Historia
El lugar de Lanjarón
Lanjarón se encuentra en la vertiente meridional de Sierra Nevada. Geográficamente Lanjarón pertenece a la comarca granadina del Valle de Lecrín, sin embargo, las características de este municipio se asemejan más a las que encontramos en La Alpujarra, debido a su cercanía con esta.
Esta denominada "entrada" a La Alpujarra ha marcado significativamente la evolución histórica del municipio de Lanjarón. Encontramos vestigios que nos informan sobre el en textos de Ibn al Jatib dónde se refieren a la localidad como al-Anyarun sin atribuirla a un espacio geográfico-administrativo concreto. Es en el siglo XII-XIII cuando se hace referencia al municipio como parte del distrito alpujarreño conocido como iqlim de Ferrayra y, posteriormente en época nazarí y con el sistema de taifas, pasará a incluirse en el Valle de Lecrín. Por ende, aunque este municipio pertenezca geográficamente a la comarca del Valle de Lecrín, quedará profundamente arraigada a La Alpujarra.
Según encontramos recogido en el Libro de Bienes Habices y en el Libro de Apeos, la población estuvo rodeada por un espacio irrigado como ocurre en gran parte de La Alpujarra, aprovechando los abundantes recursos hídricos procedentes del deshielo de Sierra Nevada.
El Castillo de Lanjarón
El Castillo de Lanjarón se alza sobre una escarpada roca caliza bajo la población de Lanjarón. Cuenta con un carácter eminentemente militar, este husun parece responder al programa edilicio llevado a cabo en los reinados de Yusuf I y su hijo Muhammad V. El Castillo continuó ocupado tras la conquista cristiana, lo que muestra la importancia que otorgaba su control y posesión.
A pesar de contar con unos estrechos límites topográficos, encontramos dos recintos en el castillo. Los materiales constructivos compuestos por fábricas de mampostería dispuestas en hiladas, esquinas reforzadas con cantería caliza a soga y tizón y, allí dónde aún encontramos restos, almenados con igual acabado. El primer recinto lo encontramos rodeado en su totalidad por muralla en ocasiones imperceptibles debido a tu terreno escarpado; el segundo recinto lo encontramos en la parte más alta, defendido por dos grandes torres, una de ellas, la torre del homenaje.
En el interior del enclave encontramos un tramo de muralla por el que transcurre el camino de ronda, defendiendo la entrada al monumento. La entrada, cerrada por un rastrillo elevado, se realiza por medio de una bóveda de medio cañón abierta en la parte meridional de la muralla. El espacio interior del reciento, es bastante reducido y no cuenta con una homogeneidad debido a la fuerte pendiente. Desde la zona más elevada, una torre y una plataforma horizontal vigilaban y defendían el acceso al castillo. También encontramos en la parte interna del enclave una aljibe, cubierta por una bóveda de medio cañón y apoyada sobre gruesos muros de hormigón de cal.
La torre del homenaje, cuenta con una planta rectangular, esta quedó más abajo, controlando los caminos de entrada desde el Valle de Lecrín y la Costa de La Alpujarra, en estos restos encontramos engastes de las vigas y tablas que sostenían los forjados de la fortaleza. Dos plantas y una posible azotea a la que se accedería por una estrecha escalera. Anexa a esta torre, un área baldía rodeada por tres de sus cuatro lados por muralla en la que se insertarían tres troneras, una de ellas cegada.
Cronología
Dejando a parte la homogeneidad que encontramos en el enclave, se distinguen diferentes fases:
Primera fase: solo se conservan posibles restos, muy deteriorados y bajo la actual muralla.
Segunda fase: destaca un enlucido falso de aparejo que forma elipses, comas y "lágrimas", todos estos elementos han sido considerados en castillos cercanos como cristianos.
Por otra parte, la estructura interna refleja su clara función. Los recursos defensivos desplegados sumados a la ausencia de un asentamiento directamente asociado al mismo, nos hace comprender que es un castillo de carácter militar, a esto le añadimos su clara posición estratégica en el territorio controlando las vías de acceso desde el valle y la costa.
El abandono del enclave fue paulatino, primero cayeron los enlucidos, varios mampuesto... tras esto se desplomaron las cubiertas de los edificios y le siguieron gran parte de los muros de la torre del homenaje y algunos lienzas de muralla, esto se produjo a mediados del siglo XVI.
Intervenciones arqueológicas
Se han realizado diversas intervenciones, tanto prospecciones como excavaciones y posteriores consolidaciones.
La prospección arqueológica superficial nos ha arrojado datos importantes sobre las poblaciones cercanas al castillo, también se recuperar estructuras que pertenecían al conjunto castral por lo que sabemos que contaba con elementos defensivos extramuros. También se han descubierto diversas estructuras aisladas que defendían distintos espacios dentro del primer recinto amurallado. La cerámica recogida en superficie fue abundante y variada tanto formal como cronológicamente, esto materiales se encuentran muy dispersos por el terreno. De época medieval también se han recogido materiales cerámicos entre los que se encuentran algunos que parecen elaborados a torneta y algunos fragmentos vidriados.
Durante la excavación de las diferentes estructuras y espacios se determinó que la mayor parte de estas estructuras pertenecen a la primera etapa moderna. Se han podido documentar dos etapas en el interior del clave, en esta área sólo existe en un pequeña estancia en un primer momento, posiblemente estuviera cubierta y dedicada a la vigilancia a través de las troneras. En un segundo momento, sin la documentación de un derrumbe existente, se amplía este edificio de la estancia cubierta y realizándose otra al aire libre.
Bibliografía
Francisco Villegas Molina, El valle de Lecrín, Granada, Universidad de Granada, 1972.
María del Carmen Jiménez Mata, La Granada islámica. Contribución a su estudio geográfico-político-administrativo a través de la toponimia, Granada, Universidad de Granada, 1990.
Carmen Trillo San José, La Alpujarra antes y después de la conquista castellana, Universidad de Granada, 1990.
Carmen Trillo San José, "Lanjarón: entre el Valle de Lecrín y La Alpujarra", Sierra Sur, pp.14-15, espec. p.14.
Antonio Malpica Cuello, Castillos y poblamiento en Granada, Barcelona, 1996.
Alberto García Porras y Justo José Banqueri Forns-Samsó, El castillo de Lanjarón. Primeros resultados de la última intervención arqueológica, Granada, 2001.
José D. Lentisco Navarro, El castillo de Lanjarón (Granada). Un análisis a partir del estudio de la cerámica recogida en la intervención arqueológica de 1995, Arqueología y territorio nº5, 2008, pp.141-159.
María Aurora Molina Fajardo, Castillos, fuertes y atalayas: fragmentos de una memoria islámico-cristiana en el Valle de Lecrín (Granada), Universidad de Granada, 2012.
Alberto García Porras, Un elemento de control del territorio en los primeros tiempos de dominación castellana del reino de Granada. El castillo de Lanjarón (Granada), Arqueologia da idade média da Península ibérica, Porto ADECAP, Vol. VII, 2000.