D. Joaquín Fdez., conde de Isla, quiso montar una enseñanza gratuita a cargo de las H.H. en la casa-palacio que poseía en el Barrio del Rumión, hoy la Avda. Juan Hormaechea nº 70.


En dicieimbre de 1883, el Conde escribió a la madre Paula exponiendo sus planes y, un mes después, el 14 de enero de 1884, una Comunidad de 4 hermanas llegaron al pueblo para ultimarlo todo y preparar la inauguración para el día 20 de ese mes.


El día de la inauguración hubo Misa solemne en la parroquia. El párroco D. Andrés de Argo expuso al pueblo la finalidad del nuevo Colegio y les invitó a la ceremonia de la tarde.


A las 4 de la tarde, después de rezar la estación al Santísimo Sacramento, toda la comitiva se trasladó en procesión a la Capilla del Colegio, se rezó el santo Rosario, las H.H. cantaron la Salve y los sacerdotes el Te-Deun. Se colocó sobre el altar la llave de la casa como símbolo del ofrecimiento a la Virgen.


Llegada la comitiva a la puerta del colegio, el Sr. Arcipreste lo bendijo y acabado el acto religioso la Madre Superiora abrió la puerta y las H.H. tomaron posesión de la casa.


El Colegio, a través del tiempo, ha sido fiel a la formación religiosa y cultural de acuerdo con las leyes vigentes y en expresar el gran interés por esta misión.



Santa Joaquina de Vedruna

Joaquina de Vedruna fue la fundadora de la Congregación Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, nacida en Barcelona el 16 de abril de 1783.


Fue educada en un ambiente familiar muy cristiano, se sintió siempre atraída por Dios. Casada con un joven de Vic, Teodoro de Mas, se amaron profundamente y se entregaron ilusionados a la tarea de educar a sus nueve hijos.

Prematuramente viuda, Joaquina dedicó lo mejor de sí misma a sus hijos y a los enfermos pobres de la ciudad de Vic, decidida entonces a acabar sus días como religiosa, en la pobreza y la oración.

Cuando, ya mayores sus hijos, parecía llegado el momento del retiro a la vida monástica, el Señor le mostró, a través de providenciales circunstancias, el camino hacia una meta nueva: poner en marcha una congregación religiosa “para abrazar las necesidades de los pueblos, ya para cuidar enfermos, ya para la enseñanza de las niñas”, como ella misma decía.

Deseosa únicamente de “emprender lo que el Señor quiera”, “dispuesta para hacer su voluntad”, reunió hermanas e inició con ellas un nuevo modo de vida religiosa al servicio de las clases populares del país. La infancia y la juventud, los marginados y los enfermos… encontraron en ella acogida y respuesta a sus necesidades.

Murió en Barcelona, víctima del cólera, en el verano de 1854, dejando tras sí numerosas comunidades, que, herederas de su carisma, son hasta hoy las continuadoras de su obra en la Iglesia.

“Madre de nueve hijos –dijo de ella Juan XXIII– se convertirá en madre de innumerables pobres”. Él mismo, en 1959, añadía el nombre de Joaquina de Vedruna a la lista de los testigos ejemplares del Señor, los santos.

Las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, fueron fundadas el 26 de febrero de 1826 en la ciudad de Vic, provincia de Barcelona (España), por Santa Joaquina de Vedruna y de Mas. El proyecto iniciado ayer por Joaquina y sus primeras compañeras sigue vivo hoy en nuevas generaciones de mujeres que, "con la luz de Dios en sus pupilas y la compasión de Jesús en sus entrañas", se encarnan en nuevos lugares del mundo para irradiar esperanza y amor sin fronteras.