Daiana Belén Tarela
Instagram: despre.la
Serie #1. Ribera. (Historia en Instagram. Publicada en mayo de 2019) > Acceder
Puente Transbordador. 5 de agosto de 2019.
Cuando no me quede nada, que no me falten los puentes ni los perros.
Viejo Puente. 17 de julio de 2019.
No sé dónde esconderme de lo que duele.
Puente Transbordador Nicolás Avellaneda. 16 de julio de 2020.
Sin esperar nada, más que la ruta del sol y de la pena.
Puente Trasbordador. 26 de junio de 2019.
no sé cuándo fue
que me convencí
de que era mía
la ardua tarea
de hacer que sobreviva
todo lo que se aleja.
Sarandí, Buenos Aires. 7 de agosto de 2017.
Oxidado el corazón y el sentido del humor.
Wilde, Buenos Aires. 11 de octubre de 2017.
Y si nadie me va a perdonar...
Gerli. 6 de febrero de 2019.
Pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido.
Puente Agüero (Siete Puentes). 25 de marzo de 2021.
De lo que ya se fué
de lo que ya perdí
de lo que ya gasté
Que se quede algo
conmigo.
Burzaco. 8 de septiembre de 2017.
Al final no fuimos nada.
Piñeyro, Buenos Aires. 17 de octubre de 2017.
Nunca supe complicarme tanto como hoy.
Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. 21 de agosto de 2017.
Los trenes también duermen.
Chacarita, Distrito Federal, Argentina. 3 de septiembre de 2019.
De qué me sirve quedarme acá,
pedir perdón,
creer en algo,
tener razón.
Avellaneda. 29 de agosto de 2018.
Voy creciendo, pero me sigo perdiendo. Marcando el recorrido con detalles que te dicen dónde estás, qué buscás, que no estás tan jugada.
Vivo entre Avellaneda y Gerli, entre el blues y el punkroc, dos formas en las que entiendo de oxidarte o resistir.
Si me preguntan dónde estoy, serían primero los puentes, o los perros comunitarios de Gerli, o ese aire de zona fabril.
Fabril en serio, todo motor obrero: aire y pulmón, cabeza y corazón.
Avellaneda. 1 de octubre de 2018.
Solo una rabia es bendita, la de quienes necesitan.
Hospital Fiorito. 26 de septiembre de 2018.
Un perro en la puerta de la guardia de un hospital, y todas las cosas que eso significa.
Aprendió a resistir en el mismo portal con un par de humanos, infortunados y estrellados, con algunas amputaciones.
En el Fiorito no todas las veces son buenas noticias, y su verde palidece como evidencia.
Después de esta foto tuvimos unos mimos necesarios. Y una caricia que al final explicó que un perro, aferrado a la esperanza en la puerta de la guardia de un hospital, significa sobre todo: la espera de un último mimo que no va a poder ser.