La historia de los anídridos se remonta al siglo XIX, cuando los químicos Friedrich Wöhler y Justus von Liebig descubrieron los anídridos. Inicialmente, se estudiaron los anídridos de ácido, como el anhidrido acético.
En la década de 1850, los químicos comenzaron a sintetizar polianídridos, como el polianhidrido de ácido ftálico. Estos polímeros se utilizaron en la producción de lacas y barnices.
Durante el siglo XX, los anídridos y polianídridos encontraron aplicaciones en diversas industrias, como la producción de plásticos y fibras sintéticas, la industria aeroespacial y automotriz, y la electrónica y electrónica de consumo.
Durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, se intensificó la investigación en polianídridos. Se descubrieron nuevas propiedades y aplicaciones, como la resistencia térmica y la estabilidad química.
En las décadas de 1960 y 1970, se desarrollaron nuevas técnicas de síntesis y procesamiento de polianídridos. Esto permitió la creación de materiales más avanzados y especializados.
En las últimas décadas, los anídridos y polianídridos han encontrado aplicaciones en tecnología de la información y la comunicación, medicina y biotecnología, y energías renovables y sostenibilidad.