Se valoran principalmente en sus cambios, ya que a medida que se van deteriorando, transforman la obra.
Se caracterizan por ser comunes, no industrializados, fáciles de obtener y, a veces, eran considerados como chatarra.
La jerarquía de los materiales deja de existir.
Era eliminar la oposición que existía entre la cultura y la naturaleza, llegando a realizar pequeñas intervenciones sociales que ampliaron el campo de trabajo del artista.
Rechazaba los iconos de los mass media y las imágenes reductivistas, así como también las industriales del pop art y el minimalismo.
Destacan valores marginales.
Rechazan la creciente industrialización, metalización y mecanización del mundo que, en esa época, estaba permeando el arte.
Buscan transmitir un mensaje más allá del objeto físico en sí.
Su único fin era cuestionar los valores establecidos del sistema artístico y la sociedad de consumo.