La presente entrada es una reflexión personal.
La inteligencia aritificial (IA) ha supuesto una ruptura del paradigma educativo, ante las infinitas posibilidades que ofrece tanto para el estudiante como el profesor. Pero… ¿contamos con la competencia digital necesaria para su uso?
He aquí la gran cuestión, ante un sistema educativo que todavía refiere las tecnologías de la información y comunicación ( terminología absoleta) y con una generación de profesorado tan amplia, ¿estamos en el punto educativo necesario para el empleo de la IA?
A mi juicio, la respuesta es no. De forma general, disponemos de un alumnado que se ha criado con la tecnología pero no sabe emplear con seguridad y optimización la misma. Además, posee una capacidad de concentración cada vez menor debido a distintos estímulos visuales y auditivos que aunado con una estructura educativa arcaica que cambia cada dos por tres (leyes educativas) sin demasiado sentido, no permite asentar las bases de las tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TAC).
Emplear la pizarra digital para una explicación en clase, es TIC. Utilizar un programa de simulación, un atlas anatómico interactivo durante la explicación que realice un estudiante o el profesor, es TAC. La diferencia es notoria, pues implica pasar de utilizar la tecnología como un adorno a integrarla, realmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, con el fin de fomentar su aprendizaje significativo. Por supuesto, el uso de la TAC, permitirá fomentar su consciencia situacional.
La TAC, abre la puerta a un correcto empleo de la inteligencia aritficial en el aula, pues el empleo de la misma no debiera ser un elemento aislado, sino una integración. Una opción más para el estudiante, que debiera ver al profesor como su facilitador de conocimiento, guiándole en el buen uso de la misma e inculcándole la importancia de no deshumanizar los procesos y automatizar las acciones; solo así tendremos una correcta convivencia con esta tecnología.
La realidad actual, dista muchísimo de este escenario idílico planteado. El día a día, está empezando a emerger alumnado que usa la IA para entregar trabajos y redacciones, en algunas ocasiones carentes de ética pues ante la pregunta del profesor, ¿esto lo has hecho tú? No dudan en aseverar… Aquí. querido lector/a si sigues leyendo mis líneas, podrás pensar que no proceso demasiada fé en mis estudiantes. Nada más lejos, pero el nivel morfosintático de una persona sigue un patrón que aunado con la cohesión de texto, delata si la autoría es propia o no. Además, siempre queda copiar el texto y preguntarle a chat gpt si, es de su autoría.
El punto anterior, si existieran unas correctas bases de competencia digital, ética y filosofía, no sería ni planteable. Pero… ¿acaso no estaba el sistema educativo desterrando cada vez más estas materias? Efectivamente y ahora, con la incursión de la IA, serán unas carencias que se pagarán caras.
Finalmente, he de decir que la ecuación IA, ensenñanza y aprendizaje es posible, a mi juicio siempre que se den los siguientes elementos:
Se estructure un sistema educativo coherente que no cambie a menester del gobierno de turno, sino que nazca de un verdadero pacto por la educación en ese país y que apueste por una verdadera implementación del uso de la tecnología como parte de la enseñanza.
El alumnado se forme en pensamiento crítico, en reflexionar y trabaje los niveles superiores de la taxonomía de Bloom. Estos hechos si bien se tocan de manera transversal en casi todas las materias/módulos, es en ética y filosofía donde cobra una labor fundamental, emplear la IA sin pensamiento abstracto, sin ir más allá nos convertirá en títeres inertes, esclavos de la tecnología y no señores de la misma. Consecuentemente, esto provocaría ciudadanos capaces de pensar y quizás, esto no interese en demasía.
La formación del profesorado, no sé puede poner en el timón del banco a quién no sabe navegar. Es una grandísima asignatura pendiente en este país, la formación en competencias digitales y tecnología educativa del profesorado. Una formación veraz, no producto de «cursillos de rapideo» o saca dinero. Asentar las bases a quiénes enseñarán el empleo de nuestro potencial aliado, el día de mañana.
Estos serían los elementos principales, en mi opinión necesarios para que el uso de la IA en el ámbito de la educación fuese una realidad plausible y nos permitiera seguir evolucionando, no convirtiéndonos es esclavos inútiles de la tecnología.
¡Qué la fuerza os acompañe!