Consiste en unirse a tripulaciones de veleros, yates o barcos de diferentes tipos, ofreciendo trabajo y habilidades a cambio de la experiencia de navegación. No requiere grandes conocimientos náuticos previos, sino una actitud positiva, voluntad de aprender y disposición para integrarse en la vida a bordo. Los navegantes encuentran su oportunidad a través de plataformas especializadas, contactos en puertos deportivos y redes de navegantes, donde capitanes buscan tripulantes para realizar travesías. Es una forma económica y auténtica de vivir la aventura marina, ideal para quienes sueñan con surcar océanos pero no pueden permitirse comprar un barco.