ACTOS FIN DE AÑO COLEGIO M. M. L. CLARAC
Hoy, lunes 3 de agosto de 2020, reiniciamos nuestras actividades escolares luego del receso de invierno y queremos darles la bienvenida augurando éxitos en la tarea mancomunada.
Ya han transcurrido 137 días del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que decretó el Poder Ejecutivo como consecuencia de la pandemia provocada por un devastador virus que nos expone a inesperados cambios y restricciones, que nos ha ocasionado mucha tristeza y una mezcla de sentimientos que incluso jamás habíamos experimentado.
En la región del país en la que vivimos, el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) seguimos cuidándonos para no enfermarnos y por ello continuamos enseñando y aprendiendo a distancia.
Este nuevo trayecto lo debemos transitar más fortalecidos. La Escuela y la Familia deben constituirse, definitivamente, en dos instituciones que trabajan juntas para sostener, cual sólidos pilares, la formación integral de los niños y de las niñas de la comunidad. Tenemos que estar más unidos que nunca porque separados nos debilitaremos. Del temor, el enojo y de la decepción sólo puede surgir angustia, ira y apatía. No queremos que esos sentimientos nos envuelvan en un halo de tristeza. Por el contrario, todos necesitamos del reconocimiento y la valorización del otro para salir adelante. Todos estamos del mismo lado y atravesados por la incertidumbre. Frente a este panorama, como Institución educativa, tanto la comunidad religiosa como el colectivo docente del colegio Clarac nos comprometemos a desempeñar nuestros roles con plena responsabilidad, voluntad, profesionalismo y verdadera vocación, con el firme propósito de transmitir conocimientos y sembrar valores prosociales. Para ello, necesitamos contar con el bien ponderado esfuerzo e intervención de las familias y así poder alcanzar las metas y cumplir con los objetivos propuestos por más ambiciosos que sean.
Los chicos tienen que aprender a capitalizar todo lo que se les brinda para seguir adquiriendo saberes y crecer como personas solidarias, cooperadoras, empáticas y capaces de reaccionar con valor frente a la adversidad.
Para cerrar esta carta de reencuentro voy a citar a Santa Madre Teresa de Calcuta:
“NO PODEMOS HACER GRANDES COSAS, PERO SÍ COSAS PEQUEÑAS CON UN GRAN AMOR”
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Si de algo estoy segura es que sólo Dios sabe por qué, cómo, cuándo y dónde ocurrieron, ocurren y ocurrirán las cosas, aún los eventos menos esperados.
En estos momentos, tenemos muchas preguntas y seguimos esperando respuestas. Entonces, como mujeres y hombres de fe inquebrantable, nos queda la ESPERANZA de que pronto, muy pronto, muchas de nuestras dudas comiencen a disiparse con hechos y que éstos serán la respuesta del Salvador que escucha nuestras oraciones.
Dios bendiga a nuestras familias, la Virgen del Buen Consejo nos guíe en esta nueva etapa y Madre Clarac interceda por nosotros.