Deshabilita los efectos de transparencia: Estos efectos especiales son increíbles, pero consumen demasiados recursos de la computadora.
Deshabilita los programas de inicio: Muchos programas contienen un componente que se inicia automáticamente junto con Windows.
Deshabilita servicios innecesarios: Algunos servicios son cruciales para el funcionamiento de Windows, mientras que otros no lo son.
Deshabilita las sombras y las animaciones: Las sombras y animaciones se ven bien en la pantalla. Sin embargo, agregan carga al CPU (unidad central de procesamiento) innecesariamente.
Comprueba que dispones de las actualizaciones más recientes para Windows y los controladores de dispositivos.
Reinicia el equipo y abre solo las aplicaciones que necesites.
Usa ReadyBoost para ayudar a mejorar el rendimiento.
Asegúrate de que el sistema esté administrando el tamaño del archivo de paginación.
Comprueba si hay poco espacio en disco y libera espacio.
Ajusta la apariencia y rendimiento de Windows.
Pausa la sincronización de OneDrive.
Busca y elimina virus y malware.
Además, puedes considerar estos consejos adicionales:
Eliminar malware, spyware y adware
Ejecutar la comprobación de errores
Limpieza de archivos innecesarios
Desinstalar programas no utilizados
Desactivar los efectos visuales
Ajustes de energía de alto rendimiento
Asegúrate de que Windows esté actualizado.