Trabajos tecnológicos (programadores, ingenieros de software, analistas de datos)
Trabajos de medios (publicidad, creación de contenido, escritura técnica, periodismo)
Trabajos de la industria legal (asistentes legales, paralegales)
Analistas de investigación de mercado
Profesores
Trabajos financieros (analistas financieros, asesores financieros personales)
Comerciantes
Diseñadores gráficos
Estos trabajos son los más expuestos a la automatización por la inteligencia artificial porque implican tareas relacionadas con el lenguaje, la programación y la escritura, que son las capacidades de los modelos de lenguaje artificial como ChatGPT y Bard. Sin embargo, esto no significa que las máquinas vayan a sustituir completamente a los humanos, sino que pueden transformar y mejorar la forma en que trabajamos. Para ello, es necesario que las empresas y los trabajadores se adapten y desarrollen nuevas habilidades para trabajar eficazmente con la inteligencia artificial .
La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que se basa en la idea de que las máquinas pueden aprender y tomar decisiones por sí mismas, sin la intervención humana directa. La IA tiene muchas ventajas y beneficios en la sociedad, que pueden contribuir al desarrollo humano y al bienestar de las personas. Algunos de estos beneficios son:
La IA puede ayudar a las empresas a tomar decisiones más informadas y precisas, lo que puede aumentar la eficiencia y reducir los costos.
La IA puede ayudar en la detección de fraudes y errores, mejorar la seguridad cibernética y ofrecer un servicio al cliente más eficaz.
La IA puede facilitar ciertas tareas repetitivas o aburridas, lo que permite a las personas dedicarse a otras labores más creativas o complejas que requieren un análisis más humano.
La IA puede agilizar la toma de decisiones en torno al análisis predictivo de datos, lo que permite generar estadísticas, identificar patrones y conocer en profundidad los problemas y las oportunidades de negocio.
La IA puede permitir realizar tareas peligrosas o difíciles para los humanos, como la carga pesada, la interacción con componentes peligrosos o la conducción autónoma.
La IA puede personalizar la experiencia del cliente, ofreciendo contenido y recomendaciones adaptadas a sus gustos y preferencias.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la IA puede mejorar la calidad de vida de las personas y facilitar el progreso de la sociedad. Sin embargo, esto no significa que la IA vaya a reemplazar a los humanos o a quitarles los empleos. Al contrario, la IA puede complementar y potenciar las capacidades humanas, creando nuevas oportunidades de trabajo y aprendizaje. La clave está en aprovechar las ventajas de la IA y adaptarse a los cambios que trae consigo, sin perder de vista los valores éticos y humanos que deben guiar su uso responsable.