Centro Cultural Alberto Rougés - Fundación Miguel Lillo
En 1913 el arquitecto e ingeniero José de Bassols construyó una vivienda con el modelo de petit hotel de origen francés, que consta de tres plantas. La fachada imita la piedra París, tiene rejas de hierro y mansarda de pizarra y zinc. La obra le fue encargada por Julio Cainzo, quien la vendió en 1918 a Brígido Terán. A la muerte del matrimonio Terán, heredó la propiedad su hija Amelia Terán de Sortheix. Fue sede del Tribunal Federal y, tras años sin uso, en 1973 fue adquirida por la Fundación Miguel Lillo. Fue declarada Bien de Interés Municipal.
El Centro Cultural Alberto Rougés nació en junio de 1990 como un resultado natural del crecimiento de la Fundación Miguel Lillo y como una respuesta a la necesidad de integrar la investigación científica con la indagación humanística. Con su creación se unen dos nombres señeros de nuestra cultura: el del científico Miguel Lillo con el del humanista Alberto Rougés, amigos que compartieron ideales y proyectos.
Al pertenecer a una institución científica de reconocido prestigio, el Centro Cultural muestra otras formas del quehacer humano y por eso ha dado cabida a la reflexión filosófica, a la investigación histórica, a la creación y a la crítica literaria, a la expresión de los artistas plásticos. La Casa es, de esta forma, la sede natural de numerosos congresos, exposiciones y talleres y se ha convertido en un sitio insoslayable de la cultura tucumana.
En cuanto a su arquitectura, funciona –desde hace más de dos décadas- en una casa señorial que constituye uno de los pocos ejemplos del estilo francés de fines del siglo XIX que quedan en la provincia. Allí se conjugan el esplendor tradicional y la moderna tecnología que requiere la creación y transmisión de cultura.