Benedetta (2021)
Benedetta es lo último de ese cine francés que insiste en mostrarnos un pseudo-erotismo como ya se hiciera en La vida de Adèle (2013) y Baise-moi (2000); este tipo de películas eróticas de poco alcance que quieren ser disruptivas mostrando elementos de violencia, realismo, sexo, fluidos y demás expresiones de lo prohibido. Siendo francos siempre lo hacen de manera kitsch y de forma burda. Aún con su fotografía sobresaliente, la monja quiere ser una cinta escandalosa, pero estamos tan acostumbrados a ese cine, que ya ni siquiera lo tomamos en cuenta.
Puede verse como una abierta crítica bastante gastada a la religión. Nos presenta a un Cristo erotizado que parece sacado de una representación de la pasión chafa. El director no hizo la tarea viendo como lo abordaban Scorsese y Willem Dafoe en La ÚltimaTentación de Cristo (1988) (basada además en una novela que es asombrosa).
El neerlandés Paul Verhoeven es un director irregular que ya nos mostró lo burdo de su erotismo en aquella terrible Showgirls (1995) y que sin duda vive del estigma de "buen director" por su película Bajos instintos (1992). Benedetta es una alegoría de todo y nada: de la pandemia, de la hipocresía, de la iglesia, del misticismo y su relación con lo sexual.
Está cinta es una blasfemia en toda la acepción de la palabra.
Escribe, Iván González.
Enero, 2022.