Un Esguince de tobillo es una de las lesiones musculoesqueléticas más comunes.
Ocurre cuando el tobillo se desplaza hacia adentro, y provoca el desgarro de uno o todos los ligamentos en la parte externa del tobillo. La gravedad de un esguince de tobillo determinará la duración del tiempo de recuperación.
El tratamiento inicial incluye: reposo, inmovilización con walker modificación de la actividad, hielo, elevación .
La Fisio y kinesioterapia se centra desinflamar la articulación en un principio y luego en mejorar el rango de movimiento y fortalecimiento puede ser útil una vez que el dolor y edema inicial se haya calmado.
La Artrosis o artritis del tobillo es el desgaste de la articulación y provoca dolor e inflamación en el tobillo. Los síntomas se agravan al pararse y caminar, y los pacientes a menudo caminan rengueando.
La artrosis del tobillo suele ser el resultado de una historia de traumatismos en el tobillo; lesiones graves en el tobillo, como una fracturas o lesiones recurrentes en el tobillo.
La artrosis del tobillo puede desarrollarse por otras causas, como una carga desigual de la articulación del tobillo debido a una deformidad de alineación; artritis inflamatoria, como la artritis reumatoide ; artritis de cristales, como la gota, o secundaria a una grave infección articular. La artrosis del tobillo se asocia comúnmente con la pérdida de cartílago de la articulación del tobillo
La Tendinitis de Aquiles se caracteriza por dolor y la inflamación del tendón de Aquiles.
La tendinitis de Aquiles no insercional (que se produce por encima de la inserción) y se asocia con un aumento del nivel de actividad y ocurre en pacientes de 30 y 40 años.
El tratamiento generalmente no es quirúrgico e incluye un período inicial en el que los síntomas pueden resolverse, seguido de un retorno gradual a la actividad.
El tratamiento incluye: Tratamientos de Fisio y kinesioterapia y evitar las actividades agravantes; elevar el talón dentro del zapato mediante una talonera; usar un zapato con un tacón para descargar el tendón; medicamentos antiinflamatorios (si son tolerados); y ejercicios diseñados tanto para elongar como para fortalecer el tendón de Aquiles.