Es complejo explicar el dominio de Nikola Jokic más allá de la estadística pura. El resto son sensaciones, el mero hecho de que siempre es él quien mima y controla el balón para su equipo, unos Denver Nuggets que no salen de su asombro, como el resto de los aficionados al baloncesto. 40 puntos, 27 rebotes y 10 asistencias (13-26 TC; 2-4 3P; 12-17 TL). Es el estratosférico triple-doble que registró el MVP serbio en la victoria por 119-115 sobre los Charlotte Hornets.

En primer lugar, su mejor registro de capturas de toda su carrera (27), pero sobre todo una exhibición total que solo se dio en el pasado con Wilt Chamberlain, el mito en boca de todos cuando alguien iguala o rompe récords. Jokic es el tercer jugador de la historia que supera los 40 puntos, 25 rebotes y 10 asistencias en un partido. Chamberlain lo logró en cuatro ocasiones y también lo hizo una vez Elgin Baylor.

Stephen Curry asentía primero y sonreía después disfrutando a pie de pista de uno de sus ‘herederos’ mientras el jaranero público de Toronto lo contemplaba inundado en murmullos de admiración. “Es de mis pistas favoritas, se nota que la gente ama el baloncesto”, advertía Steve Kerr. El Scotiabank Arena, que sabe apreciar lo bueno, sufrió pero también disfrutó con el que llaman el tercer Splash Brother, Jordan Poole, que gozó como nunca para aliviar el sufrimiento a domicilio de los Warriors (ahora un balance de 3-14), quienes triunfaron por primera vez esta temporada sin Curry tras cuatro derrotas, reencarnado el base en el mejor Poole jamás visto, 43 puntos (14/23 en tiros y 5/11 en triples) y 6 asistencias.

Desató una violenta tormenta sobre todo en la primera parte -25 tantos-, aunque parecía que la tormenta había caído a él, cabizbajo, encapuchado y decaído en la sala de prensa. “Me siento con mucha confianza y trato de aprender cada día, pero ha sido un esfuerzo de todo el equipo”, decía, con pocas ganas de hablar, el escolta

Real Madrid acabó su semana más viajera (más de 9.000 kilómetros en apenas seis días), asaltando el liderato de la Liga Endesa que durante muchas semanas ha pertenecido al Lenovo Tenerife. Precisamente el cambio de testigo se produjo en el choque que los blancos sacaron adelante en el Santiago Martín, 65-74, en una soberbia exhibición triplista en el último cuarto.

Por el rival y por el ambiente, el de Tenerife fue un choque tan exigente como cualquiera de Euroliga. Con el liderato en juego, el Santiago Martín fue una fiesta... que los blancos aguaron con una victoria de mucho mérito.

Las fuerzas de ambos equipo estuvieron muy equilibradas hasta el final del segundo cuarto. De hecho el primer cuarto ofreció hasta siete cambios de líder en el marcador y acabó con 15-16.

Ese equilibrio se mantuvo durante el segundo cuarto, con el Lenovo muy acertado de tres, cuatro triples, pero con el Madrid apretando sobre todo por labor anotadora de Hezonja y Williams-Goss. El base firmó probablemente su mejor partido de la temporada, acabando con 11 puntos y con protagonismo cuando el Madrid rompía el partido.