1. Llevar el teléfono en todas partes: cuando la persona no puede separarse del celular ni para ir al baño, en clases, o reuniones familiares.
2. Actitud de malestar: Cuando se siente molesto si se le olvida el celular en algún lugar o carece crédito o batería para que siga funcionado.
3. Cambios en hábitos: Cuando modifica hábitos de sueño por hablar a altas horas de la noche.
4. Se desconecta del “mundo real”: Su mundo es la comunicación por el móvil, pero existe una total lejanía de las personas que lo rodean, ya sea su familia, trabajo o escuela.
5. Uso continuo del celular: Descencadenado por ansiedad por recibir mensajes o llamadas.