MANIFIESTO

Aldaketaldia 2022

Década decisiva para un cambio radical de rumbo

Estamos viviendo un cambio de época: numerosos datos y evidencias científicas indican que nos encontramos ante el final de una era en la que los limites (energéticos, materiales, biológicos…) son cada vez más evidentes. Y esto, además, está ocurriendo en un planeta ecológicamente más deteriorado y frágil, como lo demuestran el cambio climático y otros acontecimientos como la pérdida de la biodiversidad, la contaminación del suelo, aire y agua y la degradación de los servicios ofrecidos por los ecosistemas.

Pero el capitalismo no puede aceptar los límites. El crecimiento continuo está en lo más profundo de su ADN y cuando no lo consigue entra en crisis. Por eso, todo se hace en nombre del crecimiento económico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a mayor crecimiento mayor es la utilización de recursos escasos y mayores son los impactos en el medio ambiente y en la salud.

No se puede ignorar por más tiempo esta situación y no se puede afrontar la gravedad de la misma, hablando de una nueva revolución tecnológica salvadora, hablando de Desarrollo Verde y Digital que en Euskadi se traduce como “Basque Green Deal", con la propaganda de que será un desarrollo " verde, sostenible e inclusivo", confundiendo las palabras con la tozuda realidad de los hechos.

Y es que mientras hablan de verde y digital, desarrollo sostenible e inclusivo, aquí en Euskal Herria estamos viendo, en lo fundamental, el comportamiento de siempre: en lugar de levantar el pie del acelerador del crecimiento continuo, desde el Gobierno e instituciones se siguen impulsando infraestructuras faraónicas como el TAV (según el Tribunal de Cuentas Europeo, se gastarán 37 millones de euros por kilómetro sin destino a ninguna parte), se siguen construyendo y planificando vías rápidas que fomenten el transporte privado, (como la SUPER SUR, o la subfluvial en Bizkaia) apostando por la incineración (nuevos proyectos en Begarra o Zumarraga) y los vertederos (también nuevos proyectos en Lemoa, Artxanda.. ), o apoyando megaproyectos de energías renovables para beneficios de las grandes empresas energéticas y corredores de Hidrogeno multimillonarios con fondos publicos sin saber muy bien si el Hidrogeno llamado verde será una alternativa viable ante la crisis energetica, o promoviendo proyectos turísticos insostenibles como Aroztegia de Lekaroz en el Baztan.

La emergencia ecológica empieza AQUÍ!!!

No podemos perder más tiempo en proclamas vacías y cambios cosméticos, aunque estén pintados de verde. Es urgente un cambio radical que nos aleje del paradigma del crecimiento indefinido, que ponga en el centro la protección de la vida (en vez del beneficio para los grandes accionistas) y promueva unas transiciones ecosociales basadas en la sostenibilidad, la justicia social y la democracia participativa.

Vidas dignas en entornos no contaminados!!!

Nada mejor para ello que seguir las líneas generales que se mencionaban en el manifiesto hecho público por la comunidad científica y académica de la UPV/EHU "por la economía ecológica del País Vasco post-Covid19". Sin embargo, esta declaración de la comunidad científica y académica vasca es rechazada y, como es habitual, Petronor (la empresa más contaminante de la CAPV) e Iberdrola (que da la espalda a la pobreza energética y hace un gran negocio ante la enorme subida del precio de la electricidad), son quienes reciben los favores del gobierno.

Para estas transiciones, es imprescindible la aprobación del "Plan de choque para decrecimiento justo en Euskal Herria para 2030", así como la definición de los plazos, medidas y financiación necesarias para su ejecución. Y es que, al menos en los países ricos, es necesario reducir considerablemente la producción, el consumo y el transporte de energía y materiales, y por tanto la generación de residuos. Combatir eficazmente el cambio climático en nuestro país requiere, por ejemplo, una reducción del 65% de las emisiones de CO2 para 2030. Sólo un plan de choque de este tipo puede alcanzar este objetivo.

Si queremos respetar el derecho de todas las personas a una vida digna, el plan debe ser socialmente justo para lo que debe promover el empoderamiento ciudadano ya que es la mejor garantía de que se haga teniendo en cuenta los intereses de las mayorías sociales. Por eso, nos parece absolutamente rechazable la llamada "Ley Tapia", ley de Administración Ambiental, recién aprobada por el Parlamento vasco por la "puerta de atrás". Es una ley similar a los PSIS (Planes Sectoriales de Incidencia Supramunicipal) de Navarra y supone un ataque directo a la autonomía municipal y a la capacidad de decisión de la ciudadanía.

No más imposiciones: derogación de la ley Tapia y los PSIS!!!