El medio ambiente es la primera víctima del incremento de la contaminación en el aire y en el agua. El incremento de la cantidad de CO₂ en la atmósfera conduce a la creación de la capa de niebla que rodea nuestro planeta, restringiendo que algunos rayos de sol entren en la superficie. Por lo que, si sigue aumentando, podría llegar a evitar el proceso de fotosíntesis de las plantas.
Los gases como el sulfuro de dióxido o el óxido nitroso pueden causar la lluvia ácida. Mientras que el derrame de un combustible, como el petróleo, en aguas marinas puede desencadenar la muerte de muchas especies de animales y plantas.