Luego de una sentida despedida del Rafa, quien dejó un profundo vacío en el equipo para continuar en la ruta, Territorios en Cleta avanza inicialmente en dirección a Huasco cuya ciudad desde el Parque Nacional Llanos de Challe, a unos 40 kms de distancia, comienza a dar atisbos de urbanización por la costa en los sectores de Caleta Angosta y Los Toyos, a lo lejos también es posible visualizar la planta termoeléctrica que se encuentra en la ciudad de Huasco junto a la planta de "pellets" de CAP, fuente de grandes emisiones de material particulado a la atmósfera que por décadas ha sido perjudicial para la salud de las personas y hoy la hace reconocer como ZONA DE SACRIFICIO.
Junto a esta misma ciudad, hacia el norte, se encuentra la desembocadura del río Huasco. En este sector se ubica un gran humedal que es hogar de extensa vegetación y fauna silvestre, principalmente aves. Además, al humedal lo circundan hermosas dunas que lamentablemente tienen intensa intervención de vehículos motorizados, invadiendo claramente en el hábitat de las aves del sector. Por otra parte, la proliferación de tomas costeras se ha instalado en zona de amenaza de tsunami, pero además abarcan parte de estas dunas, que poco a poco podrían ir deteriorando este ambiente en la medida que vayan creciendo. Pasando por el sector de Huasco Bajo para luego tomar la ruta en dirección hacia el este hasta la Ruta 5, al momento de cruzar el río se logra apreciar mucha vegetación, olivos centenarios, otros cultivos agrícolas, y un sinfín de olores entregados por la flora del lugar, donde a un extremo del puente se encuentran unas señora vendiendo delicias de la zona como mermeladas y pan de aceitunas, lo cual fue una oportunidad de comprar un tremendo pan que pudimos degustar durante el resto del pedaleo.
Ya de camino hasta nuestro destino del día, Vallenar, nos encontramos con arreglos en la vía, antes y después de Freirina, que dicho sea de paso, es una pequeña cabecera urbana que cuenta con un par de edificios patrimoniales restaurados como la iglesia Santa Rosa de Lima y el edificio Portales. Ya pasando Freirina, a 30 kms de Vallenar, la ruta que va en continuo ascenso no es tan pesada y ofrece hermosas vistas hacia una cordillera nevada con precipitaciones de días previos, el arribo fue a eso de las 14 horas donde fue posible acceder al taller de bicicletas BikErik, atendido por su propio dueño, don Erik quien con más de 60 años aún rueda en su bicicleta para uso cotidiano y a nivel competitivo, nos ayudó a hacer mantención de frenos y nos contó un par de historias de ciclismo que a estas alturas son un patrimonio del ciclismo vallenarino. La parada además permitió hacer arreglos de equipos celulares y descansar en casa del amigo Vitoco para reponer energías.