Esto se debe a las características de esta luz, que es absorbida primeramente por una materia oscura presente en la piel, la melanina, cercana a las células matriciales del folículo piloso. Cuando esta luz es absorbida por la melanina, se produce calor, provocando la destrucción de dichas células que son las que aseguran la vitalidad y crecimiento del pelo. Esta es la razón por la cual el vello no vuelve a crecer.