EL NACIMIENTO DEL CESR
El Campeonato Ecuatoriano de SimRacing (CESR) no nació en una sala de juntas ni en una empresa, sino en el corazón de un niño apasionado por los autos. Su fundador, Christian Cabrera Beltrán, descubrió su amor por la velocidad desde muy joven, cuando su padrino, Efraín Flores, le regaló una pista de autos eléctricos. Aquella pista, que disfrutó junto a su padre José hasta desgastarla por completo, fue el punto de partida de una historia que hoy mueve a toda una comunidad.
Del Gran Turismo al volante real
Con el tiempo, su pasión evolucionó. Gran Turismo en PlayStation 2 se convirtió en su escuela: pasaba horas perfeccionando autos, ganando recompensas y soñando con la adrenalina de las pistas. Ese amor por el automovilismo se intensificó en su adolescencia, donde llegó a participar en competencias esporádicas de Polaris en la provincia del Azuay. Pero el punto de inflexión llegó al adquirir su primer volante de simulación: fue amor a primera vuelta.
Mientras culminaba su carrera como Diseñador Gráfico y 3D, y al mismo tiempo estudiaba Medicina, Christian decidió organizar pequeñas carreras virtuales de Assetto Corsa junto a su familia. Lo que empezó como un pasatiempo, se transformó rápidamente en una idea seria: crear un torneo profesional ecuatoriano de SimRacing.
En sus primeras etapas, el proyecto contó con el apoyo de su amigo y entonces cofundador Eduardo Vallejo, quien lamentablemente tuvo que dejar la iniciativa por motivos económicos. A pesar de los obstáculos, Christian no se detuvo,.el apoyo de empresas como EcoImagen, Impulso Gráfico, Textiles Cabrera, Óptica Santana y Compuplus Technology, el CESR echó a rodar oficialmente.
Con el tiempo, el CESR evolucionó hacia un torneo competitivo y estructurado. Se definieron categorías, escuderías, reglamentos y transmisiones en vivo. Así nació la V10 Series, inspirada en la gloriosa era de los monoplazas de motor V10. Este formato exigente se convirtió en el corazón del campeonato, y atrajo a pilotos de alto nivel de todo el país.
Adriana Muñoz nació en Ecuador, pero su vida la llevó a España, donde creció rodeada de la pasión por la velocidad que su padre, Pascual, un ferviente seguidor de Fernando Alonso, le transmitió. Desde pequeña, Adriana vivió inmersa en el mundo del automovilismo, influenciada por la admiración de su padre por el piloto asturiano. Uno de los recuerdos más valiosos de su infancia es el casco de Fernando Alonso que le fue regalado desde la fábrica donde se diseñan y fabrican estos elementos, un objeto que conserva con profundo cariño como un símbolo del vínculo con su padre y la pasión que compartieron por las carreras.
La vida de Adriana dio un giro importante cuando conoció a Chris, quien compartía su amor por las carreras. La conexión fue inmediata, pero lo que comenzó como una relación sentimental se transformó en un apoyo mutuo que fue clave para el crecimiento del CESR (Campeonato Ecuatoriano de SimRacing). Adriana no solo se convirtió en un pilar emocional para Chris, sino también en un apoyo económico esencial cuando el proyecto más lo necesitaba.
Cuando el CESR estaba comenzando, sin patrocinadores y con recursos limitados, fue Adriana quien se presentó como una de las primeras en dar el respaldo necesario, tanto en el plano financiero como en el emocional. Con un corazón lleno de determinación y un amor por el automovilismo, Adriana no dudó en poner su fe en el proyecto, ayudando a mantenerlo a flote en sus momentos más difíciles. Su contribución no solo fue fundamental para el inicio del torneo, sino que también fue un motor que permitió que el CESR se fortaleciera y creciera hasta llegar a ser lo que es hoy.
El apoyo de Adriana Muñoz no es solo un capítulo en la historia del CESR, es la representación del sacrificio, la pasión y el amor por un deporte que la conectó con una historia más grande. Sin su empuje, sin su fe inquebrantable, muchas de las victorias y logros alcanzados por el CESR no habrían sido posibles. Su legado está grabado no solo en los logros de los pilotos, sino en el corazón mismo del campeonato.
Cuando EcoImagen, una reconocida empresa dirigida por el Dr. José Cabrera, un experto médico imagenólogo, se unió al CESR, pocos imaginaban el impacto que tendría en el torneo. Inicialmente, el Dr. Cabrera veía la comunidad que surgía en torno al simracing como un grupo de jóvenes reunidos para jugar videojuegos, pero todo cambió el día en que asistió a la primera carrera del campeonato.
Lo que en un principio parecía solo un pasatiempo digital, rápidamente se transformó ante sus ojos en algo mucho más grande. La dedicación, la habilidad y la competencia de los pilotos le dejaron una impresión tan profunda que su visión del simracing cambió por completo. No era solo un videojuego, era un eSport que merecía ser tratado con el mismo respeto y atención que cualquier deporte tradicional. A partir de ese momento, el Dr. Cabrera decidió involucrarse de manera mucho más directa.
Fue entonces cuando nació Eco iRacing, el segundo equipo del torneo, con Paul Alvarado como líder y Mateo Figueroa al mando. Sin embargo, la aventura de Eco iRacing no fue sencilla. Mateo Figueroa, a pesar de su talento inicial, no pudo cumplir con las exigencias de disciplina y entrenamiento que el Dr. Cabrera consideraba necesarias para competir al más alto nivel. Su falta de compromiso con la preparación física y técnica llevó a su reemplazo por un piloto en ese momento desconocido: Pablo López, un joven de Cañar que rápidamente se adaptó a la competición.
En su primer año con Eco iRacing, Pablo López deslumbró al mundo del simracing con su extraordinario rendimiento. Solo un paso detrás de los campeones del equipo SimForce, liderado por Alex y Roberth, Pablo logró el vicecampeonato de pilotos. Además, con su impresionante desempeño, se posicionó en el tercer lugar del campeonato general, solo detrás de Alex y Ismael Méndez de Omega eSports Team. Este logro no solo consolidó a Eco iRacing como una de las escuadras más competitivas del CESR, sino que también marcó el nacimiento de un equipo con el potencial de desafiar a los grandes favoritos.
Hoy, EcoImagen es uno de los pilares fundamentales del CESR, no solo como patrocinador, sino también como un equipo competitivo que ha logrado cambiar la percepción del simracing en Ecuador, llevándolo a un nivel profesional con la seriedad que este deporte digital merece.
En la temporada 2024/2025, el CESR vivió uno de sus momentos más emocionantes: Alexander Cabrera, conocido como El Tiburón Blanco de Simforce eSports, dominó la V10 Series con maestría, seguido muy de cerca por Ismael Méndez de Omega Esports Team y Pablo López de ECO iRacing Team. La comunidad creció, el nivel técnico subió, y el campeonato se profesionalizó aún más.
Mantener vivo un campeonato como el CESR no ha sido tarea fácil. A lo largo de los años, el camino ha estado lleno de retos, sacrificios y momentos difíciles. Sin embargo, gracias a la dedicación y al incansable apoyo tanto emocional como económico de los pilotos que conforman la categoría V10, este deporte ha logrado mantenerse firme y con un futuro cada vez más esperanzador.
Este campeonato ha sido posible gracias al esfuerzo colectivo de todos aquellos que han formado parte de esta categoría, y es necesario rendir homenaje a los nombres que han sido fundamentales en este camino. Desde el campeón "El Tiburón Blanco" Alex Cabrera, pasando por el imparable bombardero naranja Ismael Méndez, hasta la destreza de la Flecha Verde Pablo López. No podemos olvidar a Roberth Gutama, Paul Alvarado, Joshe Neira, Pablo Cabrera, Niko Silva, Robinson Marín, Erik Bautista y Josu Navarrete, quien ahora brilla en el Draft 25.
Ellos no solo son pilotos, sino el alma de este torneo, los que han luchado para que el CESR siga creciendo y evolucionando. Gracias a su pasión y esfuerzo, el simracing en Ecuador tiene un futuro prometedor, y su legado no hará más que inspirar a las nuevas generaciones de pilotos. ¡Este campeonato es tan suyo como de todos los que han creído en él!