A ti, al amor de mi vida. Gracias por ser, estar y aparecer. Gracias por brindarme la afirmación eterna; sí, quiero. Quiero todo para siempre. Quiero que compartamos despertares todos los días de nuestra vida. Quiero que seamos impulso en momentos de flaqueza. Quiero una vida de tradiciones: viernes de pizza y mcflurry con extra de todo. Quiero mirarte con ternura mientras duermes y sentirme la persona más afortunada del planeta. Quiero quedarme dormida con mi pie enredado a ti todas las noches. Quiero que me cojas el teléfono mordiéndote el labio y que sea lenguaje universal en Manuel Causse Sales 38. Quiero conocer el amor eterno de tu mano. Te quiero a ti, a mí, a nosotros. Sí a todo contigo durante toda mi vida.
Una noche en Linares y las Gemínidas sobre nuestras cabezas como testigos. Y sin embargo, mientras las estrellas fugaces pasaban, lo que no sabías es, que yo te miraba a ti. A quien ilumina mi camino y me guía cada día. Mi refugio y mi hogar, donde siempre me siento seguro. Mi familia, que llena de alegría cada huequito de mi corazón. Mi consejera, que me empuja a ser más valiente. Mi paz. El amor de mi vida.
Sempifablemente nuestros