Es un tipo de organización del sonido que se origina en las experiencias del compositor Pierre Schaeffer, consiste en generar sonidos musicales, no musicales y ruidos concretos con el fin de superponerlos o conectarlos de una manera descontextualizada y así crear una composición concreta. Actualmente, los sonidos elegidos son procesados en un DAW (Digital Audio WorkStation) y modificados con distintos efectos de sonido, tales como reverberación, delay, distorsión, etc. Antiguamente el proceso era parecido pero más complejo, dado que se hacía con cintas electromagnéticas. Cabe destacar que este tipo de composiciones no hubiesen sido posibles si no es por la tecnología que fue apareciendo con el tiempo.