El alcalde se confiesa:
"No me gusta el pádel"
"No me gusta el pádel"
Son las 8:05 de la mañana. El alcalde me ha citado en su despacho del Ayuntamiento. Le sorprendo subido a una bici estática mientras se desayuna un café con tostadas.
Alcalde -Adelante, pasa, pasa... Un cafelito?
Sueco -No, muchas gracias.
Me dice que apenas tenemos media hora. A las 8:30 hay pleno ordinario.
S -Veo que sabe aprovechar el tiempo.
A -"El tiempo es eso que pasa mientras estamos haciendo otras cosas."
S -Eso es de Lennon, verdad?
A -No, es de Facebook.
S -Cuánto daño ha hecho el Facebook.
A -Sí, sobre todo a los alcaldes y a los gatos.
S -¿Es suyo ese gato? ¿Cómo se llama?
A -Ramón.
S -Me refiero al gato.
A -Es gata. Se llama Ana Belén.
Le pregunto si le puso el nombre por la cantante Ana Belén. Me responde que es por el villancico "Ana Belén, pastores. Ana Belén, chiquillos. Que ha nacido el Rey de los pastorcillos" y se nos escapa la risa a los dos.
S -Jajajaja...
A -Jajajaja...
S -Usted lleva casi 18 años en la alcaldía...
A -Jajajaja...
S -A la oposición no le hace tanta gracia.
A -"Ana Belén, pastores..." Jajajaja...
S -Es usted muy ingenioso.
A -No es mío. Es un chiste de Facebook. ¿Has visto el vídeo de Rajoy haciendo de Chiquito? Es buenísimo.
S -Señor alcalde, a la oposición y a mí nos gustaría saber cuál es su punto débil.
A -Pues mira, justo aquí, en la corva, ves? (se remanga el pantalón). Es rozarme aquí y ya estoy jajá y jajá y jajá (se ríe). Igual que cuando me dicen que si pienso retirarme pronto, igual.
S -¿Se la puedo tocar?
A -Es la primera vez que una mujer me pregunta eso.
S -Soy un hombre.
A -No seas modesta. Eres muy guapa. Y muy lista, y muy alta y muy rubia.
S -Muchas gracias.
A -Te has puesto colorada.
S -Los suecos somos muy tímidos. Y además, nunca un alcalde me había dicho cosas tan bonitas...
A -Pero no llores, mujer.
S -Es de alegría.
A -Venga, venga..., te doy un besito para que se te pase. Mmmmuaack!!!
S -Gracias, Ramón.
A -Oye, esto no saldrá publicado, verdad?
S -Por supuesto que no. Descuida.
El alcalde me ha bajado de su regazo y hemos continuado la entrevista en el sofá.
S -Antes me refería a su punto débil, políticamente hablando.
A -El pádel. No me gusta nada. En la última campaña electoral me dijeron de ponerme unos calzones y pegar cuatro raquetazos, o palazos, o como se diga, pero es que ni me va ni me veo.
S -Se habría ganado unas decenas de votos...
A -Sí. Pero tampoco es que me hagan mucha falta. Así que les dije que no, que por ahí no paso. Lo mío es el ajedrez.
S -Pues es una pena, porque tiene usted unas piernas preciosas. Se las puedo tocar?
A -Pues la verdad es que sí, todo el mundo me lo dice. Toca, toca...(se vuelve a subir la pernera).
S -Uy..., qué dura está. Y depilada, como a mí me gusta.
En ese momento ha entrado su secretaria a traer unos papeles y una bolsa de churros. Se ha ido haciendo como si no hubiese visto nada.
A -¿Podemos seguir con la entrevista?
S -¿Qué entrevista?
A -Jajajaja...
S -Jajajaja...
A -Jajajaja... De verdad eres un hombre?
S -Jajajaja..., ya se lo he dicho!
Ahí se han acabado las risas.
S -Señor alcalde, no me gustaría irme sin tocarle otra cosa...
A -Ah, no! (cruza las piernas), jeje, eso sí que no, no te confundas conmigo, rubiales, que a mí los honbres no me gustan.
S -Ni a mí los alcaldes.
A -Jajajaja...
S -Jajajaja... No. Me refería a tocarle otro tema. Perdone mi español.
A -Ah, vale.
S -El llamado "caso facturas" ha hecho que vuelva a pisar los juzgados...
A -Vaya, cuánto lo siento... Se te acabó el tiempo. Mira qué hora es! (Miro el reloj. Son las 8 y cuarto. Todavia faltan 15 minutos para el pleno). Qué pena! Se te ha acabado el tiempo. Con lo a gusto que estábamos ahora...
S -Pero...
A -Si eres tan amable... Estos señores te acompañarán. Que tengas un buen día.
S -Pero...
A -No os paséis con él, que me ha caído bien el chaval-le ha dicho a los dos hombres de traje negro que me han escoltado hasta el maletero del coche oficial y me han invitado a meterme dentro. Hasta ahí muy bien. Muy amables. Pero luego me han pinchado en un brazo con muy malas artes y me han quitado el móvil de las manos con muy poca delicadeza. Casi no me da tiempo a publicar la entrevista con el alcalde. Ni una disculpa, ni un "perdón", ni un "por favor". Así no he hacen las cosas, creo yo.
-¿Quién es? ¿Le conoces? -les oí decir.
-Es el del Sueco de los Barros.
-Pues se le acabó la broma.
-Ya te digo.
Se me acabó la broma, han dicho. "Se te acabó el tiempo", dijo el alcalde. El tiempo. Eso que pasa tan lentamente mientras te acercas a un rápido final.