Rocío Navarro
Rocío Navarro
Caracas, Venezuela, 1971.
Poeta. Abogado de la Universidad Central de Venezuela, especialista en el área de derecho de autor y propiedad intelectual. Tiene publicados los poemarios Aljibe, Ediciones Cooperativa La Mancha, 2008 y Puertas Abiertas, Fundación editorial El Perro y la Rana, 2009.
A Juan Calzadilla
Acostumbrado a los cuerposcon tinta los engarzas en la brumaponiendo nubes en sus vientresy leves vientos en la mirada.
Abrazadas, esas manchas humanas
ejecutan danzas tántricas en silencio tocan inverosímiles pieles
y verdes pupilas inexistentesrecuerdan todas las imágenes.
Cabeza mano pelo torso inusitado en vuelo piernas abiertas al Cosmos logran éxtasis solitarios
que ofrendan al otro,bosquejo de sí mismo en el cuadrante de su ojo,pupila órbita del adentro
ojo encantado
ojo
ojo
Tu mano acerca la distanciade los horizontes que se escapancuando pintas escribeso simplemente eres.
En el inviernooscuro y profundo
me extiendo en el aire
para que la noche me alcancecon su largo brazo de musgo.
Fotografía es detener por un instante la vida en mitad de tus ojos
Es tocar con lo que no es tu piel el tiempo mientras pasa
Respiración circular y hacia arriba donde el cielo no existe.
Es hacer hermanos al ojo y la manodonde el ojo guía a la mano mientras ella lo sostiene
Fotografíavivir en cámara lenta para que la Vida no se vaya.
Bailar con un extraño sentir su olor aprender la cadencia de su ritmola altura de su hombroel diámetro de su cintura para la vuelta perfecta y llegado el cansancio aceptarle ese tragofuerte o suave, para variar aturdiéndome en la nochebuscando el olvido de ti.
me extiendo en el aire
para que la noche me alcancecon su largo brazo de musgo.
Fotografía es detener por un instante la vida en mitad de tus ojos
Es tocar con lo que no es tu piel el tiempo mientras pasa
Respiración circular y hacia arriba donde el cielo no existe.
Es hacer hermanos al ojo y la manodonde el ojo guía a la mano mientras ella lo sostiene
Fotografíavivir en cámara lenta para que la Vida no se vaya.
Bailar con un extraño sentir su olor aprender la cadencia de su ritmola altura de su hombroel diámetro de su cintura para la vuelta perfecta y llegado el cansancio aceptarle ese tragofuerte o suave, para variar aturdiéndome en la nochebuscando el olvido de ti.