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/el reto para nosotros fue hallar una identidad visual que lograra transmitir esa misma pureza, ligereza y sofisticación sin caer en recursos genéricos del mundo de la moda. Teníamos que encontrar una idea de marca que hablara tanto de la naturalidad de la materia prima como de la sensibilidad en el diseño de cada prenda./

/El proceso inició con una investigación profunda sobre la seda: su origen, su historia y su valor cultural. De ahí surgió la inspiración para construir un lenguaje visual basado en la fluidez de los hilos y la suavidad de las texturas. El concepto se plasmó en una identidad visual minimalista pero elegante, que refleja la esencia artesanal de Anjá y se conecta con un público que valora lo natural y lo auténtico. A partir de esta base diseñamos el empaque principal, cuidando que cada detalle —desde la elección de materiales hasta la composición gráfica— reforzara la experiencia de recibir una prenda que, al igual que la seda, es resultado de un proceso paciente, refinado y único./