Estas pequeñas bolas de pelo y huesos, los restos no digeridos de los animales que se tragan enteros algunas aves, nos ayudan a conocer a animales que normalmente pasan desapercibidos, debido a sus habitos nocturnos y pequeño tamaño.
También ponen de manifiesto el importante papel que los depredadores juegan en los ecosistemas, controlando poblaciones de diversas especies.