Iglesia de Santa Maria de los Ángeles
Edificio
La iglesia parroquial de Arbaniés data del siglo XII, es de nave única, rematada en ábside de tambor cubierto con cuarto de esfera; amplio presbiterio y nave, ambos cubiertos con bóveda apuntada.
La silueta de la nave original se puede apreciar distinguiéndose con claridad de los añadidos laterales, que le dan aspecto de tres naves al interior, a base de haber derruido el muro original existente entre los pilares de sustento de los arcos fajones.
Al exterior, el ábside es liso, sin adornos, y centrado por un ventanal aspillerado, que fue de derrama interior y hoy cegado.
Al interior, destaca la existencia de pinturas en el tambor axidal.
Fuente: Diccionario geográfico estadístico de España 1845-1850. Madoz.
Extracto de la obra de Ramiro Ballarín
Pinturas
Las pinturas que decoran el tambor absidal pueden datarse hacia el siglo XIV encuadrándose dentro de lo que se conoce como "estilo gótico lineal"
Las escenas conservadas reproducen diferentes pasajes bíblicos:
Arriba a la izquierda: La entrada triunfal en Jerusalén a lomos de un asna desproporcionadamente larga. San Pedro, tras Jesús, es reconocible por las llaves. Al paso del cortejo el gentío, incluso subido a los árboles, arroja a su paso vestidos para que sean pisados por el asna. Esta estampa me evoca la del magnífico capitel de idéntica temática existente en San Juan de la Peña.
Arriba a la derecha vemos a Jesús camino del Calvario ayudado por un guardia revestido de cota de malla en forzada postura.
Abajo a la izquierda se muestra la escena de la resurrección de Lázaro. Llama la atención los árboles absolutamente naif del lado izquierdo de la escena similares a los existentes en algún arcosolio de San Miguel de Foces en Ibieca.
Abajo a la derecha, aparece Cristo con nimbo crucífero "arrinconado" en el extremo derecho y frente a cinco personajes que portan en la diestra piedras. Corresponde a una infrecuente representación del pasaje del evangelio de san Juan en el que Jesús habla con los judíos. Según el título del pasaje "no son hijos de Abraham ni de Dios, sino del diablo" y que concluye así: "Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se ocultó y salió del templo". (Juan. 8. 59.)
Esta escena del intento de lapidación de Cristo por los Judíos es muy poco frecuente en la imaginaria románica. Se repite, esculpida en capiteles, en San Gil de Luna y en la sala de doña Petronila del Palacio Real de Huesca.
Abajo a la derecha, aislada hallamos a María. Es un fragmento de una composición mayor que no se conserva de la que quedan restos en el lado sur del cilindro absidal (Imagen 11). Se representa a María, con una cartela sobre su cabeza que la identifica, compungida y orientada hacia el lugar que debió de ocupar un Calvario. Sobre ella, en lo más alto de la composición, se adivina una imagen de Dios Padre con corona radiante de tonos rojizos y su mano derecha extendida.
Todas las imágenes está realizadas sobre un fondo oscuro, tachonado de estrellas blancas realizadas mediante cuatro trazos entrecruzados. Predominan los tonos rojizos, verdes y marrones y las caras de los personajes y sus vestiduras están perfiladas con trazos negros bien definidos, como corresponde al estilo gótico lineal. En general, las figuras adolecen de excesivo hieratismo y se advierte poca precisión en las proporciones de las mismas.
Fuente: Página web románico aragones:
Web románico aragonés. Arbaniés