Territorios en Cleta es una iniciativa de los curicanos Felipe Aguilera Sáez (geógrafo) y Rafael Andaur Marín (comunicador social), ambos miembros de la ONG Territorio a Escala Humana, cuyo objetivo es recorrer en bicicleta desde Arica y en dirección sur, conectando con comunidades, lideresas y líderes sociales, para conocer distintas experiencias a escala humana, es decir, donde se impulsan acciones que buscan responder a distintas problemáticas y desafíos colocando en el centro a los seres humanos y sus comunidades, preservando el medioambiente, sus identidades y culturas.

Con esto buscamos forjar redes a lo largo del país, identificando organizaciones, comunidades, actrices y actores que practiquen acciones a escala humana en respuesta al contexto territorial en el cual se localizan.

El recorrido


Temas observados

Sigue la ruta...  2596,9 kilómetros

Iloca - Curicó

iloca - curicó
09 de julio (120 kms.)

Día 39 y último de Territorios en Cleta. El día comenzaba con una lluvia suave pero de esas que mojan de una toda la ropa. La espera fue hasta las 11 de mañana para que pase el agua y comience a abrirse poco a poco el cielo. Y luego de agradecer a Cristian de Periódico Iloca cl, el camino es bastante tranquilo los primeros 10 kilómetros donde aún es posible ver el mar, luego nos encontramos con el puente que cruza el río Mataquito en dirección a Constitución, pero nuestra ruta será completamente por la J-60, una ruta en un estado deplorable, más aun para ciclistas que perciben toda la rugosidad de la carpeta. Y así a contracorriente del río Mataquito, este nos guiará casi todo el camino, entre paisajes compuestos por cerros, plantaciones forestales, praderas, cultivos agrícolas, ganadería, y una seguidilla de caseríos, localidades y centros urbanos que se abren paso río arriba, permitiéndonos atravesar la cordillera de la Costa sin grandes cuestas que subir y bajar. Poco a poco el transito vehicular empieza a aumentar, en ambos sentidos, y ya al llegar a Quilpoco nos encontramos con Víctor de VINAR, un amigo y colaborador de la ONG quien haría de escolta los últimos kilómetros del proyecto. Llegando a Rauco, y ante la necesidad de recargar las últimas energías, decidimos servirnos un rico mote con huesillo, clásico de la zona, y con esta última parada obligada por itinerario, nuestro amigo Víctor transmitió el final del recorrido en medio de la noche que ya había caído y cuya visibilidad era compleja debido a la neblina pero también al intenso humo presente en esta zona de continuas preemergencia ambiental producto del uso descontrolado de leña. Al ingresar a la zona urbana de Curicó, pudimos constatar que la movilidad posee bastantes deficiencias, ya que además de contar con ciclovías en pésimas condiciones, existen tacos en horas punta, lo que para una ciudad tan pequeña resulta un poco absurdo que la movilidad de las personas se concentre en el transporte privado. Sin embargo, también pudimos apreciar que el transporte público esta constituido principalmente por colectivos y las micros viajaban colmadas en su capacidad. Al llegar finalmente a la Plaza de Curicó, fuimos recibimos por un grupo de ciclistas y medios que nos han apoyado y acompañado de diversas maneras en todo el recorrido de Territorios en Cleta. Así, con el ánimo por la nubes, terminamos el viaje que empezó el 1 de junio de 2021 en Chacalluta Arica, y termina luego de 39 días en pleno centro de Curicó, habiendo registrado 2596,9 kilómetros.

Pichilemu - iloca
08 de julio (88 kms.)

Con las pilas recargadas después de un gran festín de fideos la noche anterior, y también en la mañana previo a salir, con unos improvisados patacones, empezamos el penúltimo día de pedaleo con el "ombligo pa' fuera", y a la vez con el corazón contento por reencontrarnos con nuestro amigo Mauricio en Pichilemu después de 37 días. El trayecto hasta Cahuil fue bastante calmo y cerca del mar, lo que para el sur cambia bruscamente, ya que nos adentramos por la cordillera de la costa donde es posible observar gran presencia de loteos y venta de parcelas, algunas de ellas sobre las mismas dunas al sur de Pichilemu. Al pasar por Bucalemu, un pequeño poblado alejado del paisaje forestal donde predomina la agricultura y ganadería, la ruta continua por la cordillera costera desde donde a ratos se ve a lo lejos e imponente la de los Andes, y más aún el complejo Planchón-Peteroa. El último poblado de la región de O'Higgins es Lo Valdivia, una localidad donde al igual que Cahuil, se produce y comercializa sal. La bienvenida en la costa norte del Maule la da Boyeruca, una pequeña y pintoresca localidad nutrida en restoranes, viviendas, una posta y la caleta de pescadores. El paso desde aquí comienza sobre un camino de tierra muy empinado, pero que entrega fabulosas vistas hacia las saleras recién atravesadas. Aún así el camino esta en buen estado hasta empalmar la Reserva Nacional Laguna Torca, conocida además por la presencia de diversa avifauna entre la que destaca el cisne de cuello negro. Nuevamente, desde el cruce hacia Llico y Vichuquén, la ruta nos invita a subir los cerros por camino de tierra, el cual va empeorando más cuando conectamos la bajada hacia la localidad de Lipimávida. Nuevamente en plena ruta costera, llegamos a la ruta J-60 la cual nos hace pasar por Duao y, al llegar a Iloca nos encontramos con la familia de Rafael, quienes nos invitaron a compartir una agradable cena para socializar el proyecto y sentirnos como en casa. Previo a eso pudimos encontrarnos con Cristian Céspedes quien nos esperaba para hacernos una nota en un medio de comunicación local, y quien además nos recibió en su negocio de alojamiento gracias a la gestión de nuestro amigo, Adolfo González, del programa "Ahora es Cuando"

Pichilemu - Iloca

Litueche - Pichilemu

Litueche - Pichilemu
07 de julio (60 kms.)

Después de rechazar un almuerzo donde la señora Marisol, debido a que salimos pasado las 13 horas, no podíamos perder más tiempo ya que la ruta se avizoraba compleja por cruzar la cordillera de la costa en dirección a Pichilemu. Los primero 20 kilómetros fueron bastante amigables debido a las suaves lomas que constituyen la comuna de Litueche, desde donde es posible observar a lo lejos la cordillera de los Andes en su gran magnitud, así como actividad agrícola y ganadera, pero también el desarrollo de negocios derivados de las parcelaciones de predios rurales. Casi llegando al cruce con la Ruta 90, grande fue la sorpresa de ver un letreo que indicaba "no botar basura, multa 3 UTM" en un área de estacionamiento, donde precisamente pareciera que fueran a botar basura adrede. Sinceramente resulta absurda la imagen, pero a estas alturas del viaje, sólo se puede pensar en que como humanidad tenemos talento para superarnos. Ya empalmando la ruta hacia Pichilemu, se puede observar que el paisaje cambia radicalmente, pues los predios forestales copados de monocultivos de pino se erigen en las a lo largo y ancho de la cordillera de la Costa, panorama entristecido por esteros completamente secos a causa de la escasez hídrica. Finalmente el descenso de los cerros nos lleva hasta la localidad de Pichilemu, la que nos recibe por el norte con la laguna Petrel lamentablemente contaminada por la descarga de aguas servidas, así lo indica nuestro amigo Mauricio que nos recibe en casa de su madre (Margarita) donde pudimos descansar en un ambiente cálido y acogedor.

San antonio - Litueche
06 de julio (74 kms.)

Luego de conocer la Casa del Ciclista y compartir con compedaleros, el viaje continúa como siempre en dirección Sur. Dany, nuestro amigo nos advirtió que la Ruta de la Fruta es altamente transitada por camiones, pero además que prácticamente no tiene berma. Esto lo pudimos constatar a medida que avanzamos hacia la rivera sur del río Maipo. 15 kilómetros de mucho peligro tuvimos que pasar hasta encontrar la bifurcación hacia Rapel por la ruta I-80-G, también con poca berma, pero que tenía un trafico mucho menor de vehículos motorizados. El trayecto a partir de ahí fue bastante tranquilo, transitando por una cordillera de la costa en forma de suaves colinas que invitaban a disfrutar del paisaje compuesto por arboles como el espino y otros nativos, eucaliptus, pinos, aromos, cultivos agrícolas y zonas de ganadería. Definitivamente nos encontrábamos en el campo tradicional que se suele conocer. Así luego de 74 kilómetros llegamos a la localidad de Litueche, inmersa en este mismo paisaje cuyo poblado se distribuye entre llanuras y lomajes. La estadía fue en la acogedora casa de Marisol Céspedes, gestión realizada por nuestra compañera Colomba Godoy Arteaga.

San Antonio - Litueche

El Quisco - San Antonio

El quisco - San antonio
05 de julio (33 kms.)

Muy temprano fuera del local de empanadas de nuestro amigo César tomamos el desayuno y agradecimos la gestión por la noche anterior, para luego continuar la ruta en primera instancia hasta Cartagena. Durante la noche nos enteramos de un reportaje por la televisión del Humedal de Córdova cuyas aves se habían visto afectadas por el cableado urbano que se encuentra en el puente entre la playa y el humedal, viéndose intervenida su área de vuelo, colisionando e incluso en algunos casos causando la muerte de ejemplares.

Pasado este sector llegamos a la localidad de El Tabo para seguir la ruta hacia Cartagena, donde nos encontraríamos con la presidenta del Comité Ambiental Comuna de esa comuna. Parte de las problemáticas que nos indica María Ester, es la afectación de algunas playas por las marejadas, escasez hídrica para consumo humano en nuevos asentamientos en sectores rurales, gestión de residuos principalmente en época estival donde los turistas llegan en masa, entre otras que han logrado abordar como CAC por medio de diferentes acciones y agrupaciones que lo conforman, indicando que cuentan con un buen grupo de personas que quieren su territorio y han logrado concretar acciones por mejorar espacios, uno de los principales es el humedal ubicado en el Estero Cartagena. 

Avanzando hacia el sur, como siempre, nos reunimos con Lily, coordinadora de la agrupación Ojos de Mar, con quien pudimos recorrer parte de la desembocadura del río Maipo y las lagunas aledañas identificadas como Ojos de Mar. Desde la agrupación han hecho variadas actividades por visibilizar el estado y fragilidad de este ambiente, y llama particularmente la atención el contraste que existe con la ribera sur, en la comuna de Santo Domingo, donde parte de la desembocadura sí es reconocida como Santuario de la Naturaleza y cuanta con infraestructura y presupuesto para su protección, y por el lado norte de Ojos de Mar se emplaza un gigantesco puerto que busca la ampliación, lo cual generaría grandes perjuicios para el ecosistema presente en la ribera norte del río Maipo. 

Nuestro día termina con la llegada a la Casa del Ciclista en la localidad de Llolleo, donde Felipe, César y otros integrantes de este espacio autogestionado tienen a disposición para que cicloviajeros como nosotrxs, o Dany otro cicloviajero que coincidimos, tengamos un espacio para descansar, comer, culturizarnos e incluso un taller con todo lo necesario para reparar las bicicletas. "Ciclovía para San Antonio" es parte de las luchas que dan día a día debido a la alta tasa de motorización y también al elevado flujo de camiones de carga producto de la presencia del puerto, lo que hace una verdadera odisea para lxs ciclistas pedalear por la ciudad. 

valparaíso - El quisco
04 de julio (72 kms.)

La salida de Valparaíso fue cerca del medio día, un día histórico porque sesionaba por primera vez la Convención Constituyente. Por nuestra parte, la ruta sería por una cara de Valparaíso poco conocida, esa que tiene vida de barrio, donde las personas conversan en las esquinas, en los negocios o paraderos, donde hay perros de casa y del barrio al que todos conocen y que igual nos ladra. Cerca de 10 kilómetros de subida nos permitió observar entre quebradas una realidad diferente al "Plan" y los pintorescos cerros turísticos llenos de colores y murales, donde además se aprecia lugares con escombros, y la zona periurbana empieza a entremezclarse con monocultivos de eucaliptus y pinos que nos acompañarán todo el día. Pasada este tramo alternativo a la Ruta 68, donde incluso tuvimos problemas con las alforjas debido al irregular camino de tierra en algunas partes, comenzamos a descender por la cordillera de la costa hasta el Humedal de Tunquén. Este humedal es hermoso, y la Fundación Tunquén Sustentable ha hecho un continuo trabajo para resguardar y visibilizar el valor ambiental del Santuario de la Naturaleza. Algunas cosas están al debe, como lo es el Plan de Manejo que además requiere que su gestión no quede solamente en manos de la propiedad privada a la que corresponde el humedal. Más detalles pueden encontrar ACÁ.

Siguiendo la ruta en dirección sur, Julián de la Fundación Tunquén Sustentable nos advirtió de las condiciones del trayecto, el cual tenía fuertes pendientes y muchas curvas. Finalmente al llegar a la zona urbana de Algarrobo, nos encontramos con el Humedal El Membrillo, el cual colinda con el tremendo complejo inmobiliario San Alfonso del Mar, el cual posee una laguna artificial gigantesca. Hacia la playa y a lo largo de este lugar, habían vestigios de cómo las marejadas afectaron a la infraestructura del lugar y han erosionado la playa producto de la cerca con el mar de este conjunto inmobiliario. 

El día terminó en El Quisco, donde conocimos a César Balaguero Naranjo quien nos recomendó lugar para alojar luego de comprarle una exquisitas empanadas en su local, para quitar el hambre después de un día lleno subidas, bajadas y monocultivos.

 Valparaíso - El Quisco

 Quintero - Valparaíso

Quintero - valparaíso
03 de julio (49 kms.)

La noche en Quintero la pasamos en el Hostal La Moderna, un servicio de alojamiento muy cómodo y céntrico, que además ha logrado implementar diversas técnicas para reducir la generación de residuos y buscan contar con un sello sustentable y acogedor. Acá Diego nos hizo algunas recomendaciones respecto a la ruta, que más tarde pudimos comprobar en plenitud. Así saliamos de Quintero en dirección sur, y tal como fuimos advertidos, el trayecto contaba con un continuo flujo de camiones, una berma muy estrecha y además en mal estado, muchas curvas y variadas pendientes hasta Concón. Así, a unos 8 kilómetros se logra divisar esta ciudad cuya carta de presentación son un gran conjunto de edificios que colindan con el Santuario de la Naturaleza Dunas de Concón. Pero antes de llegar ahí, se puede observar en su ingreso por el norte la desembocadura del río Aconcagua, un río importante para la región que tiene emplazado hacia el este la industria ENAP. Pasando por Concón para aprovechar de comer unas empanadas típicas de la zona, de camino nos encontramos con un deslizamiento de tierra producto del rompimiento de una cañería que de paso se llevó los cables del tendido eléctrico. Esta situación podría verse agravada por la presencia de árboles en una ladera que es el límite de una vivienda y posibles derrumbes a causa de la vibración con el tránsito de vehículos pesados. Poco más al sur, una situación similar podría darse a una escala mayor, y es que se aprecia cómo la industria inmobiliaria ha ido quitando terreno al extenso campo dunar, implementando ingeniería de alto costo para construir edificaciones en la vertical que superan los 20 pisos.

Avanzando hacia el sur, a pocos kilómetros se llega al sector de Reñaca, lo que nos indica que definitivamente estamos en el área urbana ya que el tráfico vehicular es muy intenso y comienza a tornarse peligroso. En algunos sectores existe una ciclovía que comparte espacio con la vereda. Ya más hacia el centro de Viña del Mar en plena costanera, existe una ciclovía que permite avanzar con mayor seguridad, la que se extiende hasta el Estero Marga Marga. Pasado este tramo, se emplaza una amplia avenida que conecta la ciudad con Valparaíso, en la cual los vehículos tienen permitido transitar a 70 km/h. Esto nos obliga a apurar la cadencia del pedaleo, para dirigirnos al destino del día, donde amigos pedaleros de la ciudad nos gestionaron un espacio en un lugar icónico de Valparaíso. Agradecimientos especiales a Rolando quien forma parte de The Amaizing Bike, Urban Lab y el colectivo Muévete, por gestionar una muy agradable y reponedora estadía en el Lemuria Hostel, ubicando en pleno Cerro Alegre.


papudo - Quintero
02 de julio (64 kms.)

Con una mañana agradable el pedaleo continúa en dirección sur, cuya ruta es muy sinuosa a causa de los cerros y acantilados que limitan el mar, pero mucho más tranquila que los días anteriores, dado que es transitada principalmente por vehículos menos. Hacia el sur de Papudo pasamos por sectores como Zapallar, Cachagua, La Laguna, Maitencillo y luego de varias vueltas y buscar acceso, debido a los cierres de la propiedad privada, logramos llegar hasta los acantilados de Quirilluca, un Sitio Prioritario para la Conservación que viene siendo uno de los pocos espacios naturales que le quedan a la tristemente denominada "Zona de Sacrificio" en Puchuncaví. Es que luego de lograr encontrar la ruta pública para dirigirnos hacia Quintero, llegamos hacia la Playa Ventanas. Al ver este paisaje tan antropizado, donde la tipología de las viviendas y configuración urbana cambia radicalmente respecto a lo recorrido durante la mañana, es imposible quedar indiferente a tales chimeneas de termoeléctricas, un gigante puerto y extensos terrenos industriales que por lo demás, atraen un continuo y peligroso flujo de transporte de carga, lo que obliga a acelerar el paso para resguardar la seguridad. Luego de llegar a la playa por el sector de Loncura, llegamos a un paseo el cual se econtraba lleno de actividades deportivas y recreativas, cuyo espacio público estaba muy activo muy por el contrario de las comunas poco más al norte.

 Papudo - Quintero

Los Vilos - Papudo

Los vilos - papudo
01 de julio (94 kms.)

Con una salida casi a las 12 del día, el tiempo estrechaba para terminar la jornada con luz día. Esta situación se volvía más compleja ya que el viento soplaba en contra a unos 20 km/h, según lo que indicaba la aplicación del celular, y esto era posible de constatar por el movimiento de las banderas de distintos negocios a lo largo de la carretera como también por el comportamiento de las copas de los árboles. Es que con el avanzar de los kilómetros la vegetación comienza a elevarse y los cactus ya no son los que destacan en el paisaje, si no que aparece a la vista diversos arbustos que crecen inclinados por la fuerza el viento, también espinos, quillay y otras especies introducidas como eucaliptus y aromos, que además ya florecían y emanaban fresco olor. Esta transición ocurre entre la parte sur de la región de Coquimbo y la región de Valparaíso, tramo en el que además las pendientes persisten pero de manera menos pronunciada en la zona costera donde los valles transversales desembocan en el mar en forma de bahías con amplias playas. Una de ellas en la parte norte de la región de Valparaíso es Los Molles, una localidad que ha sido noticia en el último tiempo debido a la construcción de conjuntos residenciales de unos 5 y 6 pisos en zona de humedal, pero además muy cerca de la línea de playa, viéndose expuestos a las fuertes marejadas que, cada año aumentan en frecuencia e intensidad debido al cambio climático. Es por ello, que tuvimos la oportunidad de acercarnos a registrar parte de lo que se bullaba en medios y redes sociales, encontrándonos con un escenario impactante, con el agua de mar aún en plena calle colindando con estos edificios, seguramente buscando su cauce natural. 

Continuando la ruta y pasando la localidad de Pichucuy, la Ruta 5 comienza a adentrarse hacia el interior en dirección a Santiago, que de camino a La Ligua es posible ver a un costado de la carretera a vendedores de los típicos "Dulces de La Ligua", de los cuales pudimos comprar algunos a don José, un señor que nos permitió grabarlo e hizo la invitación a comprar estos exquisitos y frescos dulces, ya que la pandemia a afectado a este rubro. Luego de esta parada, frente a la localidad de Pullally está el desvío hacia Papudo, lugar donde además destaca una gran plantación de paltas en varias hectáreas de cerros. Haciendo ingreso a la ruta E-30-F, sólo quedan 15 kilómetros para llegar a la ciudad de Papudo, cuyo trayecto es muy amigable para pedalear y donde además es posible mirar cada vez más vegetación. Al llegar, cruzando un puente llama la atención lo seco que está el estero, lo que nos lleva a corroborar el estado del Bien Nacional Protegido Humedal de Papudo, el cual sí cuenta con el espejo de agua, pero que posiblemente se mantiene por infiltración del agua de mar y no por el aporte del río que, por otra parte, puede estar con tal sequía debido a las actividades agrícolas aguas arriba. Otro detalle que llama la atención en el sector, es la presencia de edificios muy cerca de la playa y del humedal mencionado, lo que repite lo registrado anteriormente en Los Molles y dejándonos muchas preguntas respecto a la gestión y planificación territorial en la región que acabamos de visitar.

La cebada - Los vilos
30 de junio (115 kms.)

La jornada de hoy podría decirse que ha sido la más pesada del viaje. Es que el cansancio acumulado se hizo notar, con una ruta repleta de subidas y cuestas, sumado al constante viento convirtieron la jornada en extenuante. Y así como había viento, también habían parques eólicos, y muchos. La región de Coquimbo ha dejado ver con tan solo transitar por la Ruta 5 una gran variedad de actividades productivas, desde la pesca, minería, agricultura, turismo, y en el tramo de hoy producción de energía renovable. Además, un tramo que en transporte motorizado parece monótono para quien no lo transita de manera habitual, el pedaleo y su velocidad permitió observar variada oferta de paisajes a pesar de las continuas subidas y cuestas de la ruta. Posadas de camioneros muy seguidas, localidades a ambos costados de la ruta, eternas quebradas de oriente a poniente hasta desembocar en el mar, variada y verdosa vegetación que al salir el sol comienza a emanar un fresco y agradable aroma que energiza los pulmones y que también sirve de hogar una gran cantidad de especies de avifauna. Así fue posible sobrellevar esta agotador tramo de Territorios en Cleta para encontrar abrigo en la ciudad de Los Vilos, donde esperamos recargar pilas y abrigo ante la ausencia de calor típica de la época, que se hace notar a medida que avanzamos en dirección sur.

 La Cebada - Los Vilos

La Serena - La Cebada

La serena - La cebada
29 de junio (137 kms.)

La salida prevista a las 9, finalmente ocurrió a las 10 de la mañana. El frío invernal comienza a hacerse sentir a medida que avanzamos hacia el sur, es por ello que esperamos un poco para que el sol caliente el ambiente.

La Avenida Juan Cisternas da inicio a la ruta con una ciclovía que conecta hasta la ciudad de Coquimbo por las terrazas al oriente de la Ruta 5, debiendo conectar con esta por la Avenida La Cantera. El intenso tráfico vehicular hace peligroso el transitar por la ruta dentro de la ciudad, debiendo tomar calles paralelas para evitar situaciones complejas. Una vez saliendo del radio urbano, la berma se abre en todo su esplendor para continuar una extensa jornada programada. Las reiteradas cuestas existentes en este tramo, preveían un día monótono, sin embargo, el ritmo fue ideal para alcanzar la meta, pudiendo observar en el trayecto diversas situaciones que al menos en vehículo y bus no había percatado. Es que saliendo de Coquimbo parece ser solo subir y bajar cuestas, pero la cadencia, ritmo, tiempo y velocidad del pedaleo dio la posibilidad de observar situaciones como: viviendas emplazadas en cordones de dunas al llegar a Guanaqueros, quebradas muy vegetadas con humedales al parecer permanentes, olores diversos dada la constante y extensa vegetación, sectores de cultivos donde estaban cosechando pimentones, una infinidad de negocios y caseríos que ofrecen diversos productos locales como queso de cabra, copao, papayas, mermeladas, pan amasado, entre tantos otros producidos en la misma zona. Finalmente, y ya entrada la tarde con el sol cayendo, este fue tapado por una espesa camanchaca en el sector de Talinay, lugar que pasados unos kilómetros, fue posible llegar hasta una posada en La Cebada para comer lo necesario y pernoctar con la meta del día cumplida.

La serena
27 y 28 de junio (descanso)

Llegando a la capital de la región de Coquimbo, el descanso se programó para el día domingo y lunes, donde luego de reponer energías en el primero, el segundo día tuvimos la oportunidad de comunicarnos y tener una larga jornada en terreno con Surgencia ONG, quienes buscan contribuir a la conservación y la puesta en valor del patrimonio costero-marino de la Región de Coquimbo. Durante la jornada que comenzó a las 8 de la mañana, tuvimos la oportunidad de recorrer desde el norte de la comuna el sector de Punta Teatinos donde pudimos constatar la presencia de un humedal que tiene presencia de muchas problemáticas relacionadas con la antropización. En este sector habitan taguas, piqueros y otras especies, pero llama la atención la presencia del pilpilén, un ave que nidifica en la arena y dunas que lamentablemente estaban invadidas por el ingreso de vehículos motorizados que destruyen este hábitat así como los nidos y crías de estas aves. Continuando más al sur, pudimos llegar al sector de La Serena Golf, donde se emplaza un conjunto inmobiliario sobre un amplio cordón dunar, lo que además de invadir el hábitat de la avifauna, se ubican en las proximidades de la playa exponiendo toda la inversión a la amenaza de tsunami así como a las crecientes marejadas de los últimos años.

El recorrido sigue hasta el sector de la desembocadura del río Elqui. Acá las problemáticas son similares a los lugares anteriores, pero se van intensificando en la medida que nos acercamos al centro de la ciudad, ya que en el mismo lugar pudimos ver una presión urbana que amenaza con diversas fuentes la sustentabilidad del área debido a la presencia de conjuntos residenciales muy cerca de áreas de inundación por crecidas de río así como por tsunami y marejadas, el ingreso de vehículos motorizados a las dunas y playas circundantes, presencia de perros vagos y mascotas que pasean sin medios de sujeción y que corretean a las aves que habitan ahí, vertederos ilegales de escombros, envases de bebidas alcohólicas, y otras actividades que afectan en menor y mayor medidas este ecosistema. Muy cerca de ahí, se emplaza El Faro, un monumento que se encontraba en proceso de restauración cuya inversión de más de 1.800 millones de pesos, busca mejorar sus dependencias que hoy en día están siendo afectadas por las constantes marejadas que reducido el sector de la playa por la erosión a causa de elementos antrópicos. A lo largo de toda la Avenida del Mar, existen diversas intervenciones que pretenden mitigar el impacto de las marejadas sin mayor éxito, dado que se han visto afectados locales comerciales y equipamiento público, reduciendo el espacio entre el suelo residencial y la playa misma.

Posteriormente avanzamos hasta el Humedal El Culebrón, un humedal que esta entre la conurbación Coquimbo-La Serena y que concentra con mayor intensidad las amenazas ya mencionadas así como otras particularidades del territorio, como tomas de terreno, depósito de relaves históricos y la construcción de mobiliario público que busca mitigar la afectación de marejadas hacia la vía principal pero que sin embargo, genera erosión a lo largo de gran parte de la playa. En este humedal convive una gran diversidad de avifauna, donde nos encontramos además con un flamenco juvenil de origen altoandino, que se cree llegó desorientado a la zona donde lleva ya un par de meses habitando. Lamentablemente las aves del sector se ven amenazadas y estresadas por la gran cantidad de actividades que circundan el humedal, donde además fuimos testigos del ataque de perros al flamenco en comento.

Luego, para ir cerrando la jornada nos dirigimos al sector de La Herradura al sur de Coquimbo, donde los cordones dunares están completamente fragmentados y la afectación de las marejadas es evidente sobre las toneladas de hormigón que se ha emplazado al borde de la playa. El equipo de Surgencia hace énfasis en la gran cantidad de actividades antrópicas que conviven en la pequeña bahía, así como en la deficiente gestión y aplicación de los instrumentos de planificación a lo largo de la costa recorrida. 

Nuestro recorrido finaliza con la visita al Punto Limpio Crea Herradura Verde, una iniciativa local de la junta de vecinos de La Herradura N° 13, que nace el año 2013 por un Fondo de Protección Ambiental cuyo éxito ha relevado la iniciativa alrededor de toda la región.

La Higuera - La Serena

La Higuera - La serena
26 de junio (58 kms.)

El pronóstico del tiempo indicaba una mañana fresca con cielos parciales. El pedaleo programado a las 9 de la mañana tuvo un pequeño retraso dada la amabilidad de "La Higuerana" quien regaló un té para calentar el cuerpo en la fría mañana con un cielo completamente cubierto, y que a tan sólo 6 kilómetros, la Cuesta Buenos Aires esperaba con una densa camanchaca que hacía dudar el avance dada la poca visibilidad a esas horas de la mañana, lo que podría poner en peligro la integridad física ya que el tráfico de vehículos de carga iba en aumento. Luego de esperar hasta las diez y media de la mañana, comienza el avance en dirección sur para bajar la cuesta. En un momento estuvimos dentro de la nube pero aún contábamos con buena visibilidad, y con el correr del descenso nos encontramos bajo esta densa nube que mojaba la ropa. Un tranquilo avance nos llevó hasta la caleta Los Hornos, que no parecía contar con mucha actividad por lo que proseguimos la ruta hacia la La Serena. Ya con la vista nuevamente puesta en el mar, el cielo poco a poco comienza a abrirse paso al sol y a unos 30 kilómetros al norte del área urbana, se pueden observar un sin fin de divisiones prediales que cuentan con viviendas con buena materialidad, que a simple vista no poseen servicio de electricidad, el agua potable esta dado por camiones aljibes que se ven distribuyendo en distintas casas, y las aguas servidas en algunas son tratadas con fosas que también contaban con servicio de retiro de las deposiciones.

El ultimo tramo esta delimitado por la Cuesta Los Porotitos, una bajada que nos deja casi a la altura de la playa, donde las actividades al costado de la carretera comienzan a verse diversas por la instalación de equipamiento comercial, servicios, cultivos agrícolas (particularmente hortalizas que emanan un exquisito olor) y finalmente el acceso norte donde se encuentra nuestro destino en la ciudad de La Serena, el sector de Las Compañías.

vALLENAR - La Higuera
25 de junio (138 kms.)

La salida desde Vallenar se preveía con continuo ascenso durante gran parte del día. Así fue al menos hasta Domeyko, con un día soleado pero fresca, el camino continuó por la Ruta 5 sin inconvenientes luego por Cachiyuyo, donde pudimos ingresar a observar el lugar y encontrarnos con el "mítico" teléfono el cual fue blanco de nuestra cámara. Pasada esta localidad, es posible mirar hacia el este de la ruta una gigantesca planta fotovoltaica muy cerca del Observatorio La Silla. A continuación prosigue la Cuesta Pajonales, la que viene a darnos un gran respiro y ánimo para continuar la ruta hasta al menos Incahuasi, una localidad muy cerca del límite sur de la región de Atacama, en la cual habita un gran número de loros tricahue (muy bulliciosos) y también es posible observar construcciones antiguas y vestigios de una estación de tren. El descenso continúa hasta el límite regional con Coquimbo, donde la ruta se transforma más llana pero con un poco de viento en contra dado el atardecer, el ritmo de pedaleo dejó avanzar hasta La Higuera cuando el sol se escondió. El destino fue la Posada "La Higuerana", atentida por Fresia Miranda Fabregas donde llegan continuamente camioneros a degustar comida casera y donde nos permitieron armar la carpa y pasar el rato en los comedores hasta la hora del cierre (20:30 horas).

Vallenar - La Higuera

Carrizal Bajo - Vallenar

carrizal bajo - vALLENAR
24 de junio (95 kms.)

Luego de una sentida despedida del Rafa, quien dejó un profundo vacío en el equipo para continuar en la ruta, Territorios en Cleta avanza inicialmente en dirección a Huasco cuya ciudad desde el Parque Nacional Llanos de Challe, a unos 40 kms de distancia, comienza a dar atisbos de urbanización por la costa en los sectores de Caleta Angosta y Los Toyos, a lo lejos también es posible visualizar la planta termoeléctrica que se encuentra en la ciudad de Huasco junto a la planta de "pellets" de CAP, fuente de grandes emisiones de material particulado a la atmósfera que por décadas ha sido perjudicial para la salud de las personas y hoy la hace reconocer como ZONA DE SACRIFICIO. 

Junto a esta misma ciudad, hacia el norte, se encuentra la desembocadura del río Huasco. En este sector se ubica un gran humedal que es hogar de extensa vegetación y fauna silvestre, principalmente aves. Además, al humedal lo circundan hermosas dunas que lamentablemente tienen intensa intervención de vehículos motorizados, invadiendo claramente en el hábitat de las aves del sector. Por otra parte, la proliferación de tomas costeras se ha instalado en zona de amenaza de tsunami, pero además abarcan parte de estas dunas, que poco a poco podrían ir deteriorando este ambiente en la medida que vayan creciendo. Pasando por el sector de Huasco Bajo para luego tomar la ruta en dirección hacia el este hasta la Ruta 5, al momento de cruzar el río se logra apreciar mucha vegetación, olivos centenarios, otros cultivos agrícolas, y un sinfín de olores entregados por la flora del lugar, donde a un extremo del puente se encuentran unas señora vendiendo delicias de la zona como mermeladas y pan de aceitunas, lo cual fue una oportunidad de comprar un tremendo pan que pudimos degustar durante el resto del pedaleo. 

Ya de camino hasta nuestro destino del día, Vallenar, nos encontramos con arreglos en la vía, antes y después de Freirina, que dicho sea de paso, es una pequeña cabecera urbana que cuenta con un par de edificios patrimoniales restaurados como la iglesia Santa Rosa de Lima y el edificio Portales. Ya pasando Freirina, a 30 kms de Vallenar, la ruta que va en continuo ascenso no es tan pesada y ofrece hermosas vistas hacia una cordillera nevada con precipitaciones de días previos, el arribo fue a eso de las 14 horas donde fue posible acceder al taller de bicicletas BikErik, atendido por su propio dueño, don Erik quien con más de 60 años aún rueda en su bicicleta para uso cotidiano y a nivel competitivo, nos ayudó a hacer mantención de frenos y nos contó un par de historias de ciclismo que a estas alturas son un patrimonio del ciclismo vallenarino. La parada además permitió hacer arreglos de equipos celulares y descansar en casa del amigo Vitoco para reponer energías.

Caleta del medio - carrizal bajo
23 de junio (60 kms.)

Tras dormir con nuestra carpa a orillas de la carretera, un par de kilómetros a la altura de Caleta del Medio, nos encontramos de inmediato con una gran Planta de Cal. Durante esta ruta de la costa de Atacama, llaman la atención la cantidad de letreros que señalan: "Propiedad privada, Hacienda Castilla", en alusión a los terratenientes dueños de estas gigantescas extensiones de terreno.
Durante la ruta nos encontramos con Caleta Pajonales, así como con una fuerte lluvia y viento que comenzó a crecer en intensidad. Luego pasamos por el santuario de la naturaleza de Caleta Totoral, lugar donde, completamente mojados, tuvimos que protegernos en el Restorán La Laguna; aprovechamos de agradecerles por atendernos tan bien, con un rico desayuno con vista al mar que incluyó una calientes churrascas con mantequilla.
El destino fue Carrizal Bajo, donde tuvimos la oportunidad de recorrer junto a Hugo Pérez, presidente de la junta de vecinos, su Santuario de la Naturaleza. Pérez, impulsor y activista del Humedal, nos contó los problemas que han tenido por la falta de conciencia de las personas para el cuidado del lugar, así como los problemas que están teniendo con la migración de la avifauna que durante años había en el sector. "Por años el humedal no ha logrado conectar sus aguas con el mar, lo que creemos ha producido el crecimiento de un alga que hoy le da su color verdoso, que no es el tradicional, y que creemos está produciendo que se hayan ido tantas aves, incluido el clásico cisne de cuello negro que acá habitaba", indicó el vecino.
Entre los desafíos está, precisamente, encontrar las causas de lo anterior y avanzar en medidas para la preservación y cuidado de este hermoso patrimonio de Carrizal Bajo. 

Caleta del Medio - Carrizal Bajo

Bahía Inglesa - Caleta del Medio

Bahía Inglesa - Caleta del  medio
22 de junio (82 kms.)

Un trayecto hermoso para pedalear ofrece esta parte de la costa de la región de Atacama. A unos 15 kilómetros al sur de Caldera se encuentra el Morro de Atacama, bien nacional protegido que cuenta con un ecosistema único dentro de la costa de la región de Atacama. Unos kilómetros más al sur se encuentra el Área Marina Costera Protegida Isla Grande de Atacama, junto a la hermosa playa Bahía Cisne.
Durante el trayecto se encuentra más al sur el humedal de la desembocadura del o Copiapó, junto al cual es posible apreciar una importante avifauna.
Durante la ruta se encuentran una serie de localidades como Puerto Viejo, Barranquilla. Bahía Salada, Caleta del Medio y Bahía Chasco, entre otras.

Caldera - copiapó
20 de junio (día descanso)

Este domingo ha sido un día para descansar y reponer energías, tras un intenso pedaleo, especialmente, en las rutas que a inicio de semana nos permitieron salir de Antofagasta hacia el sur.
De todos modos, junto a Roberto Nieri, aprovechamos la jornada para realizar tomas con drone de las tomas El Pulpo y El Pulpito, ubicadas en el sector norte de Caldera. La idea es poder documentar y dejar registro de una de las tomas más grandes de la región de Atacama.
Agradecemos especialmente a los amigos de la clínica kinésica integral Kinteg de Copiapó (http://www.kinteg.cl/), quienes pese a ser un lunes feriado, nos realizaron una completa recuperación, que nos permitió recuperar piernas para continuar con la ruta. Como si fuera poco la atención de Pablo Zumarán y Nicolás Morales, además nos entregaron un completo kit de colaciones saludables para no descuidar nuestra alimentación en nuestros #TerritoriosEnCleta.
También en Copiapó, nos reunimos con Marilyn Pedemonte, de la agrupación Huellitas del Desierto, quienes realizan una gran labor rescatando y alimentando a cientos de perritos que son abandonados en la región de Atacama, especialmente en localidades costeras. Allí abordamos la tenencia responsable y la importancia de la esterilización, entre otros temas, con esta agrupación a la que invitación a seguir y conocer su trabajo acá: https://www.facebook.com/HuellitasdelDesierto/.

flamenco- caldera
19 de junio (62 kms.)

No podemos comenzar estas líneas sin agradecer el cariño y hospitalidad de Jessica y Rodi, quienes nos permitieron colocar nuestra carpa en su sitio y, no solo eso, sino que también nos invitaron a comer y nos dieron todas las facilidades para sentirnos como en casa. Infinitas gracias.El tramo entre Flamenco y Caldera destaca por sus maravillosas playas de arenas claras, y por construcciones y tomas durante gran parte de la costa.Caldera es una ciudad preciosa, con mucha historia y un patrimonio arquitectónico que asoma en diferentes rincones. No puedes perderte comer un buen ceviche en la caleta, las empanadas y un paseo por su costanera; tampoco visitar allí la fachada de la estación de trenes, que recuerda la época del ferrocarril Caldera-Copiapó, inaugurado en diciembre de 1851; se trata del primero construido y operativo en Chile y el tercero en Sudamérica.
Visible desde gran parte de la ciudad se puede observar el denominado Muelle Mecanizado, una gigantesca infraestructura metálica abandonada, que desde 1956 y hasta su cierre de actividad comercial se utilizó para movilizar y depositar en barcos barras de cobre. Los grandes triángulos de concreto que afirmaban la estructura, hoy deteriorada, hacen recordar pasajes de la zaga de star wars; se señala que en el lugar han ocurrido muchos accidentes, lo que seguramente explica que no hayamos podido ingresar para tomar registro.  

Flamenco - Caldera

Pan de Azúcar - Flamenco

pan de azúcar - flamenco
18 de junio (61 kms.)

Un zorro chilla nos acompañó durante nuestro amanecer en la apacible caleta Pan de Azúcar, ubicada dentro del parque nacional del mismo nombre. El parque es maravilloso y ofrece paisajes que necesitan de un mayor tiempo de estadía; por motivos de itinerario, alojamos una noche y luego retomamos nuestra ruta para seguir conociendo las costas de Atacama.
En Chañaral hicimos una parada para almorzar y realizar carga de los celulares y cámara, así como para reabastecer agua y víveres para el viaje.
Se debe tener cuidado en el trayecto desde Chañaral hacia el sur, pues aumenta la cantidad de camiones y vehículos, así como en algunos tramos la berma es estrecha.
El destino del día fue Flamenco, una pequeña caleta que está rodeada de casas de veraneo y servicios que proliferan en época estival, pero que durante esta época del año se encuentran cerrados.
Para comer encontramos abierto el bus de Chacana 940, que se ubica a un costado de la carretera en dirección al norte y que donde nos sorprendimos con unas sabrosas y abundantes empanadas de ostión-queso ($2.000) y jugos naturales ($1.500). Un local con las tres B y excelente atención.

cifuncho - pan de azúcar
17 de junio (87 kms.)

No nos queríamos venir de Cifuncho, por su acogedora caleta y gente, así como también por la señora Sandra, con su talento que la hacen una referente culinaria de la localidad.
Saliendo de Cifuncho pudimos conversar con Germán Cuevas, el popular "Huasini", buzo mariscador oriundo de La Serena, con 30 años viviendo en esta caleta y secretario del sindicato. Allí nos contaba la tranquilidad del sector, los proyectos en desarrollo e invitó a los cicloturistas a visitar esta hermosa caleta de la región de Antofagasta.
Yendo de Cifuncho a la Ruta 5 se debe tomar la B-940, una ruta de 34 kilómetros que es en subida, pero una suave y constante que se hace agradable para pedalear. Luego, por la Ruta 5, aparecen unas cuestas que necesitan de un empeño que vale la pena para llegar a la Región de Atacama, que da la bienvenida con una variante que permite llegar al hermoso Parque Nacional Pan de Azúcar.

Cifuncho - Pan de Azúcar

Taltal - Cifuncho

Taltal - cifuncho
16 de junio (47 kms.)

Muy temprano fuimos donde don José, soldador ubicado en una casa de portón rojo junto a la estación Copec, quien nos ayudó a soldar y arreglar la parrilla de la bicicleta de Rafa. Luego, emprendimos una subida de 15 kilómetros aproximadamente por la Ruta 1, que permite ver una importante cantidad de construcciones en zonas de riesgo de aluviones; si bien en el lugar se han realizado obras para canalizar y decantar el agua, pareciera de todos modos peligroso el lugar donde se encuentran ubicados.
Tras la subida, que se debe hacer con paciencia en bicicleta con el peso de las arforjas, se debe tomar a mano derecha la variante hacia la Ruta B-900, la cual tiene algunas subidas al comienzo pero, luego, va en bajada y con un hermoso paisaje. Si bien pasan camiones hacia la mina Las Luces, el camino tiene poco tráfico, lo que la hace agradable para pedalear; ideal salir muy temprano, para evitar el viento en contra al momento de bajar hacia Cifuncho.
Cifuncho es una pequeña caleta, con unas aguas de un profundo azul y una bella playa, que la transforman en un verdadero paraíso de la región.
En la caleta pudimos ver a los pescadores repartiendo la pesca y recolección de la jornada, en la que destacan los erizos, la lapa, el congrio y los pescados de roca.

Paposo - Taltal
15 de junio (53 kms.)

La economía de Paposo, caleta habitada por changos desde épocas prehispánicas, actualmente depende en su mayoría de la extracción de huiro, alga que como hemos visto es clave para las economías locales de la regiones de Tarapacá y Antofagasta. Temprano, desarmamos nuestra carpa junto a la caleta, para disfrutar de la clásica neblina de su hermoso farellón costero y disfrutar de una suave llovizna. Luego, nos reunimos con Brenda Gutiérrez Almendares, coordinadora de Changos Vivientes de Paposo, vocera y gestora del Consejo Nacional del Pueblo Chango, para conocer una lucha que tuvo sus frutos cuando, el 8 de octubre de 2020, lograron la publicación en el diario oficial del Reconocimiento del Pueblo Chango a través de la Ley Indígena. "Nuestros antepasados, padres, madres, abuelos/as, no tuvieron infancia, porque desde que tuvieron uso de razón tuvieron que dedicarse a trabajar. Además de las penurias y falta de productos esenciales, también estaba la discriminación: en la escuela nos trataban de hediondos, de cochinos, de que ser chango era lo peor. Pero mí padre siempre nos dijo que pasara lo que pasara, siempre sintiéramos orgullo, porque siempre íbamos a ser changos. Esa es la felicidad más grande, haber luchado y que mi padre viera en vida que por fin logramos nuestro reconocimiento como pueblo originario", cuenta Brenda, quien actualmente vive en Taltal, pero que es oriunda y actualmente trabaja en un campamento de obras en Paposo.
Tras reunirnos con Brenda tomamos la Ruta 1 hacia Taltal, disfrutando de una agradable llovizna que nos acompañó durante casi todos los 53 kilómetros de trayecto. En Taltal, destacar las ricas pizzas junto al mar de El Rancho (Esmeralda 458); y las exquisitas onces con tortas con mermeladas y productos de la zona en Cafetería El Cafetal (Arturo Prat 620).
Taltal tiene una preciosa plaza, con mucho verdor y árboles que llaman la atención en una zona de clima tan seco. Vale la pena caminar por ella, así como también por la costanera y por la Plaza del Tren, donde se encuentra una antigua locomotora Kitson Meyer N° 59, uno de los monumentos que se conservan de la época de oro de Taltal de la mano de la industria del salitre.

Paposo - Taltal

Cruce Caleta El Cobre - Paposo

Cruce Caleta El Cobre - paposo

14 de junio (112 kms.)

Un trayecto duro por la sequedad y la rudeza del sol, pero con la tranquilidad de una trayecto con poco tráfico de vehículos que, en su mayoría, son camiones de la industria minera. La Ruta B-170 es espaciosa y cuenta con una berma en su mayor parte en buen estado.
Tras un largo trecho subiendo y bajando a altas temperaturas, se llega al disfrute de la Cuesta Paposo, con un descenso constante durante 30 kilómetros en el que se pueden alcanzar velocidades en la cleta de hasta 70 kilómetros por hora. Es una ruta con muchas curvas, por lo que se debe tener permanente cuidado y enganchase utilizando los frenos, especialmente, considerando el peso que conllevan las alforjas.
Paposo es una pequeña caleta donde hay algunos puestos varios que permiten abastecerse de agua, pan y productos de primera necesidad. Se puede pernoctar sin problemas en su hermos playa que, lamentablemente, tiene como fondo a unos dos kilómetros hacia el norte la Central Termoeléctrica Paposo, propiedad de Enel y que ha generado un grave daño a la rica biodiversidad de este sector del norte grande.  

antofagasta - Cruce Caleta El Cobre

13 de junio (73 kms.)

Pensando en la mejor ruta para hacer el trayecto en bici, decidimos subir la cuesta de aproximadamente 20 kilómetros entre Antofagasta y la Ruta 5, para luego avanzar por esta y pasar con el sector La Negra, llamado así por el complejo metalúrgico del mismo nombre. Al pasar por allí llama la atención la contaminación que se siente en aire y se torna irrespirable; en el sector hay un par de estaciones de servicio, vulcanizaciones y posadas para camioneros, donde se puede comer a bajos precios y comprar agua.
Luego viene un trayecto de aproximadamente 30 kilómetros por la Ruta 5, que resulta muy duro, dado que se atraviesa por pleno desierto. Si bien es un trayecto recto, tiene pequeñas subidas y bajadas que se hacen pesadas por el sol y la sequedad.
Luego, se debe tomar la Ruta B-170 en dirección a Varillas, que cuenta con las mismas características que les comentábamos en el párrafo anterior.
Debido al pinchazo en una de las bicicletas, optamos por armar la carpa en el sector del cruce hacia Caleta El Cobre. Al anochecer, disfrutamos de una vista privilegiada al universo, en este sector ubicado cerca del reconocido observatorio Cerro Paranal.

A la salida de Antofagasta se ubica el proyecto Bosque Escondido, el cual busca crear espacios verdes en medio del desierto y como respuesta a la poca gestión de estos espacios públicos en la ciudad

Antofagasta - Cruce Caleta El Cobre

antofagasta - ORG. pedaleras

12 de junio (Descanso)

En Antofagasta nos reunimos, el viernes 11 por la noche, con Karl Álvarez, quien es miembro de Antofacletas, una de las organizaciones que promueve la movilidad en bicicleta dentro de la ciudad. Karl nos comentó los desafíos en una ciudad inmensa, que tiene unos 20 kilómetros de extensión y unos 2 de ancho desde la costa hacia los cerros. La ciudad tiene una fuerte inequidad, con la riqueza concentrada en su parte sur, y las partes más pobres en la parte nororiente; esto, por cierto, tiene su correlato en el estado de la ciclovía y los servicios que se ofrecen en la costanera.
Otro tema relevante, es el alto costo de la vida y, especialmente, de la vivienda, con precios que cada año se siguen disparando.
Karl nos comentó los problemas que ha habido con tramos de ciclovías, que inclusive han colapsado en la costanera; lo difícil que ha sido su instalación en otros sectores céntricos; los errores de diseño; y la falta de estándares. Como lamentablemente se repite en gran parte del país "las ciclovías se siguen construyendo donde menos molesten, y no donde más se necesitan".
El sábado 12 de junio conversamos con Claret Huamán, fundadora de Bicivilizadas, que desde hace tres años reúne a mujeres ciclistas urbanas de Antofagasta. La agrupación, que nació en el contexto de una marcha por el 8M, nace para abordar la poca participación de las mujeres en el uso de la bicicleta, buscando generar un espacio seguro y cómodo, a través de cicletadas dominicales y recorridos en grupo por distintos sectores de la comuna.
"Estamos generando sororidad, un apoyo, una red, un soporte para acompañarnos como mujeres. Acá la bicicleta se ha transformado en un medio que nos reúne y nos empodera, y que nos permite crecer juntas en nuestra diversidad y con mujeres provenientes de todos los sectores de la ciudad", cuenta Claret.
Además, Claret destaca que este espacio les ha permitido contribuir a la construcción de la identidad local. "Esta es una ciudad con mucha población flotante, muy asociada a la minería y lo portuario. Pero Antofagasta es mucho más que eso, y con Bicivilizadas hemos podido recorrer distintos rincones, hermosos parajes a los que solo se puede llegar en bicicleta. Porque la bici permite sentir la ciudad de otra manera y porque es una tremenda herramienta para descubrir espacios nuevos".
Puedes seguir a Bicivilizadas en: https://www.instagram.com/bicivilizadas/

Mejillones - Antofagasta

Mejillones - antofagasta     11 de junio (73 kms.)

Saliendo desde Mejillones en dirección a la costa sur, aparece una gran cantidad de torres de alta tensión asociadas a las centrales termoeléctricas a carbón ubicadas en esta zona de sacrificio medioambiental, para proveer de energía a la minería principalmente, siendo ambas industrias muy contaminantes.
Antes de llegar al peaje troncal de la Ruta 1 -ubicado a unos 40 kilómetros de Antofagasta-, nos sorprendimos al ver pasar a varios camiones sobredimensionados que transportaban hélices de aerogeneradores en dirección hacia Calama probablemente.
En general, el trayecto es llano y cómodo para pedalear, teniendo a la vista el Parque Nacional Morro Moreno, el aeropuerto y, luego, el Monumento Natural La Portada, farellón y arco natural que es un emblema de Antofagasta. Para llegar a este monumento protegido por CONAF, es necesario desviarse apenas dos kilómetros en dirección hacia la costa, para acceder a un hermoso mirador que permite apreciar los acantilados del farellón costero.
Como en todas las rutas del norte y debido al alto tránsito de camiones, desechos metálicos y basura, hay que estar siempre atentos a los pinchazos. En este caso, solo en la ruta entre La Portada y el centro de Antofagasta, uno de nosotros pinchó dos veces; la buena noticia es que pueden encontrar asistencia en Arcu Probike (Av. Grecia 1516, Antofagasta), un taller de excelente calidad y servicio atendido por Franklin "La Máscara" Giraldo.
En el sector norte de la ciudad comienza una larga ciclovía que, en su inicio, es de un pobre diseño que, contando con mucho espacio, se hizo zigzagueando la ciclovía con la vereda, lo que resulta poco práctico y genera una innecesaria cantidad de cruces entre ciclista-peatón.
La ciudad de Antofagasta es enorme, con una extensión aproximada de 30 kilómetros en dirección norte-sur, y de unos dos kilómetros desde el cerro al mar en promedio, lo que genera grandes desafíos en materia de conectividad. Sobre eso conversamos con Karl Álvarez, de Antofacleta, quien nos comentó lo difícil que ha sido ir alcanzando espacios para ciclovías, especialmente durante períodos en que ha habido una Dirección de Tránsito Municipal que es "un cero a la izquierda", y que no tiene voluntad de avanzar por una movilidad que no sea la de los vehículos a motor. Pronto les estaremos contando más sobre el largo diálogo con nuestro amigo pedalero.
Agradecemos el apoyo y hospitalidad del equipo de la diputación de Catalina Pérez, quienes nos han apoyado para descansar y reponer energías para los próximos pedaleos.
Imperdible comer en el Mercado Municipal, con menú muy económicos y de buena calidad: por unos $3.500 a $4.000 se puede comer dos platos en un ambiente agradable y familiar.

cobija - Mejillones
10 de junio (60 kms.)

Temprano, en Caleta Cobija pudimos comprobar el mal tiempo y las fuertes marejadas, por lo que ninguno de los botes de pesca artesanal pudo salir a trabajar al mar. Conversamos con Lilia y Carlos, presidenta y secretario respectivamente, del Sindicato de Pescadores, Mariscadores y Buzos COFIMAR, quienes nos contaron sobre la tranquilidad de esta bella caleta y nos mostraron con orgullo la recién construida sede social que, al igual que la mayoría de las casas del sector, utiliza energía solar.
El poblado no cuenta con agua potable y depende de la provisión que realiza la Municipalidad de Tocopilla a través de camiones aljibe. Don Carlos destacó como problemas la contaminación por polución que genera la minería; la cantidad de personas que está migrando desde la ciudad hacia las caletas; así como también el abandono de perros, que se transforma en un grave problema para los habitantes del sector.
En el camino para llegar a la caleta se pueden observar las ruinas de lo que fue Cobija, previo a su destrucción por el maremoto de fines del siglo XIX.
Dejando la provincia de Tocopilla e ingresando a la provincia de Antofagasta, se encuentra Caleta Michilla, localidad costera ubicada a orillas de la Ruta 1, en la comuna de Mejillones, y que destaca por la escuela Lucila Godoy Alcayaga y por murales que se encuentran en las fachadas de las casas y que hacen muy característico al sector. Junto al sector sur de la caleta se encuentra una gran extensión del muelle y terminal marítimo para el acido sulfúrico (muy utilizado en la minería del cobre), de propiedad de Antofagasta Minerals.
33 kilómetros al norte del Mejillones se encuentra la caleta y balneario turístico Hornitos, que destaca por sus hermosas y amplias playas. En la parte norte llama la atención la gran cantidad de casas ubicadas frente al mar -junto a la Ruta B-220-, las que forman parte de concesiones marítimas de distinta data.
Terminada la ruta de plano junto al mar, se llega a una pequeña subida, tras la cual se puede acceder al sector de la caleta, donde viven aproximadamente 50 personas, y que contrasta con la opulencia de las ostentosas casas de la parte balneario. Tanto en Hornitos como en distintas partes próximas a esta, existen letreros que llaman a la protección del gaviotín chico, ave que se caracteriza por su pico amarillo y que se encuentra en peligro de extinción. Pese a que la señalética solicita no atravesar con vehículos por senderos no habilitados, la realidad y las huellas demuestran que aquello no se cumple. 
A lo largo de la ruta, pero especialmente llegando a Mejillones, se ven industrias vinculadas al sector minero, energético y pesquero.
La jornada terminó con nuestra carpa instalada en la posada de Mejillones, ubicada en el ingreso norte a la ciudad del mismo nombre.

Cobija - Mejillones

Tocopilla - Cobija

Tocopilla - Cobija
9 de junio (60 kms.)

En Tocopilla, capital de la provincia del mismo nombre, pudimos registrar la gran cantidad de industrias contaminantes, que lamentablemente son parte del paisaje de esta zona de sacrificio. 
Como a lo largo de gran parte del recorrido, nos encontramos con bellas playas y caletas, así como también con hombres y mujeres trabajando en la costa en la extracción del huiro, alga altamente demandada por el mercado asiático.
En Caleta Buena pasamos a almorzar al restaurant La Normita, famosa picada atendida por su dueña, Norma Díaz, y que ofrece platos y sanguches preparados por su hijo chef y en los que se utilizan pescados y mariscos frescos que cada día extrae su marido pescador y otros que son comprados a escala local ¡No se pierda el sanguche de cabrilla! Un delicioso pescado propio de la costa norte y que ofrecen en pan de elaboración propia, con mayo y pebre ($4.500).  
La señora Norma, cuyo local tiene más de treinta años y se ha hecho famoso por ser una parada obligada de Alexis Sánchez en cada una de sus visitas a la zona, nos relató los problemas que tienen por no tener electricidad ni agua. Como es la tónica en el norte, no tienen agua potable y para poder funcionar mensualmente gastan al menos $600.000 para abastecerse de ella; también nos mencionó el tema de la contaminación y del daño que ello hace a los ecosistemas marinos y a las economías locales que dependen de la pesca y extracción artesanal de mariscos. 
A cincuenta kilómetros de Tocopilla y junto al mar se encuentran los vestigios de lo que fue Gatico, potente centro minero, portuario y urbano, que inclusive llegó a albergar a más de siete mil habitantes. A orilla de costa se puede ver lo que otrora fue el edificio de la Capitanía de Puerto y la copa de abastecimiento de agua, previo al aluvión que el 25 de julio de 1940 terminó con este pueblo ubicado junto a la mina Toldo; un par de kilómetros antes está el cementerio de Gatico, ubicado a pasos del mar.
El recorrido del día terminó en la caleta pesquera de Cobija, la cual está emplazada sobre lo que antiguamente fuese Puerto La Mar (o Lamar), un puerto de Bolivia hasta su ocupación por tropas chilenas en febrero de 1879 en el marco de la Guerra del Pacífico. En el lugar quedan ruinas de lo que fueron las edificaciones del poblado, hasta el maremoto de 1877.
La caleta cuenta con sindicato y las familias viven en su mayoría de la recolección de huiro y otros productos del mar. 

Caleta Chipana - tocopilla
8 de junio (94 kms.)

Esta ruta destaca también por sus playas, caletas, y los recolectores de huiro que se encuentran durante toda la costa.
Llegando al río Loa, que divide administrativamente las regiones de Tarapacá y de Antofagasta, se encuentra el control de Aduana.
Durante la ruta llama la atención la gran cantidad de ocupaciones irregulares, con distintos grados de organización y desarrollo. En algunos casos son construcciones sin un mayor orden; en otros, se realizan bajo marcaciones y loteos que, intuimos, realizan sus propias organizaciones.
Al norte de Tocopilla se encuentra el túnel Pedro Galleguillos, construido en 1994 como alternativa a la cuesta Paquica. 
En el tramo final próximo a Tocopilla se debe tener cuidado, pues el camino se encuentra con cortes y con trabajos de reparación. 

Chipana - Tocopilla

Punta Patache - Chipana

Puerto Patache - Caleta Chipana
7 de junio (70 kms.)

El trayecto entre Puerto Patache y Caleta Chipana ofrece increíbles parajes y avifauna. Una hermosa playa es Chanavaya, la que además cuenta con un importante desarrollo de casas y cabañas, utilizadas en una importante medida para el veraneo por familias iquiqueñas. 
En la caleta San Marcos pudimos compartir con la señora Elena y el Marambio, quienes viven de la elaboración y venta de pan amasado y de morteros de piedra. Nos contaron su experiencia de reconversión laboral, luego de haberse dedicado durante varios años a la extracción de huiro: "se gana plata con el huiro, pero es muy sacrificado, porque tienes que levantarte a la hora que sea que el mar deje el huiro; y lo otro, es que lamentablemente muchos hacen el 'barreteo', que es cuando sacan de raíz el alga, y eso es muy dañino porque cuando se saca así uno ve en el huiro las jaivitas y otras especies que no deberían salir del mar, porque afectan todo el ciclo", cuenta la "Nena".
La casa de la señora Elena llama la atención por la gran cantidad de material reutilizado: botellas de vidrio para demarcar el sitio, cajones de tomates en la construcción de la terraza, entre otros.
Como parte de la lamentable realidad del norte, la caleta no cuenta con agua potable, por lo que debes pagar por el agua y luego esperar a que sea traída por camiones de la municipalidad. Al momento de reunirnos con ella, llevaban varios días sin suministro.

Iquique - Puerto Patache
6 de junio (70 kms.)

Saliendo de Iquique pudimos constatar como, pese a la falta de espacio en el plano (que explica en parte el crecimiento de la comuna de Alto Hospicio, ubicada detrás de la gran duna El Dragón), la industria inmobiliaria sigue construyendo proyecto hacia el sector sur (en dirección al aeropuerto). Inclusive, llama la atención un proyecto de viviendas sociales, ubicadas a unos 15 kms, de Iquique, en un sector donde no se ven servicios y ubicado de manera segregada.
Afuera del radio urbano, pudimos pasar por varias caletas y playas, admirando la belleza de la biodiversidad natural. Recomendamos tomar el camino que bordea la costa en el sector Palo Grueso, que se puede realizar en bicicleta en un trayecto de unos 30 minutos. Más adelante, también se pueden recargar pilas en la costa de la caleta Los Verdes, donde ofrecen pescados, mariscos y unas infaltables empanadas de loco.

Iquique - Patache

iquique - bicivilizate
5 de junio (descanso) 

En Iquique, capital de la región de Tarapacá, pudimos pedalear y ver en terreno durante dos días los problemas de la movilidad en bicicleta y falta de una adecuada convivencia vial entre los automovilistas y los peatones y ciclistas. Además, nos reunimos con Francisco Alcayaga Motta, de Bicivilízate Iquique, para abordar los desafíos de la realidad local; entre ellos, la nula regulación de los taxis-colectivos, que no tienen recorridos establecidos, lo que deja a los ciudadanos y ciudadanas a merced de la decisión arbitraria del conductor/a de movilizarlos de un punto a otro de la ciudad.
Sin embargo, uno de los grandes desafíos es la falta de opciones de movilidad entre Iquique y Alto Hospicio. Bicivilízate está impulsando que los buses que hacen este trayecto, cuenten con rack para el traslado de bicicletas, ofreciendo una alternativa real y sustentable de movilidad. Esta es la opción, considerando que para subir a Hospicio existe una cuesta compleja, de 600 metros y con una ruta angosta y poco segura.  

Huara - Iquique

Huara - iquique
4 de junio

Ya con pilas recargadas y visto cómo reparar la rueda, alrededor de las 13 horas comienza el pedaleo hacia Iquique. En plena pampa el pedaleo es tranquilo y a buen ritmo, a pesar de la hora. En la Ruta 5, llegando al enlace para la Ruta 16 camino a Iquique, se emplaza la histórica oficina Salitrera de Humberstone, y junto a ella la oficina Santa Laura. Ambas, muy cerca, están operativas para recibir turistas y conocer parte de lo que fue la relevante historia del salitre para lo que hoy conocemos en Chile. Pasando esta intersección y las oficinas, se siente el viento en contra al menos la mitad del trayecto. Por suerte parte de este tiene una extensa bajada que comienza al llegar a Alto Hospicio, una ciudad de tipo industrial pero que a lo lejos se avizora como una gran extensión urbana de la ciudad de Iquique, compuesta por enormes torres de tipo residencial, más otros sectores urbanos que albergan más de 120.000 personas cuyas actividades las desarrollan en la conurbación. Nuevamente el aire marino se adentra hacia los cerros enfriando el ambiente a esa altura, que para tomar dirección a Iquique se debe hacer uso de una autopista de alto tráfico, la cual resulta bastante peligrosa para un ciclista ya que apenas cuenta con berma para el desplazamiento. Finalmente con la bajada inmensa hasta el centro de Iquique desde atrás del cerro Dragón, llegamos al centro de Iquique donde finalmente completamos el equipo al encontrarnos con Rafael.

Cuya - huara
3 de junio (130 kms.)

Apenas salimos por la mañana pasamos a la región de Tarapacá, y cuando apenas estábamos calentando las piernas una camioneta se detiene para ofrecerse a llevarnos. La energía estaba a tope, así que desistimos de la propuesta. La ruta en general contaba con cuestas mucho más pequeñas que el día anterior, y en plena pampa el pedalear sin viento permitía avanzar a unos 35 km/h en promedio. Así es como a pesar de los más de 100 kilómetros previstos para la jornada, avanzamos a buen ritmo para entrar a la Pampa del Tamarugal cuando el sol ya se ponía, y la posada el "Oasis del Tamarugal" se prestaba como una parada ideal para recargar pilas, y con el sol ya oculto, pedalear los últimos 30 kilómetros para llegar a Huara. En el último tramo, a unos 10 km para llegar a destino, la rueda trasera rápidamente pierde aire y tiene un pinchazo. A esas alturas estaba complejo hacer una reparación de la cámara ya que incluso se agotó la luz de la linterna frontal, y sin otra de repuesto, y sólo con las luces del celular, hubo que emprender una caminata de hora y media para llegar al poblado. En la primera posada a la vista, y en pleno partido de Chile por las clasificatorias pudimos comer y descansar, para evaluar cómo reparar la bicicleta y continuar al otro día con destino a Iquique.

Cuya - Huara

Arica - Cuya

arica - Cuya
2 de junio (107 kms.)

Con la meta de llegar a Cuya, emprendimos la ruta a más de 2.000 kms al norte de Santiago, así lo indica la señalética vial con referencia a esta central ciudad en dirección sur. Saliendo de Arica pudimos sortear una cuesta de 9 kilómetros, lo que nos advierte de cómo se viene la ruta. La planificación arrojaba un extenso día de 102 kilómetros, pero la dificultad venía con las inmensas cuestas que atraviesan el valle de Chaca. Sin duda que los paisajes son increíbles, pero además impresiona cómo en el bajo del valle es posible observar intensa actividad agrícola, revistiendo todo el entorno de verde en medio de áridos cerros que lo encajonan y arden con el eterno sol. Salir de este valle tomó casi 4 horas de subida, que en distancia corresponde a unos 30 kilómetros. Este tramo fue bastante especial, con muchas paradas a descansar y comer, donde se sumaban bocinas de ánimo por parte de los vehículos que transitan, entre estos una camioneta en sentido contrario se detuvo para ofrecer agua y una caja de jugo de durazno. Sin pensarlo dos veces, recibimos esta gran ofrenda para enfrentar lo que quedaba de subida. Al llegar por fin a la cima, la sensación de logro "deportivo" fue desmedida y pudimos celebrar abriendo la anhelada caja de jugo. Continuando en dirección sur, el tramo por pleno desierto es bastante amigable en invierno, con poco viento y extensas rectas que permitían avanzar a muy buen ritmo. Llegando al sector de Chinchorro vienen 20 kilómetros de bajada hacia Cuya, y cuando el sol ya estaba a punto de esconderse, se podía observar la camanchaca ingresando por el valle desde la caleta Camarones, haciendo esta gigante bajada un tramo muy húmedo y frío. Ya a eso de las 18 horas, llegando a lo más bajo del valle se pueden ver edificaciones correspondientes a la aduana de Cuya, donde personal policial hace controles a todos los vehículos motorizados. Además se ubica en el sector la junta de vecinos de Cuya, varios negocios, restoranes y servicios de hospedaje.

marka amauta
1 de junio

En Arica, capital de la región de Arica y Parinacota, tuvimos la oportunidad de conocer el proyecto educativo Marka Amauta, el cual basado en la metodología Waldorf busca entregar una alternativa educacional a la comunidad de Arica de manera integral. Conversamos con Lorena y Alex, parte del equipo de maestros y de la administración de esta escuela, quienes nos comentaron sobre los objetivos del proyecto, su propósito para con el buen vivir, las demandas colectivas en relación a la revuelta del 18-O, y también cómo se han replanteado la forma de trabajar de manera efectiva en el actual contexto de pandemia que afecta a la sociedad.

chacalluta - arica
1 de junio (28 kms.)

El verdadero viaje comienza a la salida del aeropuerto Chacalluta, luego de lograr armar -con apuro- la bicicleta en el estacionamiento, emprendimos el viaje con toda la motivación en dirección SUR por la Ruta Panamericana que, a los pocos kilómetros ofrece un desvío para continuar por la playa. Sin dudarlo tomamos esta ruta para sentir la brisa marina, y también para terminar de acomodar el equipaje luego de salir raudamente desde el aeropuerto. Sorpresa fue encontrarnos con el hermoso Humedal Río Lluta, el cual además es transitado por muchos ciclistas, y posee un sector destinado para cementerio de mascotas. Continuando en dirección sur, comienzan a divisarse las edificaciones de la ciudad y como no, el imponente Morro de Arica. En este trayecto se logran apreciar algunas construcciones ligeras que podrían identificarse como tomas de terreno, las cuales contienen grandes volúmenes de escombros, presencia de perros vagos, pero además se ubican en parte de lo que es el mencionado humedal. Cada vez más cerca del área urbana el panorama no es muy diferente, el sector costero se visualiza intensamente ocupado por edificios habitacionales, hoteles, equipamiento público y actividades comerciales. Claramente estas se encuentran en situación regular para la normativa chilena, pero esto no quita que puedan estar expuestas a amenazas como tsunami o marejadas, producto de esta prominente ocupación de la zona costera al borde de playa. Ya de lleno al primer destino contemplado en este viaje, nos dirigimos camino al Valle de Azapa, para lo cual se debe atravesar la ciudad de Arica logrando empalmar un extensa ciclovía que resguarda nuestro trayecto frente a la importante presencia de automóviles de distinto calibre.

Chacalluta - Arica

Para el desarrollo de este proyecto, el equipo en terreno cuenta con sus respectivos carnet verde, y además cada encuentro es llevado a cabo con las medidas sanitarias necesarias para evitar contagios y permitir que este proyecto siga en curso.