Estos avances producidos en los últimos años se deben a tres factores fundamentales:
Como las personas usamos de forma masiva servicios digitales en internet que almacenan todos los datos de nuestras interacciones, y como se están desarrollando procesos de digitalización del mundo físico, actualmente se dispone de grandes cantidades de datos que permiten entrenar a los sistemas de IA. Estas cantidades de datos inmensas es lo que se conoce popularmente como Big Data, un término que ha aparecido también en los medios frecuentemente en los últimos años.
Además, en los últimos años se han producido avances importantes en el entorno tecnológico en el que se ejecutan los sistemas de IA, con procesadores muy potentes y sistemas de almacenamiento de información a gran escala a un coste realmente asequible.
Por último, también se han producido avances en los propios algoritmos de IA, como el desarrollo de arquitecturas de redes neuronales profundas.
2.3 Pero, aparte de estos hitos mediáticos, ¿ya existen sistemas de IA que usamos en nuestro día a día?
2.3 Pero, aparte de estos hitos mediáticos, ¿ya existen sistemas de IA que usamos en nuestro día a día?
Pues sí, lo cierto es que en nuestra vida diaria ya estamos en contacto con multitud de sistemas de IA. Por ejemplo, este tipo de sistemas de IA son los encargados de los filtros de SPAM de nuestros correos electrónicos; se encargan de recomendarnos música o películas que consideran que pueden gustarnos en plataformas como Spotify, Netflix, Prime Video o HBO; realizan traducciones automáticas de textos a otros idiomas; interaccionan con nosotros en chats online de atención al cliente o en asistentes virtuales como Siri, Cortana, Alexa o Google Home; y revisan las compras realizadas con nuestras tarjetas de crédito para tratar de detectar si nos las han robado y se está cometiendo un fraude, entre otros muchos ejemplos cotidianos.
Pero además, los sistemas de IA se utilizan en múltiples campos para la toma de decisiones, lo que tiene un impacto en la vida de todas las personas. Desde la recomendación de amigos en plataformas como Facebook, a la selección de posibles parejas en aplicaciones de citas, pasando por sistemas de detección de tráfico, toma de decisiones en los mercados financieros y empresas, soluciones del ámbito médico para el diagnóstico de enfermedades, sistemas de vigilancia, así como sistemas de seguridad en fronteras y aeropuertos, por plantear tan solo algunos ejemplos.
Y, sin duda, en los próximos años veremos que cada vez se usarán estos sistemas en más y más ámbitos de nuestro día a día, por lo que necesitamos que la gente que tome las decisiones, en cualquier campo profesional, comprenda cómo puede y cómo deben utilizarse, siendo consciente así mismo de sus posibles problemas y limitaciones.
Para saber más
Al contrario que en Europa, donde son las empresas quienes lideran los avances en la implantación de sistemas de IA, en algunos países asiáticos, especialmente, el gobierno está teniendo un papel muy protagonista en este sentido. Es el caso de China, que está poniendo un marcha un sistema de reconocimiento facial basado en IA que puede resultar, cuando menos, ligeramente inquietante: La inquietante apuesta china por el reconocimiento facial
1.5. 2.4 Cuando leo sobre IA, aparecen términos como machine learning, deep learning, big data… ¿es todo lo mismo?, ¿son sinónimos?
2.4 Cuando leo sobre IA, aparecen términos como machine learning, deep learning, big data… ¿es todo lo mismo?, ¿son sinónimos?
Para contestar esta pregunta vamos a tener que ponernos un pelín teóricos. Pero no nos asustemos porque los conceptos son muy sencillos, de verdad.
Desde que nació el estudio de la IA ha habido dos enfoques enfrentados. Por un lado, hay una escuela de pensamiento que defiende que para que una máquina pueda razonar, las personas que la programan tienen que definir un conjunto de reglas (algoritmos) y principios de lógica que la máquina pueda seguir. A esta escuela se la llama top-down (de arriba a abajo).
Este enfoque es totalmente equivalente a la forma tradicional en que programamos nuestros proyectos Scratch o App Inventor, por ejemplo. La persona que programa elabora un algoritmo que soluciona un determinado problema e implementa un programa o conjunto de programas para que el ordenador pueda automatizar la tarea.
¿Te das cuenta de lo buena noticia que es esto? ¡Ya dominas una mitad de los enfoques para trabajar la IA!
Sin embargo, otra escuela de pensamiento defiende que, inspirándonos en la biología, las máquinas deberían aprender a partir de la observación y la experiencia, es decir, a partir de datos. A este enfoque se le llama bottom-up (de abajo a arriba).
Si bien durante las primeras décadas del desarrollo de la IA el enfoque top-down tuvo más éxito, el enfoque bottom-up se ha beneficiado recientemente de manera extraordinaria por las grandes cantidades de datos que investigadores y empresas tienen a su disposición. A estas cantidades ingentes de datos se le llama Big Data, como decíamos en una pregunta anterior.
En consecuencia, los mayores éxitos de la IA y los logros más llamativos de los últimos años se han producido siguiendo este enfoque, en el que los ordenadores “aprenden automáticamente” a partir de datos. Por ello también se conoce a este enfoque como “Aprendizaje automático” o “Machine learning” en inglés. Y dentro de las técnicas que se utilizan en este enfoque, han destacado las que se basan en redes neuronales que tienen muchas capas y, por tanto, son profundas. A estas técnicas se les llama “Deep learning” o “Aprendizaje profundo”.
Para ver en acción cómo funcionan este tipo de sistemas os proponemos que juguéis unas partidas con Quick Draw (Corre, dibuja), que es un juego construido usando aprendizaje automático. En cada partida se pide que dibujes algunos objetos, y el sistema, implementado con una red neuronal, intenta adivinar lo que estás dibujando. El sistema ha sido entrenado con dibujos de diferentes objetos, de forma que cuando tú dibujas algo, el sistema trata de encontrar ejemplos similares para intentar deducir de qué se trata. Por supuesto, no siempre funciona, pero cuanto más juegues con él, más aprenderá. Y lo bueno es que cuando terminas la partida, puedes ver una explicación del razonamiento que ha seguido. Ah, y cuando juegues, no olvides encender bien los altavoces para ir escuchando cada uno de los intentos que realiza.