Cosmos

Me senté.


"¿Que escribo?" pensé.


"Cosmos", me vino por dentro

"Cosmos", creación sin fin

evolución constante,

un cambio a cada instante.


Nada es, todo está siendo;

ideas, cosas, seres...

emanaciones de lo Eterno.


Divinas ideas encarnadas

son las cosas creadas,

cada una de cuerpos distintos

tangibles e intangibles

visibles e invisibles.


Abarca todo el omnipresente

desde lo infinitamente pequeño

hasta lo inmensamente grande,

como esas lejanas e inhabitables esferas

carentes de besos de agua y de aire,

o las criaturas microscópicas

de cuerpos inestables.


Activos volcanes

que exhalan el fuego devorador,

incontrolable purificador

que transforma la vida en muerte

y la muerte en vida.


Ante el agua ¡Detente!

y queda roca fría de ahora en adelante


Pero ¡Mira! Ha dejado su esencia

en la esencia del agua

comulgando con el aire y la tierra

engendrando conjunciones cromáticas

milagros de amor y de fuego

envolviendo el regalo del ser

que nace como un simple juego.


Millones y millones de años

en evolución constante;

millones y millones de años

de creación palpitante

presente en lo relativo

del tiempo y del espacio,

presente incondicional

de una carne pasional

hecha consciente.


Y hoy, héme aquí sentada

escribiendo el final

de esta oda a la creación

plena de admiración

gritando en silencio Tu presencia

en mi mente y corazón

rebosante de alegría

aún sabiendo que algún día,

en poco tiempo,

pasaré a ser de Cosmos

a eterna vida.


Verso inspirado en el Políptico COSMOS de Ana Queral ubicado en la Facultad de Aeronáutica del Instituto Politécnico Nacional,

Zacatengo, México. D.F.