Tomar decisiones es una de las habilidades fundamentales que todos ejercemos a lo largo de nuestras vidas, desde las más triviales hasta las más trascendentales.
Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre el proceso real que lleva a una decisión consciente, una decisión que esté enraizada en nuestra esencia, habilidades, intereses y emociones.
Tomar decisiones desde la conciencia del ser implica un viaje profundo hacia el autoconocimiento, en el cual se integran aspectos dicotomizados de control, gestión de emociones y sentimientos, y duelo, que inevitablemente acompaña muchas decisiones.
En este artículo exploraremos cómo podemos acceder a un proceso de decisión más consciente y conectado con nuestra verdadera esencia, aprendiendo a tomar decisiones alineadas con la autenticidad, dejando de lado el miedo al control y aceptando el duelo como parte del camino.
Cuando hablamos de tomar decisiones desde la conciencia del ser, nos referimos a decisiones que no están únicamente basadas en la lógica o en las expectativas externas, sino en la conexión con tu verdadera esencia.
La esencia es núcleo fundamental que conforma lo que uno está siendo, más allá de roles, etiquetas o creencias limitantes.
Para tomar decisiones conscientes es vital conectarse con esa esencia. ¿Cómo puedes hacerlo? A través del autoconocimiento.
Esto implica reconocer habilidades naturales, intereses genuinos, emociones auténticas y sentimientos más profundos. E
n muchos casos, nos alejamos de esta conexión esencial al tomar decisiones influenciadas por la presión externa, los temores o las expectativas de la sociedad.
Ejercicio de reflexión: Antes de tomar una decisión importante, pregúntate: ¿Estoy decidiendo desde lo que realmente soy o desde lo que otros esperan de mí? O ¿Cómo soy (estoy siendo) con ésta decisión?
El coaching ontológico te invita a descubrir esa esencia y aprender a confiar en ella para tomar decisiones que estén en sintonía con tu verdadero ser.
No se trata solo de evaluar pros y contras racionales, sino de escuchar tu interior, identificar tus deseos más profundos y, desde ahí, accionar.
Al tomar decisiones desde la conciencia del ser, nuestras habilidades, intereses y emociones juegan un papel crucial.
La manera en que integramos estas facetas en el proceso de decisión determina si el resultado nos llevará a un mayor bienestar o a una desconexión con nosotros mismos.
Habilidades: Reconocer y valorar nuestras competencias es esencial para tomar decisiones que estén alineadas con nuestra capacidad de acción.
Si bien siempre es posible aprender nuevas habilidades, partir de lo que ya dominamos nos permite tomar decisiones con mayor seguridad y confianza.
Decidir desde nuestras fortalezas nos posiciona en un lugar de poder y efectividad.
Intereses: Decidir en función de lo que nos apasiona garantiza una mayor probabilidad de éxito y satisfacción.
Cuando nuestras decisiones están en sintonía con lo que realmente nos interesa, nos sentimos motivados y enfocados, lo que a su vez facilita el logro de objetivos a largo plazo.
Emociones y Sentimientos: Aunque tradicionalmente se considera que las decisiones deben ser racionales y alejadas de las emociones, la verdad es que nuestras emociones son una brújula poderosa en el proceso de decisión.
Las emociones nos informan sobre cómo nos sentimos ante una opción y nos permiten anticipar cómo nos afectarán las consecuencias de nuestras elecciones.
No está mal ser racionalista, aunque ignorar las emociones puede llevarnos a decisiones desconectadas y poco satisfactorias.
Sin embargo, es fundamental distinguir entre emociones pasajeras y sentimientos profundos.
Las emociones son momentáneas y estan influenciadas por el contexto, mientras que los sentimientos están más conectados con nuestra esencia y con el significado de nuestras decisiones a largo plazo.
Reflexiona: ¿Estoy tomando esta decisión desde una emoción impulsiva o desde un sentimiento profundo y duradero?
Uno de los mayores obstáculos en el proceso de toma de decisiones es la dicotomía del control: la lucha entre lo que podemos controlar y lo que está fuera de nuestro control.
En muchos casos, el miedo a lo incierto o a no poder manejar las consecuencias de nuestras decisiones puede paralizarnos.
Acá podríamos entrar en terreno de filosofía estoica.
No podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar nuestra actitud y nuestras acciones.
Al reconocer qué está bajo nuestro control y qué no, podemos liberar una gran cantidad de ansiedad y tomar decisiones con mayor claridad.
Control interno: Son nuestras emociones, actitudes, respuestas y acciones. Enfocarnos en lo que podemos cambiar nos empodera y nos da una mayor sensación de dominio sobre nuestras vidas.
Control externo: Es el resultado, las reacciones de los demás, las circunstancias externas. Aceptar que no podemos influir en todo y que habrá variables imprevistas nos permite tomar decisiones más valientes, sin quedarnos paralizados por el miedo al fracaso o a la desaprobación.
El coaching ontológico te ayuda a identificar esa dicotomía y a aprender a soltar lo que no podes controlar, reduciendo la ansiedad y el estrés asociados con el proceso de toma de decisiones.
Toda decisión conlleva un duelo, ya que al elegir una opción, inevitablemente estamos dejando otras posibilidades atrás.
Este duelo puede ser sutil o profundo, pero está presente en cada elección que hacemos.
Aceptar el duelo como parte del proceso de toma de decisiones es clave para avanzar con serenidad y claridad.
Muchas personas se sienten atrapadas en la indecisión precisamente porque no quieren enfrentar la pérdida que conlleva tomar una decisión.
Aún así, es importante recordar que el duelo también es un proceso de transformación y crecimiento.
Cada vez que tomamos una decisión, perdemos algo, pero también ganamos nuevas oportunidades.
El duelo no es un obstáculo, sino una parte natural de la evolución personal.
Si podemos aceptarlo y procesarlo de manera saludable, nuestras decisiones van a ser más libres y auténticas.
Ejercicio práctico: Reflexiona sobre una decisión reciente. ¿Qué perdiste al tomar esa decisión? ¿Qué ganaste? Permitite sentir el duelo por lo que perdiste, pero también celebra las nuevas oportunidades que has creado.
Tomar decisiones desde la conciencia del ser implica mucho más que una evaluación racional de opciones.
Es un proceso que nos conecta con nuestra esencia, nuestras habilidades, intereses, emociones y sentimientos más profundos.
Al hacerlo, nos liberamos de las presiones externas, aceptamos ésta dicotomía del control y el duelo inherente a cada elección, y avanzamos hacia una vida más auténtica y alineada con quienes realmente somos.
El coaching ontológico ofrece una vía para aprender a tomar decisiones desde esta perspectiva consciente y profunda, empoderándonos para crear la vida que realmente deseamos.
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Podrás construir una vida más auténtica y por consecuencia, plena.
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