Andés
&
Auge
Andés
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Auge
Miguel Ángel era mi tío, el pintor; luego, descubrí que también escribía.
El día de su funeral (1994) ningún miembro de la familia podía imaginarse que Miguel había tenido tantísimos amigos. Aparecieron decenas de ellos. Parece que Miguel fue el primer fallecido hasta la fecha, y todos querían, proponían hacer algo con su legado, un acto distinto a aquel familiar y religioso, un homenaje de otro tipo. Yo contaba con veinte años, y era el único universitario de la numerosa familia Gordillo Andés. Enseguida, fui nombrado el “representante de la familia” para tratar con aquella multitud de artistas, intelectuales y demás gente que apareció sin haber sido invitada por nadie (que supiéramos). Desde aquel día, con algunos periodos intermitentes de parón en la actividad, no he dejado de hacer cosas en favor de preservar, visibilizar y difundir la obra de Miguel Ángel Gordillo Andés. (Rehusó al primer apellido por varios motivos que luego reconocí como obvios.)
Entre 1995 y 1999, sus amigos y la familia logramos varios hitos importantes con la obra de Miguel: una exposición antológica, de sus cuadros y dibujos, y la edición, y posterior publicación, de lo que pensamos era todo su legado poético. Luego, le tuve unos cuantos años olvidado en una web un tanto triste, de esas primeras de Internet. Pero fue más tarde, en 2012, con la aparición de otra persona enamorada de su obra, cuando empezamos de nuevo a investigar sobre la figura y la obra de mi tío pintor y poeta. Volvieron a aparecer los amigos, algunos también ya muertos, otros vivos, muy vivos. Y las exposiciones, las reuniones y los proyectos...
Tes Auge es de esos descubrimientos luminosos que estoy teniendo en estos años con artistas maravillosos, que también compartieron vivencias y aprendizajes, primero con Miguel y después conmigo; personas que me han dejado una huella indeleble. Por nombrar a algunos nombres más, entre muchos: Caridad Díaz, Guillermo Álvarez, Esther Ortego, Octavio Colis, Justo Sotelo...
Una exposición como esta que proponemos en el Espacio Ronda en 2021 haría realidad el reencuentro de dos grandes amigos, Andés & Auge, a la vez que colmaría mis anhelos de seguir haciendo visible la obra de Miguel Ángel Andés.
Luis Cuesta
Miguel y yo, niños de la posguerra en los cincuenta, nos encontramos en aquel mismo casi sin camino, yo con dieciocho y Miki con veinte años, hambrientos de cultura y sed de pintura y poesía. Compartimos mañanas de café, cada uno escribiendo sus poemas, dibujando en la misma buhardilla en los mismos meses de invierno.
A los veinticinco años di mi salto a París y dejé de saber de mi amigo Miki, de quien siempre aprecié su sensibilidad y sentido del humor. Muchos años después, en 1994, me enteré de que Miguel había fallecido en Madrid.
Siempre quise exponer con él. Que esta sea la primera vez me dice que no será la última, que el camino de aprendizajes que recorrimos diariamente juntos, allá por los sesenta, por fin, va a plasmarse fraternalmente.
Tes Auge