Allá por el año 1916 un entusiasta grupo de jóvenes se trazan como objetivo fundar un club deportivo a los fines de brindar a la juventud un ámbito de esparcimiento y competencia, el sueño de estos visionarios se cristaliza el 8 de Abril de 1917. Nace el Club Atlético Jorge Newbery. Su nombre se deviene del pionero de la Aeronáutica Argentina, quien era además un eximio deportista, destacándose en varias disciplinas.
El primer presidente fue Don Francisco Bulacio, su vice Don Vicente Aranda, Hércules Costa, Arturo Salinas, Atilio Canepa. En la primer reunión de la flamante comisión directiva, Don Bulacio expresó: "Se instituirá con el nombre de Jorge Newbery inspirado en el valor del aviador que como él, el flamante club debía remontarse en los altos hasta el cielo celeste y blanco en busca de su destino de grandeza". Los colores adoptados fueron el celeste con bandas blancas verticales.
Ingresan a los torneos de la Liga Tucumana del Sur cotejando con Santa Lucia, Santa Rosa, Unión Obrera, Azucarera Argentina, Santa Ana, San Ramón, entre otros. Según las distancias, el equipo e hinchas viajaban por ferrocarril o en carros tirados por mulas.
El club tuvo su primera sede, en calidad de préstamo por la Compañía Azucarera Argentina, en un terreno ubicado en cercanías del Rio Medinas. Allí estos aventureros inician el desmonte, desmalezamiento y relleno para preparar el campo de fútbol. Pero la generosidad de estos duró poco y en el mismo año la compañía pidió la devolución del mismo.
Imbuidos por el espíritu y los valores del gran Jorge Newbery, este apasionado grupo de muchachos resolvió constituir el proyecto soñado en otro lugar. La búsqueda tuvo su fruto al poco tiempo pues un vecino cedió un terreno prestado de dos hectáreas y media ubicado en la zona donde el club tiene su estadio en la actualidad. Inmediatamente comenzaron las labores para acondicionar el suelo puesto que allí había sido utilizada para una cortadera de materiales lo que representaba serias dificultades para nivelar el mismo. Lejos de amedrentarse por estos obstáculos, el nutrido grupo de hombres de todas las edades y condiciones sociales trabajaron denodadamente para nivelar el terreno para tener lista la ansiada cancha de fútbol del club. Finalizada la construcción de la misma, el siguiente objetivo fue la de adquirir legalmente el predio para la flamante institución aunque se carecía de los recursos económicos necesarios para tal fin. Desde sus inicios, El Aviador tuvo como distinción el compromiso y el orgullo de pertenencia de parte de los simpatizantes y asociados. Dado estas virtudes destacables de nuestra parcialidad, se llevó a cabo una colecta popular, al tiempo que el club aportó $500 (contribución de socios y simpatizantes), con lo que se logró adquirir el terreno. Con una astucia y visión de futuro sorprendente, la comisión administradora de los intereses del club determinó donar el predio al Consejo de Educación de Tucumán para que el ente provincial construya un gimnasio escolar. El consejo aceptó la donación pero fueron los mismos hombres del club quienes siguieron atendiendo las necesidades del momento. Tanto fue así que se pudo alambrar alrededor de la institución y para el año 1932 el consejo construyó la pileta de natación la que carecía de obras de desagües, agua potable y los vestuarios. Cabe recordar que en ese año, Newbery se fusiona con el equipo de fútbol del Ingenio Aguilares, Unión Obrera, dando como resultado el nacimiento del Club Deportivo Aguilares, cuyas instalaciones se construyen en su predio.
La unificación no superó los cinco años puesto que las diferencias políticas e ideológicas entre las dirigencias no tardaron en aparecer, "los celestes" conservadores, "los rojos" socialistas y radicales.
El incansable grupo de dirigentes, colaboradores y simpatizantes de Newbery continúan así su marcha para engrandecer al club. Sin prisa pero sin pausa, El Rojo de Aguilares se encamina a ser un protagonista activo y dinámico en la historia deportiva y cultural de la ciudad que lo vio nacer. Así fue que se constituye una Comisión Organizadora integrada por Ernesto Blas Juárez, Agustín Reyes y José Carrizo para recomenzar en 1938 con el club más pasional del sur tucumano. El 8 de Mayo del mismo año se elige nueva comisión directiva siendo presidente Don Atilio Canepa y vicepresidente Francisco Bulacio, quien había sido el primer presidente de la institución.
En el año 1947, la institución inicia los tramites para obtener la personería jurídica. Tras un lustro de espera, Jorge Newbery logra obtenerla en 1952. Sin dormirse en los laureles, el club inicia de inmediato las gestiones para adquirir la propiedad antes donada pero jamás abandonada. En sesión del 20 de noviembre de 1958 la Cámara de Diputados de Tucumán resuelve donar al Club Atlético Jorge Newbery las instalaciones propiedad del Gobierno de la Provincia, en reconocimiento al esfuerzo de los dirigentes, simpatizantes y colaboradores de la prestigiosa institución. La donación fue refrendada por el Superior Gobierno de la Provincia el 4 de Diciembre de 1959 mediante Decreto N.º 2472.
Después de sobrepasar todos los obstáculos imaginados a lo largo de su historia, se erige hoy como un club de fuerte arraigo popular, de una alta empatía dentro de los barrios de Aguilares, tanto aquellos que circundan al estadio sino también en zonas alejadas. Según los rumores, esta característica tan particular del club se debía en parte a la posición económica de Deportivo Aguilares, nuestro clásico rival de la ciudad, quienes eran conocidos como "los poderosos", puesto que tenían una relacion estrecha con el Ingenio, que solventaba sus gastos institucionales, al igual que Juan Manuel Terán (hoy Santa Bárbara). La condición de "humildes" en relacion a nuestros "primos" repercutió positivamente en los hinchas, jugadores y dirigentes ya que se redoblaron esfuerzos para ponerse a la altura de las circunstancias. Por ello es famosa la garra, el sacrificio y el fanatismo de la gente del Aviador que lo transforma en una de las hinchadas más populares, seguidoras y aguerridas del fútbol tucumano.
De etapas gloriosas destacamos los grandes planteles de la década del 60 y 80. En 1961 se consagra campeón por primera vez con un equipo para el recuerdo: Máximo "Bombón" Fernández, Hugo Sánchez, Belloto, Rodolfo Aguilar, Eliseo Díaz, Ramírez, Simón Sánchez, Roque Galván, Juan Contreras, Orieta, Oscar Maza y los suplentes, Olivera, Luis Agustín Reyes y Santiago Quinteros, su DT Don Roberto Sosa.
En 1984 logra el sub campeonato de la Liga Tucumana y es el primer equipo del interior de la Provincia en disputar un torneo regional organizado por la A.F.A.