Músicas para el Nacimiento en el siglo XVI: de lo humano y lo divino

Conciertos de Navidad 2021



Notas al Programa

En el programa de este concierto se propone un conjunto de obras que fueron publicadas en torno a la segunda mitad del siglo XVI. No obstante, el arco temporal que corresponde a la creación de estas piezas es aún mayor, pues los dos villancicos propuestos del Cancionero de Upsala (Dadme Albriçias y Un niño nos es nasçido) y la ensalada de Mateo Flecha (La Negrina) se compusieron mucho antes de ser editadas. Por tanto, se ofrece una muestra bastante representativa de la música del siglo XVI dedicada a la Navidad.

Si bien son obras muy diversas, podemos señalar algunos puntos de unión entre ellas. Por ejemplo, todas fueron editadas, algo que comenzará a ser cada vez más frecuente, pero que hasta este momento se considera una excepción. La primera conclusión que podemos sacar de ello es que se trata de obras altamente apreciadas, tanto por el posible oyente de aquella época como por el compositor o el editor que deciden publicarlo. Por tanto, seguramente se trata de obras que eran conocidas y admiradas, obras que se consideraban con la suficiente entidad como para merecer una cierta transcendencia.

De la misma manera, son todas piezas surgidas de la cosmovisión católica, en una época cargada de turbulencias religiosas, que desembocará en la Reforma Protestante, y la posterior Contrarreforma. Las luchas internas entre cristianos influirán sobremanera en la música. Ambas facciones intentarán abanderar sus ideas y reforzar sus tesis a través del arte sonoro. Es por ello que la teología católica en torno al Nacimiento de Jesús, como Dios hecho hombre en el seno de María, una joven que se quedará embarazada por mediación del Espíritu Santo, y que sigue siendo virgen después de haber concebido, chocará frontalmente con las nuevas tesis de Lutero, y se convertirá, por tanto, en uno de los temas principales a resaltar por el Vaticano y sus seguidores.

Además de influir sobre los hechos a poner en música, las ideas religiosas se van a notar en más aspectos importantes. Los protestantes van a postular la necesidad de hacer que la música sea más accesible al pueblo, potenciando el uso de la música profana en el seno de sus templos, apostando en ellos por la lengua vernácula de los fieles y procurando que las piezas sean menos complejas a nivel compositivo e interpretativo, mientras que los católicos, al menos en teoría, van a rechazar el uso de la música profana en el ámbito religioso, van a seguir cultivando los textos en latín y van a confiar la música de sus iglesias a agrupaciones profesionales para ejecutarla, por lo que resulta más compleja en su entramado.

No obstante, estamos en la época del humanismo, por lo que, además de la profundidad y el espiritualismo, y aún en los ámbitos más puristas y piadosos, las composiciones religiosas no van a poder evitar contaminarse del nuevo antropocentrismo imperante, así como de los nuevos estilos y lenguajes musicales surgidos en la esfera de lo profano (tales como el madrigalismo), además de buscar el realismo y la humanidad de los personajes divinos, para acercarlos al sentir del pueblo.

Teniendo en cuenta todos estos condicionantes, nuestra propuesta presenta:

- Dos villancicos del Cancionero de Upsala, vinculados con la música cortesana de la capilla musical del Duque de Calabria. En el siglo XVI el villancico no es sinónimo de pieza navideña. Puede ser de temática religiosa (cómo en el caso de las dos piezas del programa) o profana. Su denominación hace referencia más bien al hecho de que se trata de música en castellano, con una estructura concreta en estrofas, coplas y estribillo, y con cierta inspiración en la música popular del momento, aunque sean composiciones pensadas para el entretenimiento de los ambientes cultos palaciegos. Se trata pues de piezas sencillas, con cierta tendencia a la homofonía, o al contrapunto ligero, y con ritmos y melodías pegadizas.

- Cuatro motetes en latín de distintos autores: O magnum mysterium (1540) de Cristóbal de Morales, Videntes stellam (1562) de Orlando di Lasso, O magnum mysterium (1572) de Tomás Luis de Victoria y Hodie Christus (1585) de Luca Marenzio. El motete es la forma religiosa principal de la música europea compuesta en el ámbito del catolicismo.

Podemos hablar de un cierto estilo internacional, que cada autor, en cada uno de sus ámbitos concretos, personaliza después. Estas composiciones suelen interpretarse en ceremonias litúrgicas, y sus textos son siempre en latín. Por tanto, son piezas más elaboradas técnicamente, y de más difícil interpretación. La Contrarreforma va a preocuparse especialmente de que los textos musicados se comprendan a la perfección.

Ofrecemos cuatro muestras exquisitas, de cuatro autores excepcionales, con cuatro obras compuestas para las fiestas navideñas. En las cuatro piezas se da un minucioso trabajo en el que los compositores, tal y como se hacia en los madrigales, busca pintar o representar con los sonidos el significado literal de las palabras.

- La misa O Magnum Mysterium, de Tomás Luis de Victoria, editada en Venecia en 1592. Se trata de una misa parodia, lo que significa que el material musical que utiliza procede de una obra preexistente (en este caso, del motete homónimo del propio compositor abulense), que hemos citado anteriormente. Gracias a los nuevos valores culturales y a la aparición de la imprenta, entre otros factores, la música, cuya vida era bastante efímera hasta este momento, comienza a desarrollar la necesidad de una nueva transcendencia. Los compositores estaban obligados a realizar muchas obras pensadas para un evento concreto, quedando posteriormente relegadas al archivo. Por eso, en determinadas situaciones, era inevitable no recurrir a la música ya compuesta con anterioridad, bien por cuestiones prácticas, o bien por reutilizar algo de lo que se estaba orgulloso.

- La ensalada La Negrina, de Mateo Flecha el Viejo, editada por su sobrino, Mateo Flecha el Joven, en Praga, en 1581. Las ensaladas son piezas musicales que nacen del principio de la mezcla, de ahí su denominación. En ellas se dan distintos idiomas, estilos, ritmos, estructuras y técnicas compositivas. Así mismo puede mezclar piezas propias o ajenas, y fragmentos nuevos con parodias de obras anteriores, de manera que el resultado final tiene la coherencia de una nueva historia, que suele girar en torno a la eterna batalla entre el bien y el mal, siendo el Nacimiento de Cristo el acontecimiento salvador definitivo. Parece ser que Mateo Flecha fue su inventor, y que gozaron de mucha fama en los ambientes palaciegos en los que se movió el músico, hasta el punto de ser editadas por su sobrino mucho después de que fueran compuestas, salvándose así del olvido, al tratarse, dicha edición, de la única fuente conocida hasta el momento de estas piezas.


Notas de Víctor Manuel Guarnido Franquelo.