Desde muy joven, descubrí mi pasión por la pintura. Lo que comenzó como un simple interés por los colores y las texturas, pronto se convirtió en una vocación. Siempre me fascinó cómo un espacio podía transformarse por completo con los tonos adecuados y un acabado bien trabajado. Esa pasión me llevó a dedicarme de lleno al mundo de la pintura y la decoración.
Con el tiempo, decidí dar un paso más y fundar Aplidecor, un proyecto que nació con el objetivo de ofrecer algo más que un servicio: quería ayudar a las personas a dar vida a sus espacios, a crear ambientes únicos que reflejaran su personalidad y estilo. Cada pared, cada rincón, es una oportunidad para contar una historia, y eso es lo que me motiva cada día.
A lo largo de los años, he aprendido que la pintura no es solo cuestión de técnica, sino también de escuchar a los clientes, entender sus necesidades y trabajar con dedicación para superar sus expectativas. Hoy, puedo decir con orgullo que mi trabajo no solo es mi profesión, sino también mi pasión, y cada proyecto es una nueva oportunidad para seguir creciendo y dejando mi huella en cada espacio que transformo.