En Barbería David Pérez creemos que cada visita debe ser una experiencia única. Por eso, ofrecemos un trato cercano y personalizado, donde cada detalle está pensado para tu bienestar. Te asesoramos de manera individual, escuchando tus gustos y necesidades para lograr un resultado que refleje tu estilo y personalidad. Más que un corte o un peinado, buscamos que disfrutes un momento de desconexión y confort, en un ambiente acogedor en el que te sientas como en casa. Porque nuestro objetivo es que salgas no solo satisfecho, sino con la sensación de haber recibido un cuidado auténtico y hecho a medida.
Desde 1986, llevamos 39 años dedicando nuestra pasión y experiencia al arte del corte y el cuidado del cabello. Nuestra trayectoria nos ha permitido dominar todo tipo de estilos, desde los más clásicos realizados a tijera y perfilados con navaja, hasta las técnicas más actuales como los degradados, taper fade y diseños modernos. Esta combinación de tradición y vanguardia define nuestro trabajo: respeto por la esencia de la barbería de siempre, con la mirada puesta en las últimas tendencias. La profesionalidad, la precisión y la dedicación son los pilares que nos acompañan en cada servicio, garantizando resultados impecables que hablan por sí mismos.
VÍCTOR PÉREZ
Mi historia en este oficio comenzó en 1986, cuando, siendo muy joven, empecé a formarme en las academias Passaró, donde tuve la oportunidad de trabajar durante tres años y medio junto a grandes profesionales que me ayudaron a perfeccionar mi técnica y a entender la verdadera esencia de la peluquería. Poco después, durante el servicio militar obligatorio, continué ejerciendo mi pasión durante 18 meses como peluquero en la peluquería de la academia militar.
Una vez finalizado ese periodo, abrí mi primera peluquería en Illueca, un pueblo cercano a Zaragoza, donde trabajé con dedicación durante 13 años. Fueron años de mucho aprendizaje, esfuerzo y satisfacción, en los que consolidé mi estilo y mi manera de entender este oficio. Por motivos personales, me trasladé a Zaragoza, y en 2003 abrí mi segunda peluquería de caballeros, donde sigo trabajando desde entonces con la misma ilusión y compromiso de siempre. Hoy puedo decir con orgullo que, tras casi cuatro décadas en este mundo, sigo disfrutando cada día de lo que más me gusta: ofrecer a mis clientes un trato cercano, profesional y un resultado con el que se sientan realmente bien.