En los años 50, San Francisco Fábrica de Aceites era conocida en la comarca como "el motor", al ser la primera instalación de la zona en la que se instaló un gran motor de explosión para el movimiento de la maquinaria.
Sin embargo, no fue hasta 1981, tras el fallecimiento de su entonces propietario, Francisco Campos, cuando surge la empresa que es actualmente San Francisco Fábrica de Aceites de la mano de Antonio Cano Cano, un referente en el mundo oleícola. Gracias a él, se producen las primeras modernizaciones en la maquinaria y se llevan a cabo diversas reformas que transformaron completamente las instalaciones.
A finales de 1990 comienza una nueva andadura de la empresa al hacerse cargo de la gerencia su hija Susi Cano, que tras luchar por hacerse un hueco en este sector, predominado por la presencia masculina, se convirtió en un referente, ganándose el respeto y cariño de todos los que trabajaron con ella. En su etapa como gerente, presidió la Asociación Cordobesa de Industrias Almazaras durante cuatro años, fue galardonada como empresaria del año por Diario Córdoba en 2008 y consiguió importantes premios y distinciones a la calidad de nuestros aceites.
Susi, al igual que su padre, era una mujer emprendedora que se planteó la necesidad de renovar y modernizar las instalaciones dada la necesidad de expandir el negocio, siempre con el principal objetivo de mantener la máxima calidad y excelencia en la producción de nuestros aceites.
Gracias a las actualizaciones introducidas y a nuestra visión y esfuerzo por mantener y mejorar dicha calidad, en 2003 se obtiene la certificación del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica con el que comienza nuestra producción de aceite ecológico y que compaginamos con certificaciones ecológicas de otros países. Actualmente nuestra producción ecológica supone cerca de un 20% de nuestra producción total.
San Francisco se trasladó a Baena en 2006, inaugurando las nuevas instalaciones en las que a día de hoy nos encontramos.
Desde el año 2010, tras el sentido y repentino fallecimiento de Susi, su marido Antonio Briceño toma las riendas de la empresa y continua la labor que venía compartiendo con ella, siempre apoyado por todas las personas que integran este empresa y que comparten el trabajo día a día.
Actualmente Antonio comparte su labor con la tercera generación, su hija Susana, decidida a continuar con el legado familiar, ganarse la confianza de los agricultores y aportar un nuevo aire a la empresa, sin perder la esencia de formalidad que ha caracterizado a San Francisco durante todos estos años.