Un Faro de Oportunidades en Lanús: Educación y Trabajo Bajo un Mismo Techo

En el corazón de Lanús, donde las historias de esfuerzo y resiliencia se entrelazan con los sueños de superación, nace una propuesta educativa que no solo responde a una necesidad, sino que abraza una convicción profunda: la educación y el trabajo son pilares inseparables del desarrollo humano y comunitario.

Este nuevo espacio, que reúne en un mismo edificio un CENS (Centro Educativo de Nivel Secundario para Adultos) y un CFL (Centro de Formación Laboral), no es simplemente una infraestructura. Es un símbolo. Un faro. Una invitación a reconstruir trayectorias, a reimaginar futuros, a volver a creer.

Educación para la vida, no solo para el título

El CENS que forma parte de esta propuesta no se limita a ofrecer la posibilidad de finalizar los estudios secundarios. Lo que se propone es mucho más ambicioso: restituir el derecho a aprender en cualquier etapa de la vida, reconociendo que cada persona llega con saberes, experiencias y desafíos únicos.

Aquí, los adultos que alguna vez debieron postergar su educación por razones económicas, familiares o sociales, encuentran un espacio de contención, respeto y crecimiento. No se les exige olvidar su historia; se les invita a integrarla, a convertirla en motor de aprendizaje.

La secundaria para adultos en este contexto no es remedial, es transformadora. Se enseña con enfoque práctico, con mirada crítica, con sensibilidad social. Se aprende a leer el mundo, a escribir la propia voz, a pensar con otros.

Formación laboral con sentido y proyección

El CFL, por su parte, aporta una dimensión esencial: la capacitación para el trabajo como herramienta de autonomía y dignidad. En un contexto económico desafiante, donde el acceso al empleo formal se vuelve cada vez más complejo, la formación laboral cobra un valor estratégico.

Pero no se trata solo de enseñar oficios. Se trata de formar personas capaces de adaptarse, de emprender, de colaborar. Los cursos están pensados en diálogo con el entorno productivo local, con foco en la empleabilidad real, pero también en la creatividad y la innovación.

Desde la carpintería hasta la programación, desde la estética hasta la logística, cada trayecto formativo se diseña con estándares de calidad, con docentes comprometidos y con una mirada inclusiva que reconoce la diversidad de talentos y necesidades.

Un edificio, una comunidad

La decisión de reunir ambos espacios en un mismo edificio no es casual. Es una apuesta por la integración, la sinergia y la construcción colectiva. Se busca que el estudiante del CENS pueda acceder a una formación laboral complementaria, y que quien se capacita en el CFL descubra el valor de completar su educación formal.

Más aún: se busca que ambos públicos se encuentren, se reconozcan, se acompañen. Que el edificio se convierta en un punto de encuentro, en un nodo de redes solidarias, en un espacio donde la educación deje de ser un trámite y se convierta en experiencia compartida.

Este edificio será más que aulas y talleres. Será biblioteca, será patio, será sala de reuniones, será espacio cultural. Será lugar de pertenencia.

Compromiso institucional y territorial

La propuesta cuenta con el respaldo de U.R.G.A.R.A., una organización que históricamente ha apostado por la formación como herramienta de transformación social. Su compromiso con la educación no es nuevo, pero esta iniciativa marca un punto de inflexión: una visión estratégica que articula saberes, recursos y voluntades para generar impacto real en el territorio.

Lanús, con su densidad poblacional, su diversidad social y su historia de trabajo, es el lugar ideal para esta experiencia. Aquí, cada aula puede ser semilla. Cada curso, una puerta. Cada docente, un puente.

Una invitación abierta

Esta propuesta no es exclusiva. Es inclusiva. Está pensada para quienes quieren retomar, para quienes quieren empezar, para quienes quieren reinventarse. Para jóvenes adultos, para madres, para trabajadores, para migrantes, para quienes creen que nunca es tarde.

Porque creemos que la educación no tiene edad, y el trabajo no debe ser precariedad. Porque sabemos que cuando se abren oportunidades reales, las personas responden con compromiso, con esfuerzo, con esperanza.

Porque estamos convencidos de que un país se construye desde abajo, desde cada barrio, desde cada historia que se dignifica.