Educar de modo que la familia aprenda, conozca, desarrolle y establezca su propia identidad.
Prevenir mediante la toma de conciencia sobre hábitos, prácticas y estilos destructivos.
Sanar las relaciones rotas mediante procesos terapéuticos que faciliten la reconciliación.
Capacitar a líderes que tengan interés en apoyar a las familias en sus procesos de desarrollo.
Potenciar las fortalezas, virtudes, capacidades y recursos de la familia ante las crisis.
Integrar un grupo de voluntarios que promuevan el bienestar y la armonía familiar en la sociedad.
Trascender no solo por impactar a las familias de hoy, sino especialmente a las familias futuras.
Generar conocimiento, mediante la investigación, para nuevos abordajes y tratamientos.