Nuestra universidad necesita cambiar.
No para parecerse a otras, ni por moda, sino para estar a la altura de los desafíos del país. Los universitarios, y especialmente los docentes, tenemos la responsabilidad de asumir esta discusión. El proceso de elección del próximo rector puede ser una oportunidad para esto. Es hora de acercar el cogobierno a las bases y pensar nuevas formas institucionales más democráticas, ágiles y representativas.
Hoy se abre una ventana de oportunidad para hacer estos cambios. Después puede ser tarde.