Imagina que has sido castigado por tu maestra de Análisis y Diseño de Sistemas Estructurados por haber sido atrapado copiando durante el examen, ahora debes escribir 200 veces “no volveré a copiar durante un examen”. La tarea es lenta y tediosa, pero al usar un bucle sería tan sencillo como escribir la oración una sola vez y el programa haga el resto de manera veloz y sin esfuerzo. ¿No suena esto como una gran idea? Lamentablemente, en esta ocasión, el trabajo debe entregarse por escrito y no podrías usar bucles para apoyarte.

Los bucles son estructuras de control capaces de repetir una sentencia o un bloque de sentencias tantas veces como sea necesario. Agilizan la ejecución de diversas partes del código que, de otra forma, necesitarían de extensas líneas de código.

Los contadores, como su nombre indica, son variables que llevarán el conteo de ciertas acciones. En los bucles, se utiliza para saber cuántas veces se va repitiendo dichas acciones. Estas pueden ser de incremento o decremento.

Se pueden comparar un contador como la fila para ir a la ventanilla del banco. Cuando entras al establecimiento, te dan un ticket con tu número de turno, este incrementa de uno en uno.

Por otra parte, se tiene a los acumuladores. Estos se encargan de acumular la cantidad de datos de un mismo tipo, ya sean valores positivos o negativos. Se puede entender como un sumador automático, que guardará el dato anterior para sumarlo con el actual. En los bucles, se utiliza cuando se registra un dato en una vuelta del ciclo y se tiene que sumar el dato de la siguiente iteración.

Una forma de comparar el acumulador es con un cochinito para ahorros, donde el cochinito es nuestra variable acumuladora. Cada vez que se quiere agregar un dato, se echa dentro del cochinito, y romper el cochinito se entendería como la acción de mostrar todo lo que lleva acumulada la variable.