La siguiente entrada es una reflexión personal de cómo se podría integrar en Formación Profesional estos conceptos.
Como profesora de Formación Profesional (FP) en sanidad, especializada en tecnología educativa y con un enfoque particular en la inteligencia artificial generativa, me complace compartir cómo la integración de la simulación clínica, la inteligencia artificial generativa y el modelo TPACK puede revolucionar la educación en el ámbito sanitario. Para ello, procedo a explicar una serie de conceptos, según mi entendimiento.
Simulación Clínica: Una técnica que permite a los estudiantes experimentar la práctica sanitaria en un entorno controlado y seguro. Utiliza maniquíes, software y entornos virtuales para imitar situaciones reales, permitiendo a los estudiantes practicar habilidades y tomar decisiones sin riesgo para los pacientes.
Inteligencia Artificial Generativa: Una rama de la IA que crea contenido nuevo y original, desde texto hasta imágenes y simulaciones. En el contexto de la simulación clínica, puede generar escenarios de pacientes con condiciones complejas, adoptar el rol de instructor ofreciendo una experiencia de aprendizaje rica y variada.
Modelo TPACK: Un marco que destaca la importancia de integrar el conocimiento tecnológico (TK), pedagógico (PK) y de contenido (CK) para enseñar efectivamente con tecnología. Este modelo es crucial para diseñar experiencias de aprendizaje que aprovechen al máximo las herramientas digitales disponibles; siempre que el profesor tenga una competencia digital adecuada.
La formación profesional de sanidad se enfrenta al desafío constante de preparar a los estudiantes para un entorno clínico que es tanto dinámico como tecnológicamente avanzado. La simulación clínica, potenciada por la inteligencia artificial generativa y guiada por el modelo TPACK, ofrece una solución prometedora.
1. Conocimiento del Contenido (CK) y Simulación Clínica: Los profesores deben tener un dominio profundo de la materia, que incluye tanto el conocimiento teórico como el práctico de procedimientos sanitarios; a la vanguardia de la evidencia científica. Este conocimiento es esencial para desarrollar escenarios de simulación que reflejen con precisión la complejidad del cuidado de la salud. Cabe señalar, en este aspecto, no solo debiera referirse al conocimiento teórico, debe albergar conocimiento procedimental y actitudinal.
2. Conocimiento Pedagógico (PK) y Estrategias de Enseñanza: La simulación clínica debe diseñarse de manera que promueva el pensamiento crítico, la toma de decisiones y la reflexión; en el marco del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA). Los docentes deben emplear estrategias pedagógicas que faciliten un aprendizaje significativo, utilizando simulaciones como herramientas para contextualizar el conocimiento teórico en prácticas clínicas; ofreciendo múltiples situaciones que permitan al estudiantado alcanzar el conocimiento.
3. Conocimiento Tecnológico (TK) y Herramientas Digitales: La selección y el manejo efectivo de las tecnologías educativas son cruciales. Los docentes deben estar al tanto de las últimas innovaciones en simulación clínica, aplicaciones y realidad virtual, así como en inteligencia artificial generativa, para crear experiencias de aprendizaje inmersivas y personalizadas.
Integración mediante el Modelo TPACK: La clave del éxito reside en la habilidad del docente para integrar estos tres tipos de conocimiento. Al hacerlo, pueden diseñar y ejecutar simulaciones clínicas que no solo son técnicamente avanzadas y pedagógicamente sólidas, sino también profundamente relevantes para el contenido sanitario que se imparta. Esto siempre debe realizarse acorde a las competencias general, profesional, personal y social que establece el Real Decreto de título, acorde a los resultados de aprendizaje y criterios de evaluación establecidos. Cabe señalar que este modelo, integrándose la simulación clínica no es asumible para todas las materia que se imparten en Formación Profesional.
La inteligencia artificial generativa puede llevar la simulación clínica a nuevos horizontes. Al generar escenarios de pacientes virtuales únicos y complejos, permite a los estudiantes enfrentarse a una amplia gama de situaciones clínicas. Esto prepara a los futuros profesionales para la incertidumbre y la variedad de casos que encontrarán en su práctica médica. Además, la IA generativa puede ofrecer retroalimentación personalizada en tiempo real, adaptándose al rendimiento y al progreso de cada estudiante, lo que enriquece el proceso de aprendizaje con una evaluación continua y adaptativa.
Nunca hemos de olvidar, que el empleo de la IA por parte del docente, para garantizar estándares de calidad implica, que el mismo es un gran experto en la materia y puede detectar las alucinaciones que pueda realizar la IA.
En este punto, cobra especial interés el texto realizado por Elena Plaza, en su web urgencias y emergencias , en la entrada denominada Chat GPT revolucionando la enseñanza y evaluación en urgencias y emergencias. Leyendo esta entrada, podréis apreciar el gran potencial que aporta la IA generativa.
La adopción de la simulación clínica, enriquecida por la inteligencia artificial generativa y estructurada a través del modelo TPACK, marca un hito en la evolución de la educación sanitaria. Sin embargo, para que esta integración sea verdaderamente efectiva, es esencial que los docentes se embarquen en un proceso continuo de aprendizaje y adaptación. La comprensión y aplicación de la IA generativa en el diseño de las clases no solo amplía las posibilidades educativas, sino que también desafía y enriquece la práctica docente.
La simulación clínica se revela como un recurso indispensable, especialmente en módulos con un fuerte carácter práctico. Su capacidad para simular situaciones reales de atención sanitaria permite a los estudiantes aplicar sus conocimientos teóricos en un entorno controlado, desarrollando habilidades prácticas cruciales sin poner en riesgo la seguridad del paciente. Esta metodología de enseñanza se alinea perfectamente con la naturaleza dinámica y práctica de la formación en sanidad, ofreciendo un marco para la experimentación, el error y el aprendizaje.
Además, la actualización pedagógica y de contenido se convierte en un pilar fundamental en este enfoque educativo. Los docentes deben estar al tanto de los últimos avances tanto en su campo de especialización como en metodologías de enseñanza y tecnologías educativas. Este compromiso con la actualización continua asegura que la educación proporcionada sea relevante, actual y de alta calidad.
Para el alumnado, este enfoque ofrece múltiples beneficios. No solo se preparan mejor para los desafíos técnicos y prácticos de su futura profesión, sino que también desarrollan habilidades de pensamiento crítico, adaptabilidad, consciencia situacional y resolución de problemas en entornos complejos. La experiencia de aprendizaje se enriquece significativamente, preparándolos no solo para responder a las situaciones que ya conocen, sino también para enfrentar con confianza aquellas desconocidas.
Entonces, la implementación efectiva de la simulación clínica, potenciada por la inteligencia artificial generativa y guiada por el modelo TPACK, requiere un compromiso activo por parte de los docentes hacia el aprendizaje y la adaptación constantes. Este enfoque no solo transforma la educación en sanidad, ofreciendo una preparación práctica y teórica más completa, sino que también prepara a los estudiantes para ser profesionales reflexivos, adaptativos y competentes, capaces de navegar con éxito en el cambiante paisaje de la atención sanitaria. Es decir, lo que debiera ser la esencia de la Formación Profesional.
Este es el camino.