Clara, quien creció con un padre ausente y una madre ocupada, desarrolló una autosuficiencia temprana, pero esta independencia no se traduce en sus relaciones. Atraída por el carisma de Ángel, lo vio como una fuente de estabilidad, aunque pronto se encontró atrapada en un ciclo de dependencia emocional y manipulación. Su motivación principal se transforma en recuperar su libertad e identidad, impulsándola a romper el ciclo de abuso.
Marcado por una infancia en un entorno de abuso y violencia, ha desarrollado una personalidad que busca el control en sus relaciones, replicando los patrones que vivió. Su obsesión por tener dominio sobre Clara surge de su necesidad de estabilidad y el miedo al abandono, aunque también está impulsado por inseguridades profundas que, aunque no reconoce, lo llevan a comportamientos violentos para reafirmarse.