En el Colectivo Teatro Independiente, llevamos cuatro años dándole con todo a la creación escénica. Somos un grupo de artistas multidisciplinares —hay gente de teatro, danza, música, artes plásticas— y nos encanta mezclarlo todo para crear montajes con mucha calidad.
Dentro de todo lo que hacemos, hay algo que nos apasiona y nos destaca: el clown contemporáneo. No solo lo exploramos, sino que nos metemos de lleno en él, buscando siempre nuevas formas de contar historias, de conectar con la gente y de sacarle una sonrisa... o una buena carcajada, y hasta una que otra lágrima.
El trabajo del Colectivo en el clown es una pieza clave de nuestra experiencia y ha moldeado nuestra forma de hacer teatro. Nuestras obras demuestran cómo usamos el humor y la vulnerabilidad para contar historias potentes que pegan duro.
Con "Ego Films", nos metimos de lleno en el caótico mundo de una compañía de cine en la ruina. La idea era recrear el "Titanic" con cuatro pesos para salir de la miseria. ¡Imagínate el desastre! Actores con menos recursos que ideas, intentando revivir escenas icónicas. Aquí, el clown fue nuestra herramienta principal. Nos permitió exagerar la desgracia de los personajes y transformar las limitaciones en chistes geniales. La obra era un juego constante de fracasos ."Ego Films" nos enseñó a abrazar el error como parte del espectáculo y a encontrar la comedia en lo más cotidiano.
Con "La Magdalena". Ella es una mujer fuerte y apasionada que se enfrenta a los prejuicios y la lucha por amar libremente. El clown nos permitió abordar temas como la libertad sexual y la discriminación de una forma que fuera provocadora pero también muy cercana y divertida. Cada número cómico mostraba una faceta de su vida, desde sus amores prohibidos hasta su desafío a las normas. Esta obra fue una oportunidad para usar el humor contra los estigmas, demostrando que el clown no solo hace reír, sino que también puede generar reflexiones profundas y desafiar el status quo.