.

RAQUEL (la menor de las tres)

“También aprendí las dos técnicas de tejido, mas no era mi pasión para entonces, puesto que me atraía mas la pintura y el arte; cuyo desarrollo me inspiraba mucha mas libertad creativa, jamás pensé que podría desbordar esa creatividad en el crochet".

Crecimos en un hogar donde las revistas de Ganchillo Artístico, Puntorama, entre otras no podían faltar, ¡Ah! y ni hablar del gran libro de la colección Mil Labores, que contenía desde bordado y costura, hasta tejido a dos agujas; era casi imposible que no conociéramos la técnica y que no naciera en nosotras la curiosidad de aprender.

En marzo de 2016, cuando ya se sentía la avasallante situación política y económica que poco a poco estaría afectando a Venezuela; donde se reafirmaba la conciencia del reuso, de valorar y conservar lo que teníamos y lo que podíamos reparar, entonces una de nosotras desempolvó un sueter que tenia varios puntos sueltos, pero ¡Que ironía! este no era hecho a mano, pero le daríamos su toque. Fue así como con la idea de customizar esta prenda, hicimos una búsqueda exhaustiva en el “baúl de los recuerdos” y encontramos literalmente un tesoro, parte de aquellos tejidos que hacía nuestra progenitora durante mucho tiempo, entre los años 90 y de los que servirían perfectamente dos florecitas tejidas a crochet; la joya que en adelante daría paso a una gran idea…

Al cabo de aproximadamente 2 años, la labor y el emprendimiento como tal fue evolucionando; cada quien tomó su rol, nos afianzamos en lo que sabiamos hacer, perfeccionandonos a traves de la práctica, aprendiendo en el proceso de producción y manejo del negocio, haciendo correcciones, mejoras y reinventandonos para mejorar cada día. A comienzos del 2019 Alba tomó la decisión de emprender un nuevo camino en su vida profesional; pero por supuesto siempre brindándonos su apoyo como hermana.

Y así comenzó todo… estas florecitas las tejió nuestra madre; quién sabe cuanto tiempo tenían guardadas, lo que si sabemos es que se conservaban intactas, y es que el tejido tiene esa particularidad, es perdurable en el tiempo.

Dos flores para customizar una prenda de vestir fueron suficientes, pero y el resto de florecitas, hojitas y cualquier cantidad de figuras a crochet que encontramos… pues se nos ocurrió hacer colitas, pulseras y diversos accesorios que incluso luego comenzamos a tejer nosotras mismas.

En abril de 2016 nació la idea, el proyecto, un emprendimiento, una marca FLOR DE LOTO OUTFIT FDLO.

Al cabo de aproximadamente 2 años, la labor y el emprendimiento como tal fue evolucionando;cada quien tomó su rol, nos afianzamos en lo que sabíamos hacer, perfeccionandonos a través de la práctica, aprendiendo en el proceso de producción y manejo del negocio, haciendo correcciones, mejoras y inventándonos para mejorar cada día. A comienzos del 2019 Alba tomó la decisión de emprender un nuevo camino en su vida profesional; pero por supuesto siempre brindándonos su apoyo como hermana.